El número dos de Le Pen deja el Frente Nacional y divide a la ultraderecha gala
INTERNACIONAL

Partidario del «frexit» y gran modernizador del grupo, está en desacuerdo con la decisión de abandonar la línea euroescéptica
22 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El número dos del Frente Nacional (FN), Florian Philippot, abandonó ayer el partido después de varias semanas de tensiones entre él y la presidenta Marine Le Pen. «Pues claro que dejo el FN, no me gusta hacer el ridículo», espetó ayer en el plató de France 2 el exvicepresidente de la agrupación, denunciando un viraje más hacia la derecha que, según él, ha hecho trizas su estrategia de normalización de la extrema derecha. «Vine aquí por la desdemonización, porque se suponía que los ultrajes del pasado habían terminado», recalcó durante la entrevista.
Su salida es el síntoma más visible de la profunda crisis interna que está atravesando la ultraderecha desde la victoria en mayo de Emmanuel Macron. Apenas 10 días después de la estrepitosa derrota de Le Pen, Philippot lanzó su propia asociación, bautizada como Los Patriotas, asegurando entonces que su objetivo no era dejar el partido sino continuar con el espíritu del FN tras los fracasos en las presidenciales y legislativas. «Comprendí inmediatamente que no era un laboratorio de ideas sino un partido», declaró Le Pen pocas horas después de conocerse la dimisión de Philippot.
En efecto, cuando su antiguo brazo derecho anunció la creación de Los Patriotas, la ultraderechista le apartó inmediatamente de las responsabilidades de estrategia y comunicación del FN, el cual debe gran parte de su crecimiento en los últimos años al plan de normalización de la extrema derecha que Philippot diseñó. Presente y activo en las redes sociales, fue el cerebro detrás de la campaña que logró posicionar a la formación como primer partido entre los jóvenes, hasta que la Francia Insumisa le arrebató el puesto tras las presidenciales. «Respeto su decisión pero protesto formalmente contra la manipulación que efectúa», criticó Le Pen, negando de paso haber acometido el volantazo derechista que le reprocha Philippot.
Sin la figura del hasta ahora vicepresidente, el FN se arriesga a perder el electorado euroescéptico. Mientras que Le Pen se dijo dispuesta a abandonar la salida de la Unión Europea para acomodar en sus filas a la extrema derecha pro-europea, el eurodiputado de 35 años considera el frexit como una prioridad. Desde la derrota de mayo, el discurso del FN volvió a centrarse en la inmigración y en las cuestiones identitarias, alimentando la línea política de su fundador, Jean-Marie Le Pen, el cual consideró que la salida de Philippot contribuirá la «pacificación del partido».
La del FN es solo una entre las profundas crisis que están atravesando todos los partidos tradicionales franceses después de la victoria de Macron. El peor parado por ahora es el Partido Socialista, el cual se ha visto obligado a poner en venta el pasado martes su histórica sede en París para amortiguar la pérdida de financiación que provocó su hecatombe en las legislativas.