
Tras el fracaso de la cumbre con EE.UU., Piongyang reconstruye instalaciones militares que había empezado a desmantelar en el 2018
08 mar 2019 . Actualizado a las 00:13 h.Ni una semana ha durado la aparente voluntad de dejar vías abiertas a la negociación en el futuro con la que finalizó la cumbre entre Kim Jong-un y Donald Trump. Ayer saltó la noticia de que Corea del Norte está reconstruyendo el centro de lanzamiento de cohetes de Sohae, que había desmantelado parcialmente para mostrar su compromiso con la desnuclearización.
Según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) estadounidense, imágenes de satélite tomadas dos días después de la fracasada cumbre muestran que se están recomponiendo las instalaciones. Los servicios de inteligencia surcoreanos han corroborado la información en una sesión informativa a puerta cerrada en el Parlamento. Desde EE.UU. el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, ha amenazado con más sanciones si Piongyang no se desarma.
La reconstrucción del centro se ha interpretado como un mensaje de Kim Jong-un a Washington: no está dispuesto a negociar a cualquier precio y puede volver rápidamente al anterior escenario de las amenazas nucleares.
Sin actividad desde agosto
La base de lanzamiento de Sohae, también conocida como Tongchang-ri, se encuentran en la costa noroeste del país. Se utilizaba para poner satélites en órbita, pero la tecnología se puede adaptar para lanzar misiles balísticos intercontinentales. Por esta razón el Consejo de Seguridad de la ONU había prohibido a Corea del Norte llevar a cabo lanzamientos espaciales. La instalación no registraba actividad desde agosto del 2018, pero las imágenes captadas muestran que se han hecho avances rápidos para rehabilitar una estructura móvil.
Diferentes fuentes, como la web de investigación independiente 38 North, sostienen que los trabajos de reparación empezaron antes de la cumbre de Vietnam, entre el 16 de febrero y el 2 de marzo, lo que abre interrogantes sobre el compromiso real de Piongyang con la cancelación de su programa nuclear. No obstante, la reconstrucción podría tener un fin civil
La cumbre entre Trump y Kim Jong-un finalizó el jueves pasado de forma abrupta. Washington exige el desarme nuclear total norcoreano para levantar las sanciones, mientras que Piongyang reclama un proceso paulatino.
El levantamiento de las sanciones es una prioridad para Kim. Necesita inversión exterior para desarrollar su economía y también ayuda humanitaria urgente. El país registró el año pasado la peor cosecha de los últimos diez años y Naciones Unidas calcula que el 43 % de la población, más de diez millones de personas, requiere asistencia.