La cifra de muertos en el terremoto de Ecuador se eleva a 350

Agencias

INTERNACIONAL

Más de 300 réplicas se han registrado en el país tras el seísmo del sábado, que dejó al menos 2.000 heridos. Un equipo de bomberos y perros del Ayuntamiento de Hueva participan en el primer contigente enviado desde España para colaborar en las labores de rescate

18 abr 2016 . Actualizado a las 18:07 h.

Ecuador ha movilizado todos sus recursos para hacer frente a la catástrofe desencadenada por un potente terremoto de magnitud 7,8 en la escala de Richter que este sábado golpeó la costa norte del país y que dejó 350 muertos, según el último balance, facilitado este lunes por el ministro coordinador de Seguridad, César Navas, quien también dijo que aumentaron los heridos, aunque sin precisar un nuevo balance de lesionados, que era de 2.068 -la cifra inicial de muertos era de 272-, además de un número indeterminado de desaparecidos. Tras el seísmo, se han registrado al menos 304 réplicas, según informó el director del Instituto Geofísico, Mario Ruiz.

Ruiz recalcó que «lo importante es que las réplicas van disminuyendo», y comentó que podrían registrarse durante unas dos semanas más. Desde el domingo, precisó, se han registrado cuarenta réplicas que oscilan entre 3,5 y 5,6 grados Richter y comentó que en estos cómputos no se incluyen las réplicas menores.

Labores de rescate

Al operativo de emergencia que trabaja sobre el terreno para localizar a las víctimas atrapadas entre los escombros se sumará también la Unidad Canina y Desescombro del Ayuntamiento de Huelva, que participa en el primer contingente de rescate, salvamento y atención médica que la oenegé Bomberos Unidos Sin Fronteras (BUSF) ha enviado al país.

En el contingente participan un total de 14 personas de la ONG, entre ellos seis bomberos del Ayuntamiento de Huelva con dos perros de rescate, al que se unen dos perros guías más, bomberos de otras unidades y personal médico, ha informado el consistorio.

En su primera intervención tras el terremoto, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, confirmó las cifras de víctimas. «Temo que esa cifra aumentará porque seguimos removiendo escombros», dijo Correa en Portoviejo, provincia de Manabí, y aseguró que «la tragedia es muy grande». Admitió que «hay todavía muchísimos cadáveres entre los escombros», pero aseguró que el país sabrá «salir adelante».

También agradeció los mensajes de solidaridad de Gobiernos de la «Patria Grande» latinoamericana y dijo que, además de la llamada del presidente del Gobierno en funciones de España, Mariano Rajoy; la presidenta de Brasil, Dilma Roussef; el de Argentina, Mauricio Macri; y el colombiano Juan Manuel Santos le han expresado su respaldo ante la situación que vive su país.

Correa aseguró que esta es «la mayor tragedia de los últimos 67 años», desde el terremoto de Ambato del 5 de agosto de 1949.

Destrucción y pánico

Y es que con la luz del día salieron a relucir las destructivas consecuencias de la sacudida en las provincias afectadas, en especial las de Manabí y Esmeraldas, declaradas en emergencia por el Gobierno junto a las de Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas, Los Ríos y Santa Elena.

Además, el estado de emergencia rige en el conjunto del país, que comienza a hacer acopio de medicinas, agua, mantas, carpas y alimentos para hacerlos llegar a lugares como Pedernales y Manta, dos de los puntos más castigados.

El terremoto se produjo a las 18.58 hora local del sábado, entre los balnearios costeros de Cojimíes y de Pedernales, en la provincia de Manabí y colindante con la vecina Esmeraldas, que también sintió el impacto de las réplicas.

Descartado el riesgo de tsunami, la búsqueda y rescate de supervivientes se convirtió en la principal prioridad para las autoridades, que hicieron constantes llamamientos a la calma y a la unidad mientras aseguraban que lo primero es atender a los damnificados.

Búsqueda de supervivientes entre los escombros

Los equipos de rescate buscan supervivientes entre los escombros, que dan a lugares como Pedernales, en el epicentro del desastre, el aspecto de un lugar castigado por un bombardeo, como lo describió el ministro del Interior, José Serrano.

Imágenes de televisión mostraban en ese lugar turístico casas derrumbadas por completo y otras bastante destruidas, vías dañadas, hoteles desplomados, gente en las calles llorando por personas fallecidas, desaparecidas o heridas y personas deambulando consternadas en medio de polvorientas vías.

La población de Pedernales, que trata de tomar conciencia de lo ocurrido «tiene todavía el temor marcado en el rostro», dijo a Efe desde esa ciudad el técnico de Cruz Roja Fernando Rueda.

Uno de los seísmos más letales de la última década

El terremoto, que se inscribe entre los diez más letales registrados en América Latina durante los últimos veinte años, propició reacciones de apoyo de Gobiernos, organizaciones y entidades del exterior, así como envíos de ayuda humanitaria.

Varios países comprometieron su apoyo por medio de equipos de rescate que comenzaron a llegar para sumarse a las labores de desescombro y salvamento.

Tan pronto ocurrió el terremoto, twitter fue, a momentos, un muro de lamentos de usuarios que reclamaban más información oficial, pero luego abundaron los mensajes de solidaridad de ciudadanos de a pie que, inmediatamente, comenzaron a organizar colectas y a fijar puntos de encuentro para la entrega de vituallas.

Durante las horas posteriores al temblor, tiempo en el que se han contabilizado 239 réplicas, diferentes instituciones nacionales e internacionales pusieron en marcha operativos de apoyo y mecanismos de coordinación, como el Ministerio de Inclusión Económica y Social, que abrió un programa de recogida de ayuda de la población para los afectados.

La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) anunció su disposición a poner en marcha su mecanismo de asistencia por desastres naturales y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) abrió una cuenta para donaciones internacionales en favor de los afectados.