El nobel de la paz enfila el adiós

HÉCTOR ESTEPA BOGOTÁ / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Nelson Cárdenas | EFE

El colombiano encara el final de su mandato con el reto de consolidar el desarme de la guerrilla de las FARC

09 ago 2017 . Actualizado a las 07:45 h.

Recta final para el Gobierno de Juan Manuel Santos. El presidente colombiano afronta su último año en el poder con el objetivo de consolidar el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y evitar el aumento de la polarización política en el país.

«Tengo la satisfacción de haber hecho muchas cosas, pero una frustración por no haber hecho mucho más», señaló el pasado domingo el premio Nobel de la Paz en una entrevista, destacando estar contento con su trabajo al frente del país durante los últimos siete años.

El reto más importante que tiene Santos sobre la mesa es la aprobación de las leyes previstas en el acuerdo de paz con las FARC que aún no han sido tramitadas por el Congreso. Y no será una tarea sencilla. Una parte significativa de los miembros de la coalición de Gobierno, que sustenta el pacto con la guerrilla, se encuentra ya velando por sus propios intereses de cara a las elecciones del 2018. Esos políticos parecen mostrarse indiferentes con ciertos puntos de los acuerdos de La Habana o, en casos puntuales, directamente en contra. Se confía, eso sí, en sacar todas las leyes adelante.

Santos intenta también llegar a acuerdos de base con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda mayor guerrilla del país, con la que el Gobierno negocia el final de la lucha armada desde el pasado febrero.

El presidente presumió en los últimos días sus logros en seguridad tras el desmantelamiento de las FARC. El país presenta, según el mandatario, las cifras de homicidio y secuestro más bajas de los últimos 40 años. «Ya no nos ven como un país problema sino como un país con un potencial inmenso», apuntó. 

Logros económicos

Destacó también sus logros económicos. Más de cinco millones de colombianos salieron de la pobreza multidimensional y el desempleo bajó en tres puntos los últimos diez años, hasta el 8,7 %, según el Gobierno. El crecimiento económico, eso sí, se ha desacelerado tras la caída de los precios del petróleo y será otro de los principales problemas para Juan Manuel Santos en lo que le queda de mandato.

El premio nobel también ha reconocido errores, como el gran crecimiento de los cultivos de coca registrados durante su mandato. Aumentaron un 42 % en el 2015 con respecto al año anterior, según EE.UU., hasta alcanzar las 188.000 hectáreas. Santos cree posible erradicar más de 100.000 hectáreas este año.

Otro de sus principales problemas es la corrupción. El escándalo Odebrecht también ha salpicado al premio Nobel. Sus campañas electorales de 2010 y 2014 podrían haber estado, en parte, financiados por la constructora brasileña corrupta. El presidente ha dicho desconocer tal extremo.

La popularidad de Santos es baja. No supera el 30 % en ninguna encuesta reciente. El líder colombiano cree que se debe al acuerdo con las FARC y dice estar dispuesto a seguir perdiendo apoyos si eso significa salvar vidas. Ha querido afrontar su último año de Gobierno reestructurando su gabinete para introducir a algunas figuras de su confianza. Intentaría con ello recabar apoyos una vez que sabe que su mandato va a quedar en breve sin aval público alguno, ya que probablemente su partido no presente candidato presidencial.

Se prevé que quienes sí participarán en la contienda dediquen parte de sus críticas al Gobierno, a pesar de que algunos candidatos han formado parte de él hasta hace apenas unas semanas.

El principal debate de la campaña se dará, como ya es habitual, en torno al acuerdo de paz con las FARC. La oposición, liderada por el expresidente Álvaro Uribe, amenaza con «hacer trizas» el acuerdo con la guerrilla.

No solo la política nacional preocupa a Santos. El presidente es acusado por el chavismo de haberse aliado con EE.UU. para conspirar contra Venezuela. Gobierna con un ojo puesto en el país vecino, del que llegan miles de desplazados cada día.