Rusia tendrá una nueva base en Cuba

Milagros L. de Guereño LA HABANA / COLPISA

INTERNACIONAL

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La Habana cambia de postura y, tras resistirse a la presencia de Moscú durante el deshielo con Obama, abre la isla a Putin en respuesta a la actitud de Trump

04 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Rusia, que desde los años sesenta mantuvo abierta una base de interceptación de comunicaciones cerca de La Habana hasta que, para enojo de Fidel Castro, decidió cerrarla en el 2001, volverá a instalar su tecnología en la isla, esta vez para recibir datos satelitales, según confirmó el jefe del Kremlin, Vladimir Putin, durante la visita del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel.

Moscú volverá a tener ojos en el continente americano a partir de abril de 2019, gracias al contrato firmado por la corporación científica industrial Sistemas de Fabricación de Equipos de Alta Precisión (SPP, por sus siglas en ruso) para emplazar en Cuba una estación de mediciones para el sistema de navegación Glonass, un complejo móvil de recepción de datos de satélites rusos de observación. Pero, como aclaró Putin, «los socios cubanos tendrán acceso a las amplias posibilidades técnicas que brinda el sondeo remoto de la Tierra y a los servicios de telecomunicaciones».

El viaje y los acuerdos suscritos confirman el acercamiento de ambas naciones, que en estos 60 años han tenido altibajos en sus relaciones. Desde el 2014, el Gobierno ruso estaba tratando de recuperar la base de Lourdes, ahora sede de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI). Durante el breve período de deshielo con Barack Obama, y pese al convencimiento de Raúl Castro de la necesidad de diversificar relaciones políticas y comerciales con todas las naciones, la isla ralentizó la respuesta al interés de Moscú por volver a enclavarse en el «patio trasero» de EE. UU.

La llegada de Trump tratando de deshacer los avances de Obama y amenazando a todo aquel que considera enemigo ha aceitado los contactos. Según el analista Lajos Szaszdi, «la apertura de bases en el exterior es necesaria para la disuasión estratégica de Rusia y para su Inteligencia, así como para verificar los acuerdos del desarme y también determinar qué planes hay en el Pentágono en caso de operaciones o intervenciones en el extranjero».

Rusia, que fue el sostén económico de la isla hasta la caída del bloque soviético en los años noventa, lo que provocó en el país el llamado período especial, va remontando posiciones. Es ya el noveno socio comercial de Cuba, con intercambios de 254 millones de euros en el 2016, según confirmó el viceministro de Industria y Comercio del Kremlin, Gueorgui Kalamánov, al visitar La Habana el pasado junio, lo que representa un crecimiento del 17 %. 

Deuda de la URSS

La Duma ratificó la condonación de la deuda de Cuba con la URSS, estimada en 30.850 millones de euros. Además, La Habana acordó pagar los 3.085 millones restantes en 10 años para reinvertirlos en la economía de la isla.

Las autoridades cubanas cuentan con Moscú y su papel es «muy importante en los planes de desarrollo económicos». Ambos Gobiernos tienen acuerdos en aviación civil, metalurgia, construcción de maquinarias, transporte e industria química y ligera. Los rusos desembarcan también para trabajar en la rehabilitación de la industria textil en la isla, los programas de recuperación de cítricos, el ensamblaje de autobuses, el suministro de locomotoras y la fabricación de piezas de repuesto para el sector ferroviario.