La UE y Cuba inician una nueva era de relaciones políticas y comerciales

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

FRANCOIS LENOIR | REUTERS

España aspira a fortalecer su ya importante presencia económica en la isla

13 dic 2016 . Actualizado a las 08:05 h.

Punto y aparte para las relaciones entre la Unión Europea y Cuba.  Tras veinte años de diálogo desgastado, impuesto por la denominada Posición Común, Bruselas y La Habana sellaron ayer un acuerdo histórico para reconstruir puentes. La política que supeditaba el diálogo entre ambos socios a los avances en derechos humanos y democratización de la isla queda enterrada. Ningún país europeo está por la labor de seguir respaldando la herramienta de presión que diseñó el ex presidente de Gobierno español José María Aznar, en el año 1996 para aislar al régimen de Fidel y Raúl Castro.

«Es un día muy importante para la UE y para Cuba. Estamos muy contentos y esperamos que los Estados miembro ratifiquen el acuerdo lo antes posible», celebró ayer el ministro español de Exteriores, Alfonso Dastis, antes de recordar el enorme interés que despierta en España este acercamiento. «Somos el primer país con mayor presencia económica, en inversiones y en comercio. Es una relación que aspiramos a fortalecer», señaló. ««España quiere jugar con Cuba un papel de liderazgo», añadió. 

Los derechos humanos

La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, y su homólogo cubano, Bruno Rodríguez, evocaron los «profundos lazos históricos, económicos y culturales» que unen a los dos socios trasatlánticos y destacaron las oportunidades que se abren para ambos. «Es un instrumento para apoyar el proceso cubano de modernización económica y social, para fomentar el desarrollo, la justicia social y fortalecer la democracia», aseguró la italiana abriendo el terreno al espinoso debate sobre la situación de los derechos humanos en la isla.

La UE reconoce los esfuerzos del Gobierno cubano y alienta a continuar la misma senda. «Esperamos que no tomen derivas en contra de algo que ellos mismos han suscrito, pero no preveo dificultades», aseguró Dastis. 

Bruno Rodríguez capeó el golpe lanzando dardos a la propia Unión Europea. No solo pidió caminar hacia un orden internacional «más democrático y participativo», sino que también puso en cuestión la legitimidad moral de los 28 para imponer exigencias al Gobierno cubano señalando las «profundas preocupaciones de Cuba en relación con la garantía del ejercicio de los derechos humanos en Europa y los Estados Unidos» en crisis como la de los refugiados, en el trato a las minorías y en la igualdad salarial entre hombres y mujeres.  

La sombra de Trump

Entre las luces del acuerdo también emergen sombras y dudas, como el incierto futuro de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos tras la victoria del republicano Donald Trump, quien amenaza con volver a congelar el diálogo abierto por el presidente saliente, Barack Obama. ¿Afectará al diálogo y la cooperación con la UE? «Los acontecimientos en Washington a partir de enero no afectarán en modo alguno», zanjó Mogherini. «Las relaciones entre la UE y Cuba felizmente no pasan por Washington», apostilló el ministro cubano, quien lamentó el bloqueo económico estadounidense. España tampoco quiere recular: «Si finalmente lo que dice Trump se hace realidad será un aliciente más para hacer más intensa y fluida la relación entre la Unión Europea y Cuba», aseguró Dastis.