Diez millones de personas se vieron afectadas ayer en Japón por los cortes de luz que vuelve a aplicar la empresa Tokyo Electric Power (Tepco), después de tres jornadas festivas, a causa de los problemas creados por el seísmo del día 11.
Según informó la empresa, los apagones comenzaron a las 9.20 hora local (1.20 en España) y se prolongarán, de forma escalonada, hasta las 22.00 de la noche (14.00 horas).
Los cortes duraron hasta tres horas y se aplicaron en cuatro zonas distintas de Japón, durante distintos momentos del día.
En los últimos tres días no se aplicaron los cortes de luz porque al fin de semana se unió una jornada festiva del lunes, por la celebración del equinoccio de primavera.
Tepco había calculado que en la hora punta de ayer habría una demanda de 37 millones de kilovatios cuando la capacidad no iba a superar los 35,5 millones, por lo que ha pedido a empresas e individuos que reduzcan el consumo.
La empresa, operadora de la inestable planta nuclear en Fukushima Daiichi y de la cercana Daini, prevé mantener hasta finales de abril unos apagones que pueden afectar hasta a 45 millones de personas, también en la zona metropolitana de Tokio.
Escasez de productos
Aunque en Tokio hay escasez de algunos productos, como leche, el mayor quebradero de cabeza son los apagones. Además, la petición de ahorrar energía ha hecho que barrios tan emblemáticos como Shibuya sigan a media luz, con sus tradicionales pantallas y anuncios luminosos apagados, mientras que un gran número de tiendas han optado por cerrar más temprano.
Algunos negocios incluso han decidido directamente echar el cierre temporal ante la falta de suministro eléctrico.
Las repercusiones del terremoto del 11 de marzo siguen haciéndose notar en la vida diaria de este área metropolitana de más de 30 millones de habitantes, cuyas tiendas muestran todavía repisas vacías y falta de algunas existencias. Ayer, en algunos supermercados había carteles en los que se pedía a los clientes que no acumulen víveres, en especial leche, de la que no se puede adquirir más de un cartón por persona.