El proceso de destitución del presidente previsto por la Constitución de Estados Unidos solo se ha puesto en marcha tres veces y nunca ha culminado con éxito
14 may 2019 . Actualizado a las 07:21 h.Desde el mismo día en que Donald Trump tomó posesión como el presidente número 45 de Estados Unidos ya saltó a los papeles una palabra: impeachment. El proceso previsto por la Constitución norteamericana para destituir al jefe de Estado ha vuelto ahora al discurso de los analistas estadounidenses tras la publicación del llamado informe Mueller, un extenso documento de 448 páginas -del que solo se ha entregado una versión censurada- en el que el fiscal especial Robert Mueller señala indicios de que Trump podría haber incurrido en un caso de obstrucción a la Justicia por no colaborar con las investigaciones relativas a la injerencia rusa en los comicios presidenciales del 2016.
Pero, aunque medio mundo quiera ver cuanto antes al magnate fuera del Despacho Oval, el impeachment es un proceso muy complejo que, hasta la fecha, nunca ha culminado con éxito.
¿En qué consiste?
El impeachment es un procedimiento previsto en el primer artículo de la Constitución de Estados Unidos por el que la Cámara de Representantes puede aprobar la puesta en marcha del proceso de destitución del presidente. Una vez que obtiene el visto bueno del Cámara de Representantes, el trabajo pasa al comité judicial del Senado, que es el encargado de llevar adelante los trámites. Se necesita que el impeachment sea aprobado pordos tercios de los senadores.
¿Cuántas veces se ha puesto en marcha el proceso de destitución?
El impeachment se ha iniciado en tres ocasiones hasta la fecha: contra los presidentes Andrew Johnson (1868), Richard Nixon (1974) y Bill Clinton (1998-1999).
¿Ha prosperado en alguna ocasión?
Nunca. En los casos de Johnson y Clinton, la propuesta no obtuvo el respaldo de los dos tercios del Senado que exige la Constitución. En cuanto a Richard Nixon, presentó su dimisión por el escándalo del Watergate antes de ser destituido oficialmente por la Cámara Alta.
¿Cuál fue el primer caso?
El primer caso se remonta a 1868. El procesado fue Andrew Johnson, el vicepresidente de Abraham Lincoln, que tuvo que asumir la presidencia tras el asesinato de Lincoln. Fue acusado de haber violado la llamada Tenure of Office Act, una ley que estuvo en vigor entre 1867 y 1887 y que trataba de controlar el poder del presidente impidiéndole destituir a ciertos altos cargos sin el permiso previo del Senado. Johnson, que tuvo desde los inicios de su mandato un enfrentamiento continuo con los llamados radicales republicanos por su decisión de fomentar la reconstrucción del Sur tras la victoria del Norte en la guerra de secesión, fue procesado tras relevar al entonces secretario de Guerra, Edwin M. Stanton, y nombrar para su puesto a Ulysses S. Grant. El procedimiento siguió su curso desde la Cámara de Representantes hasta el comité judicial del Senado pero, llegada la hora de la votación, el resultado fue un escaso 35-19 contra Johnson. Había perdido, pero la victoria de sus enemigos se quedaba muy lejos de los dos tercios requeridos.
¿Cómo logró Nixon paralizar su «impeachment»?
El mandato de Richard Nixon ostenta dos dudosos honores. Fue el segundo presidente de la historia de Estados Unidos en someterse al procedimiento para ser destituido de su cargo y, sobre todo, el primero en renunciar a su cargo. Todo empezó con el célebre escándalo del Watergate. El caso de espionaje por parte de agentes vinculados a altos cargos de la Casa Blanca en las oficinas del Partido Demócrata en el edificio Watergate. Los famosos reportajes de Woodward y Bernstein en The Washington Post pusieron al hombre más poderoso del planeta contra las cuerdas y, en mayo de 1974, el comité judicial de la Cámara de Representantes inició los trámites del impeachment. Se acusaba a Nixon de 22 cargos muy graves. En julio, el comité aprobó oficialmente juzgarlo por tres causas principales: obstrucción a la Justicia, abuso de poder y desacato al Congreso. Acorralado, Richard Nixon presentó su dimisión el 8 de agosto, antes de que el Senado pudiese votar una destitución que se daba por segura.
¿De qué se acusaba al presidente Bill Clinton?
Bill Clinton fue sometido durante los años 1998 y 1999 al más largo caso de impeachment hasta la fecha. A raíz del escándalo por su relación con Monica Lewinsky, Clinton fue acusado oficialmente de perjurio y obstrucción a la Justicia. Sin embargo, cuando el proceso llegó finalmente al Senado, la Cámara Alta exoneró al presidente de todos los cargos. Sus rivales ni siquiera lograron la mayoría simple en la votación.
¿Podría iniciarse un proceso contra Trump?
Como hemos visto en los casos de Nixon y Clinton, la acusación de obstrucción a la Justicia es una de las más habituales en los procesos de destitución. El informe del fiscal Mueller, que analiza la posible influencia del Kremlin en los comicios en los que Trump ganó la presidencia, apunta indicios de que Donald Trump podría haber obstaculizado la acción de la Justicia. El cargo tiene la suficiente entidad como para poner en marcha la maquinaria del impeachment. Pero, aunque los demócratas controlan la mayoría de la Cámara de Representantes (con 235 congresistas frente a 198 republicanos), el Senado está liderado por el Partido Republicano con 53 escaños frente a 45 demócratas y 2 independientes. A pesar de estas cifras, la líder demócrata, Nancy Pelosi, anunció hace unos días que sopesa la baza del juicio político. Por ahora, la regla de los dos tercios blinda a Trump.