
La consulta, auspiciada por los ultras italianos de la Liga Norte, no es vinculante
23 oct 2017 . Actualizado a las 07:35 h.Con el espectro catalán de fondo, doce millones de electores de las dos regiones más ricas de Italia, Lombardía y Véneto, estaban convocadas ayer a un referendo para reclamar al Estado más competencias y autonomía. Los votantes que se acercaron a las urnas dejaron claro de manera abrumadora que sí quieren más autonomía. El 98 % de los venecianos votaron afirmativamente, mientras que el 95 % de los lombardos, con un escrutinio menos avanzado, se decantaron por la ampliación de poder regional.
Que no es una consulta sobre la independencia, fue uno de los mantras repetidos tanto durante la campaña como por parte de sus promotores, los gobernadores de Lombardía, Roberto Maroni, y del Véneto, Luca Zaia, ambos de la xenófoba Liga Norte, e insistían en que la consulta está dentro del marco constitucional.
En cualquier caso, la votación no es vinculante y es el Gobierno italiano el que tendrá la última palabra sobre si se aumenta o no la autonomía. Este hecho y la proximidad de elecciones ha hecho que muchos vean en la votación un mero acto propagandístico de la Liga Norte.
El interés por el referendo fue mayor en el Véneto donde a las 00.00 horas ya se había superado el 64 % de votantes. Más fría fue la respuesta en Lombardía con solo el 40 % de participación a esa hora. Véneto ha fijado un quorum mínimo para validar la consulta, al contrario que Lombardía.
Al cierre de los colegios, los convocantes se mostraban satisfechos con la participación, al superar sus previsiones, y daban por hecho la victoria de sí. Por la mañana, el líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, había señalado que «si algunos millones de personas» votan, «desde mañana [por hoy] se empezará a negociar con el Gobierno central».
El objetivo es conseguir más competencias en infraestructura, sanidad o educación. Pero sobre todo encima de la mesa está la gestión de los 27.000 millones de euros que se calcula que el Estado recauda de impuestos en estas dos regiones y que, según sus gobernantes, son dilapidados por la burocracia centralista. Lombardía aporta el 20 % del PIB italiano y Véneto, el 10 %. Los analistas señalan que esa cesión provocaría recortes en las inversiones en el sur, ensanchando todavía más la brecha con el norte.
Los referendos han sido criticados también por su alto coste, unos 50 millones gastará Lombardía donde además el voto es electrónico , y 14 en Véneto. Algunos señalan la inutilidad del referendo ya que la Constitución italiana permite negociar con el Estado central sin necesidad de un apoyo refrendario, tal y como hace ya la región de Emilia Romagna. El Partido Democrático (PD) de Matteo Renzi no ha dado consignas de voto aunque alguno de sus líderes como el alcalde de Milán, Guiseppe Sala, han apoyado el sí. Otros como el ministro de Agricultura, Maurizio Martina; lo han criticado calificándolo de «falsa propaganda» ya que se produce meses antes de las elecciones generales del país y de las regionales de Lombardía.
La Liga Norte, partido que nació con la intención de conseguir la independencia del rico norte de Italia frente al sur mucho menos desarrollado, en los últimos tiempos ha aparcado las ideas secesionistas para inclinarse hacia una política neofascista y populista que tiene en su punto de mira a los inmigrantes, con la intención por parte de Salvini de alcanzar el Gobierno del país en las próximas elecciones.