María Teresa Domínguez, presidenta del Foro de la Industria Nuclear Española, cree que el mundo no puede renunciar a la energía nuclear.
-¿La energía nuclear ha resistido el desafío de Fukushima o se ha resentido?
-El accidente ha repercutido de manera diferente en función de los países. Alemania e Italia cambiaron su postura, pero en el 2011 siguieron los planes nucleares en el mundo al entrar en operación seis nuevos reactores e iniciar la construcción de dos unidades más. Hay que sumar uno más que se construirá en Francia, dos en EE.?UU. y Finlandia, uno previsto en Lituania, otro en Polonia...
-¿Ha supuesto un antes y un después?
-Ha activado y promovido el apoyo y la colaboración internacional. También ha llevado a revaluar la seguridad de los reactores ante situaciones extremas. Las lecciones aprendidas se incorporarán a la experiencia operativa y surgen de las pruebas de estrés realizadas.
-¿Cómo ha afectado la situación a España?
-Las pruebas de estrés a las nucleares realizadas en España muestran las condiciones de seguridad en las que operan las centrales, la solidez de sus diseños y sus márgenes de seguridad.
-¿El mundo puede prescindir de la energía nuclear?
-Rotundamente, no. En España, la energía nuclear produjo el pasado año el 20 % de la electricidad que consumimos. Alcanzar en el 2030 una aportación nuclear cercana a un tercio de la producción eléctrica sería beneficioso para el sistema. En la planificación energética a largo plazo es necesario sumar tres nuevos reactores a los ocho que ya operan. Es necesario un marco regulador estable.
María teresa Domínguez presidenta del foro nuclear