La Unión Europea y EE.UU. ya han anunciado que las relaciones con Rusia podrían estar en peligro
20 mar 2014 . Actualizado a las 19:37 h.La Unión Europea anuló la cumbre con Rusia prevista en junio como forma de represalia por su comportamiento con Ucrania, anunció este jueves el presidente francés, François Hollande, mientras que la canciller alemana Angela Merkel advertía que el propio formato del G8 está en peligro.
El parlamento ucraniano prometió por su parte, y de una forma simbólica, luchar por la «liberación» de la estratégica península, aunque el miércoles había anunciado planes para evacuar a sus ciudadanos de la península rebelde.
La presión diplomática contra Moscú
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, visitó en Moscú al presidente ruso, Vladimir Putin, al que le dijo que estaba «muy preocupado» por la crisis.
«Hay una suspensión de las relaciones políticas. La reunión UE-Rusia no puede tener lugar en estas condiciones», afirmó Hollande al llegar a una cumbre especial de dirigentes europeos en Bruselas.
La cumbre UE-Rusia es un encuentro que acostumbra a producirse al mismo tiempo que la del G8, el club exclusivo de las ocho potencias mundiales, reunión que también está en peligro a causa de la crisis.
O al menos así se entiende después de las palabras de la canciller alemana Angela Merkel quien advertía que la reunión dek G8 de junio, prevista en la ciudad rusa de Sochi, no tiene sentido en las actuales condiciones, ni siquiera la pertenencia de Rusia al grupo.
Europa ampliará «la lista de rusos afectados por la prohibición de visado y la congelación de bienes», anunció Merkel.
«En caso de que se produzca una escalada de tensión estamos dispuestos a pasar en cualquier momento a la fase tres de las sanciones, que significará sin duda sanciones económicas», advirtió.
«Mientras las condiciones políticas no estén reunidas para una reunión de esta envergadura, ya no hay G8, ni cumbre, ni formato de ese tipo», enfatizó Merkel.
Lucha larga y dolorosa
«Ucrania no cesará en su lucha por la liberación de Crimea, por larga y dolorosa que sea», aseguró el parlamento ucraniano en una resolución solemne.
«El pueblo ucraniano no reconocerá nunca la anexión de Crimea», añadió el texto, que advirtió que «las fronteras han sido modificadas por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial» por Rusia.
Ucrania renunció en el año 1994 a su arsenal nuclear y Rusia le garantizó a cambio la inviolabilidad de sus fronteras.
Hasta ahora esas protestas poco han conseguido para frenar la ocupación militar rusa de instalaciones militares ucranianas en Crimea.
La tensión bajó un peldaño cuando milicias prorrusas en Crimea liberaron al jefe de la Marina ucraniana en la península, el almirante Serguei Gayduk.
El presidente en funciones ucraniano, Olexander Turchinov, había amenazado a esas autoridades crimeas con una «respuesta de carácter técnico y tecnológico» si no se producía esa liberación.
Funcionarios ucranianos continúan asegurando que Moscú tiene otros planes anexionistas, que afectarían a amplias zonas del sureste de Ucrania de habla rusa.
«Hay indicios que Rusia está dispuesta a lanzar una intervención a gran escala en el este y el sur de Ucrania», dijo a la prensa el jefe de la misión de Ucrania ante Naciones Unidas en Ginebra, Yuri Klimenko.
«Nuestra mayor preocupación en estos momentos es si (los rusos) irán más allá de Crimea», abundó el secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen.
Rusia impide por otro lado ampliar una misión de la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) en Ucrania, como si fuera su «rehén», acusó el ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Andrei Dechtchytsia.
Simultáneamente prosiguen los contactos: el secretario de Estado, John Kerry, tiene previsto reunirse con su homólogo ruso, Serguei Lavrov, la semana que viene.
Kiev busca de forma acelerada la protección occidental y el viernes planea firmar la parte política de un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea que generó el inicio de la crisis en noviembre pasado, cuando el entonces presidente ucraniano prorruso, Viktor Yanukovich, lo rechazó.
Moscú por su lado respondió directamente a Estados Unidos por sus posibles sanciones.
«Si en Washington gana la línea que consiste en atizar el enfrentamiento, en tratar de dictarnos algo sirviéndose de sanciones, no cabe duda de que, por nuestra parte, no nos limitaremos a sanciones específicas, que solo tomarían como blanco a ciertos individuos», afirmó el jueves el vicecanciller ruso, Serguei Riabkov.
El lunes, el gobierno estadounidense adoptó sanciones selectivas contra once responsables rusos y ucranianos prorrusos, siete de los cuales son allegados del presidente Vladimir Putin.