May sufre un duro castigo en las urnas, según los sondeos

RITA ÁLVAREZ TUDELA LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Los conservadores perderían la mayoría absoluta y quedarían abocados a pactar con los proeuropeos del Partido Liberal

09 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras ocho semanas de una campaña de infarto, el sondeo a pie de urna publicado al cierre de los centros electorales pronosticó ayer un fuerte revés para los conservadores, liderados por Theresa May, que no conseguirían una mayoría absoluta, con 314 escaños, frente a los 266 para los laboristas de Jeremy Corbyn.

A la espera de que el lento recuento de votos por todo el país concluya, el estudio encargado por las cadenas de televisión BBC, ITV y Sky publicado a las once de la noche (hora peninsular española) otorgaba una victoria a los conservadores que llevaría a lo que se conoce como «Parlamento colgado». Para los liberaldemócratas pronostica 14 escaños y el Partido Nacionalista Escocés (SNP) 34 escaños, mientras el euroescéptico UKIP no tendría representación.

Tras los recientes ataques terroristas en Manchester y Londres, Reino Unido votó bajo el miedo. Las autoridades revisaron los protocolos de seguridad para garantizar que la jornada electoral de ayer terminarse sin ningún contratiempo. La comisaria británica Lucy D’Orsi, recalcó como la votación tuvo lugar «en un momento sin precedentes», bajo el nivel de amenaza terrorista de «severo», lo cual significa que un ataque es muy probable. El incidente más destacado de la jornada fue la evacuación de la londinense plaza Trafalgar por un paquete sospechoso, que resultó ser una falsa alarma.

Un total de 46,9 millones de personas estaban registradas para votar. Cientos de miles de ciudadanos de entre 18 y 34 años solicitaron inscribirse para hacerlo antes de la fecha de cierre el mes pasado, incluyendo más de 450.000 en el último día. Su participación resultará clave para el resultado final de May y Corbyn. En el 2015, solo el 43 % de los jóvenes entre 18 a 24 años votó, en comparación con el 78 % de los votantes de 65 años o más. Ese año, la participación global fue del 66,2 % en todo el Reino Unido, un aumento desde el 65,1 % en el 2010 y también el más alto desde el 71,4 % de 1997, lo que sugiere que aumenta cuando la gente siente que el resultado es incierto y su voto es más probable que haga una diferencia.

La candidata más madrugadora fue Theresa May, que acudió a votar acompañada por su marido, Philip, en su distrito electoral en Maidenhead, en Berkshire. Su última petición en el cierre de campaña fue recordar a los votantes que la respaldasen para poner en marcha las negociaciones del brexit con la UE. «Solo puedo construir ese país mejor y conseguir el trato correcto en Bruselas con el apoyo del pueblo británico», reclamó May.

Por su parte, el líder laborista, Jeremy Corbyn, emitió su voto poco después en la escuela primaria Pakeman, en Holloway, al norte de Londres, donde se espera que gane por mayoría la circunscripción del norte de Islington. Con una rosa roja en la solapa de su traje resaltaba la jornada como «un día para nuestra democracia».

Los británicos acudieron a votar con escasa confianza en el vuelco electoral

Pasadas las siete de la mañana, Evan fue uno de las primeros en acercarse al colegio electoral de Shacklewell, en el barrio londinense de Dalston, tradicionalmente laborista. Lo hace antes de ir a trabajar: «Es bueno venir a primera hora y votar temprano», reconoce. En total hay 40.000 polling stations (zonas de voto) repartidos por todo el Reino Unido y estarán abiertos hasta las diez de la noche. Si bien cree que los conservadores no hicieron una campaña muy efectiva, espera que finalmente consigan la victoria. «Seguramente Theresa May no consiga ganar con la ventaja que las encuestas predecían hace siete semanas, pero sí con una clara», afirma.

Al mismo colegio acude Adele, sin muchas esperanzas de que Jeremy Corbyn logre dar la sorpresa e imponerse en las urnas. «Hicieron una buena campaña, fue interesante, pero no creo que le de para ganar», añade. A su lado pasan Ibrahim y Aminata, dos acérrimos seguidores del líder laborista, a quien ven como «un buen hombre, esperamos que sea el próximo primer ministro, aunque los medios lo tratan muy mal aquí».

Elección meditada

En el centro electoral de Hide Tower, en el barrio de Westminster, Lisa votó lo que cree que «es menos malo» para el futuro del país a corto plazo. Está contenta con la papeleta que depositó en la urna, fruto de lo que describe como una buena investigación para saber lo que defienden los candidatos. «El planteamiento tranquilo y pacífico de Corbyn me atrae más que el de May, así como su visión del sistema sanitario y la reorganización que propone para el transporte». Aunque no esconde su preocupación sobre sus políticas en materia de inmigración y terrorismo, que Lisa considera que «son demasiados suaves».

Al mismo lugar fueron a votar juntos Simon y Alison. El primero se siente «raro de volver a votar tan solo dos años después de las últimas elecciones, pero contento de poder hacerlo», haciendo referencia a las pasadas elecciones en el 2015, cuando David Cameron ganó por mayoría absoluta. Convencido de que repetirán los conservadores, cree que hay muchos que son tímidos y no lo dicen a los medios.

Viejos liderazgos

Minutos más tarde llega al colegio electoral Jeremy, caminando despacio bajo un fuerte viento y apoyándose en una muleta. Desea que vayan a votar muchos británicos, los más que puedan. Es de los que añoran el laborismo liderado por Tony Blair: «Él sí que lo hizo bien», criticando el manifiesto defendido por May y lamentando las políticas radicales de Corbyn.