Scioli se queda solo

carlos ocampo REDACCIÓN / L A VOZ

INTERNACIONAL

DANIEL VIDES | AFP

Su exigua victoria en las presidenciales argentinas y la derrota en Buenos Aires abren una crisis en el kirchnerismo

29 oct 2015 . Actualizado a las 04:00 h.

Las imágenes y los gestos del domingo electoral en Argentina y de las jornadas posteriores son bastantes para ver lo que pasa en el kirchnerismo sin necesidad de palabras. El candidato a la presidencia del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, proclamaba su victoria con la viva imagen de la derrota pintada en su expresión. Cristina Fernández guardó desde entonces un elocuente silencio que prometió romper hoy. Cristina desaira a Scioli y no atiende su petición de entrevistarse, un episodio más que retrata la distancia que separa a la presidenta del candidato que no era el suyo y que demuestra el escenario de soledad por el que avanza el aspirante hacia el 22 de noviembre.

Pero, por si a alguien no le bastan estos signos para ver la crisis, allí está la locuacidad de Aníbal Fernández. Si la pírrica victoria de Scioli fue inesperada, la derrota del jefe del Gabinete, que no se privó de airear que todos lo abandonaron «en estos momentos horribles» salvo la presidenta, en la provincia de Buenos Aires es el síntoma más grave de la división entre kirchneristas.

Scioli fue el candidato del oficialismo porque lo respaldaban las encuestas, pero su centrismo no es bien recibido entre los peronistas. El anuncio de ministrables durante la campaña, para buscar el voto que se le escapaba por el centro, le privó de fidelidades, insinceras quizá, pero que añadirían sumandos. Los intelectuales de Carta Abierta, que surgieron para arropar al kirchnerismo en los momentos más complicados, lo sitúan en una «derecha difusa». Las declaraciones de la presidenta de las Madres de la Plaza de Mayo son un ejemplo de que muchos lo votaron, y volverán a hacerlo, con resignación. Lo peor es que las reticencias de los kirchneristas a su candidatura y su evidente falta de liderazgo entre los más afines a la presidenta predicen un escenario de derrota el 22 de noviembre que, en lugar de movilizar, podría contribuir a fraguarla.

Ventaja para Macri

De lo que ocurra ese día depende, mucho, lo que digan los votantes de Sergio Massa, que en sus primeras declaraciones afirmó que su 21 % de papeletas es una apuesta por el cambio. Sin embargo, casi la mitad del electorado depende de las subvenciones del Estado y tendrán miedo del cambio que, aunque maquillado para mitigar estos recelos, promete Mauricio Macri.

La primera encuesta señala una diferencia de cuatro puntos a favor de Macri (45,6 %) sobre Scioli (41,5), Restado el voto en blanco que pide la izquierda más radical, sigue habiendo casi un diez por ciento de indecisos que devuelven cierta incertidumbre a la nueva cita, pero en todo caso los argentinos, con esta histórica segunda vuelta, al menos han puesto diques a la hegemonía de los Kirchner.