Las incógnitas sobre Escocia

Gabriel Fraga LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Londres y Edimburgo cierran los flecos del acuerdo definitivo sobre el plebiscito de otoño del 2014 antes de la cita de Cameron y Salmond

14 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El Gobierno británico y el Ejecutivo autónomo escocés cerraron ayer los flecos del acuerdo definitivo sobre el referendo de independencia que se celebrará en otoño del 2014 antes de la reunión de mañana entre David Cameron y Alex Salmond.

Hace trescientos años Inglaterra y Escocia se juraron amor eterno. El Acta de Unión (1707) firmada por ambos países dio lugar al Reino de Gran Bretaña, antes de que en 1801 tuviera lugar la traumática adhesión de Irlanda. Esta última unión terminó con una guerra de tres años, tras la cual solo los ocho condados del Norte de Irlanda permanecieron del lado de Inglaterra. En una Europa sin guerras, y galardonada ahora con un Nobel de la Paz, los problemas diplomático-geográficos se resuelven con la pluma, y no con el sable. Por ello, y con la intención de ofrecer a los escoceses la posibilidad de decidir pacífica y legalmente sobre su permanencia en el Reino Unido, el ministro británico para Escocia, Michael Moore, y la viceministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, cerraron ayer un acuerdo definitivo sobre el plebiscito.

«La decisión final es competencia del primer ministro británico y el ministro principal de Escocia, pero creo francamente que hemos llegado a un pacto justo», reconoció Sturgeon. Por su parte, Moore se mostró «muy satisfecho». Aunque los detalles finales del documento no han visto aún la luz, la BBC afirma que ambas partes han llegado a un acuerdo sobre la financiación de la consulta popular.

Permanencia de la libra

Según Nicola McEwen, experta en política y relaciones internacionales de la Universidad de Edimburgo, el Ejecutivo autónomo escocés «trata de conseguir que Escocia pueda gozar de su propia soberanía dentro de Europa». Sin embargo todavía existen muchas incógnitas en materia jurídica, fiscal y monetaria. «En principio mantendríamos la libra pero hay que reconocer que, sobre todo en cuanto a política fiscal se refiere, existen aún muchos cabos sueltos», reconoce.

Hasta ahora las negociaciones sobre el referendo han estado en manos de ministros. Sin embargo Alex Salmond actuará mañana, al menos simbólicamente, como primer ministro. «El ministro principal escocés intenta dar un cariz internacional a su encuentro con Cameron y, desde un punto de vista diplomático, este es un momento muy importante para él», apunta McEwen. Cameron, que ve la reunión como un asunto doméstico, ha reiterado en numerosas ocasiones que hará todo lo que esté de su mano para evitar la ruptura de la isla.

Finalmente la consulta se celebrará en otoño del 2014, cuando se cumplen 700 años de la batalla de Bannockborn, una histórica victoria de Escocia sobre las tropas de Inglaterra. Además, en una concesión sin precedentes, Londres ha dado el visto bueno a rebajar la edad de participación hasta los 16 años. Grupos de parlamentarios han puesto el grito en el cielo, ya que esta medida podría afectar a la ley electoral de todo el Reino Unido.

Salmond presionó también para que el plebiscito tuviese dos preguntas y dejar así abierta la posibilidad a una independencia light. Pero en Westminster creen que el documento debe ser categórico y el electorado solo responder sí o no a una sola pregunta. A pesar de que el enunciado no ha sido decidido todavía se espera que sea tan simple como: ¿Debe Escocia convertirse en una nación independiente?