Silvio Berlusconi confirmó que no apoyará la elección de Matteo Renzi como nuevo primer ministro italiano
15 feb 2014 . Actualizado a las 23:45 h.El presidente italiano, Giorgio Napolitano, ha concluido este sábado la ronda de contactos con las fuerzas políticas italianas con vistas a la formación de un nuevo gobierno. Napolitano ha salido al paso de las acusaciones que apuntan a que estas consultas son un mero trámite ante la inmimente llegada de Matteo Renzi a la jefatura del Gobierno.
«Las consultas, aunque llevan un ritmo intenso, no han tenido nada de formal o ritual. Todas las delegaciones se han comprometido a evaluar la naturaleza de la crisis», ha afirmado Napolitano en una breve comparecencia ante la prensa en el Palacio del Quirinale, sede de la Presidencia italiana.
Esta intensidad permitirá a la persona que reciba el encargo de formar gobierno que tenga «el espacio y la serenidad» para acometer su tarea. Para Napolitano, de 88 años, ha sido una jornada «interesante y rica en estímulos».
Uno de los políticos que se ha entrevistado con Napolitano ha sido Angelino Alfano, líder del Nuevo Centroderecha, con quien previsiblmente Renzi pactará la formación del nuevo ejecutivo. A su salida del Quirinale tras una hora de reunión, Alfano ha manifestado que tienen «buena voluntad», pero ha advertido de que quieren asegurarse de que habrá un «final feliz».
Como condición para el pacto, Alfano ha señalado que el futuro ejecutivo no debe derivar hacia la izquierda. «Si la coalición se desplaza hacia la izquierda, diremos no al nuevo gobierno», ha indicado.
Mientras, el favorito, Renzi, permanece en Florencia, ciudad de la que es alcalde, y mantiene discretos contactos para perfilar su ejecutivo. Desde su partido, el Partido Democrático, el senador Luigi Zanda ha asegurado que el objetivo es que el ejecutivo de Renzi perdure hasta 2018 y que en este periodo se acometan reformas clave como la reforma constitucional y de la ley electoral y se adopten medidas para combatir la crisis y el paro.
Berlusconi no apoyará el nuevo Gobierno
El exmandatario italiano Silvio Berlusconi reiteró que su partido, Forza Italia, no apoyará al posible nuevo Ejecutivo de Matteo Renzi, tras entrevistarse con el Jefe de Estado italiano, Giorgio Napolitano, quien celebra consultas con las fuerzas políticas para la formación de nuevo gobierno.
Berlusconi expresó «preocupación y estupor» por la crisis de Gobierno que se ha abierto después de que el primer ministro Enrico Letta presentase ayer su dimisión, tras verse abandonado por su formación, el Partido Demócrata (PD), que exigió un nuevo Ejecutivo para salir del inmovilismo.
«Seguiremos haciendo una oposición responsable», zanjó Berlusconi. No obstante, el tres veces presidente del Gobierno aseguró que su formación sí que apoyará la aprobación de la nueva ley electoral, forjada en colaboración con el líder del PD, Matteo Renzi.
La reunión entre Napolitano y Berlusconi iba más allá de la mera ronda de consultas y había despertado toda la atención mediática de la jornada.
La presencia de Berlusconi en las consultas había provocado fuertes críticas en algunos sectores ya que, aunque Il Cavaliere es el legítimo líder de un partido, ha sido expulsado del Parlamento por su condena en firme por fraude fiscal y según las leyes no puede ocupar cargos institucionales o presentarse a las elecciones en los próximos seis años.
Algunas decenas de ciudadanos se concentraron ante el Quirinale, sede de la presidencia de la República, como protesta porque Napolitano haya recibido a un condenado en espera sólo de que se aplique la sentencia: un año de trabajos sociales y dos años de inhabilitación de cualquier cargo público.
Napolitano y Berlusconi no se veían desde el pasado abril, también cuando acudió al Quirinale para la ronda de consultas tras las que se encargó a Letta formar un Gobierno.
Desde entonces, Berlusconi había criticado duramente al Jefe de Estado por no intervenir para concederle la absolución de su condena. Il Cavaliere, título que también perderá tras la aplicación de la condena, se marchó este sábado del Quirinale sin responder a las preguntas de los periodistas.