Los americanos regresan a Irak

mERCEDES gALLEGO NUEVA YORK / COLPISA

INTERNACIONAL

26 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

casi la mitad de las 300 fuerzas especiales que Barack Obama ha decidido mandar a Irak están ya en el país. No es que EE.UU. necesitara una semana para enviarlas. De hecho, 50 se encontraban ya en Irak, como parte del destacamento que protege la embajada en Bagdad. El despliegue de los 90 que se les han sumado no se ha hecho, sin embargo, hasta un día después de que Washington obtuviese para sus hombres la inmunidad necesaria para que nunca se les juzgue en Irak por lo que puedan hacer durante la misión.

«La inmunidad es un requerimiento fundamental cada vez que tenemos tropas invitadas por un Gobierno soberano», recordó Obama cuando se le preguntó si no se arrepentía de no haber dejado un contingente en Irak tras la retirada. Entonces, Nuri al Maliki, que ahora suplica a EE.UU. el envío de cazas y drones para bombardear a los terroristas del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), rehusó firmar un acuerdo que proporcionara inmunidad a las tropas americanas, motivo por el que Obama se negó a dejar ninguna. El primer ministro iraquí tampoco lo ha firmado ahora, pero según la Casa Blanca y el Pentágono la ha aceptado en diferentes cables diplomáticos que han intercambiado. Para almirante John Kirby, esas «garantías», similares a las que recibe el personal diplomático, «son aceptables» para esta situación «de corto plazo» en la que se involucrarán las tropas, que llaman eufemísticamente «asesores militares».

La élite del Ejército

Se trata de los Boinas Verdes, la Fuerza Delta, los Seal de la Marina y escuadrones tácticos de las fuerzas aéreas. Medio centenar más de estos soldados altamente cualificados para misiones de gran precisión llegarán en los próximos días, explicó Kirby. En «dos o tres semanas» habrán evaluado la situación y ofrecerán recomendaciones sobre cómo detener el avance de EIIL.

Para muchos, el envío de estos «asesores militares» es una repetición de Vietnam a principios de los años 60. Como entonces, Washington utiliza estas fuerzas especiales para evitar el alto número de bajas que se producen con las tropas convencionales en momentos en los que el presidente no tiene estómago para ello. Al frente de este comando está el almirante William H. McRaven, cuyas fuerzas y tácticas se usan en más de 70 países. McRaven, al que Politico llama «el último héroe estadounidense», no recibirá medallas por su trabajo, porque termina su mandato en agosto. Obama no le ha pedido que se quede, sino que tiene ya un reemplazo, el general Joseph Votel, que también caminará sobre las huellas del polémico general Stanley McChrystal, quien estuviera al mando del Comando Conjunto de Operaciones de Fuerzas Especiales durante cuatro años, antes de servir en el Estado Mayor y luego dirigir las tropas en Afganistán. Para el enviado especial del secretario general de la ONU Nikolái Mladenov, no hay duda de que para solventar «la parte de la crisis iraquí causada por el avance de EIIL hace falta una solución militar», dijo ayer. Sin embargo, advirtió de que el éxito de cualquier operación militar dependerá de que Bagdad sepa cooperar con todas las comunidades.