Morales reivindica su victoria y Mesa llama a batallar por la segunda vuelta

Héctor Estepa
héctor estepa CÓRDOBA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Martín Alipaz | EFE

La OEA pide el balotaje con independencia del resultado ante las sospechas de fraude

25 oct 2019 . Actualizado a las 09:09 h.

Evo Morales contraataca en una de las semanas más difíciles de sus casi 14 años de Gobierno. El presidente boliviano dijo ayer estar seguro de su victoria en las elecciones del domingo y volvió a acusar a la oposición de estar organizando un golpe de Estado. «Ya ganamos en primera vuelta», dijo Morales, a pesar de que, a última hora de este jueves, faltaban nueve décimas de recuento.

El líder socialista, eso sí, aventajaba a su rival, el líder opositor y expresidente Carlos Mesa (2003-2005), por 10,37 puntos, una distancia suficiente para evitar la celebración de un balotaje, pero por tan solo 0,37 puntos. «Todavía no terminó el conteo. Podemos bajar, o podemos subir, porque soy optimista y faltan los votos del campo», recalcó Morales, mientras la oposición intensificaba sus denuncias de fraude, en un clima de protesta generalizada en todo el país desde el domingo, cuando inició el controvertido cómputo electoral.

«Tenemos pruebas para demostrar el golpe de Estado. Vamos a defender la democracia, porque ha costado recuperarla. Antes de la elección hablaban de fraude sin pruebas, por eso son golpistas. El delito es ser presidente», señaló ayer Morales.

La oposición, por su parte, creó el miércoles por la noche una Coordinadora de Defensa de la Democracia con el objetivo de lograr la celebración de un balotaje. La recién nacida organización emplazó «a todas las bolivianas y a los bolivianos de los nueve departamentos del país a movilizarse pacíficamente, hasta conseguir el objetivo democrático de la convocatoria a segunda vuelta electoral».

Un grupo de militares en la reserva llaman al Ejército a apoyar a la oposición El opositor Mesa descartó estar alentando el conflicto entre ciudadanos. «La violencia se genera de una u otra dirección. Yo no puedo aprobarla, pero no puede plantearle a la sociedad boliviana que nos quedemos todos quietos viendo cómo nos roban una elección», dijo el expresidente, en una entrevista con el canal de televisión UNO.

Morales, que llamó ayer «cobarde» y «delincuente» a Mesa, considera que la coordinadora opositora es un «grupo de políticos fracasados». «Aunque algunos estaban separados, pero en torno a Carlos Mesa, se juntaron todos los neoliberales y privatizadores», ahondó.

El presidente dijo estar negociando una auditoría de la votación con la Organización de Estados Americanos (OEA), que ha recomendado celebrar la segunda ronda electoral, sea cual sea el resultado, ante las dudas sobre un posible fraude y por la escasa diferencia que evita el balotaje.

No precisó Morales si estaba dispuesto a aceptar la principal petición de la OEA de cara a esa posible auditoría: que la decisión del organismo sea vinculante.

El presidente boliviano se presentó, a primera hora de la tarde, en una manifestación a su favor, convocada por movimientos sociales y sindicatos en la ciudad de Cochabamba, donde volvió a criticar a Mesa y a la coordinadora creada por la oposición.

La OEA propone una auditoría y reclama a Morales que su resultado sea vinculante Mientras tanto, un grupo de militares en el servicio pasivo pidió a sus compañeros en activo que respaldasen a la oposición. «Este no es un grupo sedicioso. No es un grupo subversivo. No es un grupo golpista. Es un grupo altamente preocupado por la violación a la constitucionalidad y la ley», dijo el coronel del Ejército en reserva, Mario Almeida.

El Alto ya no es el bastión del presidente boliviano

El Alto es frenético. Desde muy temprano, miles de comercios abren sus puertas, sacando sus coloridos carteles a la calle, donde se mezclan con los cientos de comerciantes ambulantes, vendedores de frutas, productos de ferretería o accesorios para móvil.

El cruce de caminos, de unos 850.000 habitantes, era, hasta hace poco, uno de los bastiones de Evo Morales. Pero el apoyo al presidente en El Alto se ha desvanecido en los últimos cinco años.

«Evo nos ha decepcionado bastante. Yo le he votado dos veces. Pero durante su Gobierno ha aparecido una corrupción como la de antes. Si los neoliberales eran corruptos, él lo es más», comenta a La Voz Mario Tarquín, un veterano trabajador de taller. «Y la Justicia, ni hablar. Es para el que tiene dinero. Si usted no tiene dinero, aunque sea inocente, te meten en la cárcel», añade.

Primer revés para Evo

El primer golpe electoral importante para Morales fue perder, en el 2015, la ciudad de El Alto. Soledad Chapetón, una profesora de su misma etnia, aimara, pero de centroderecha, le arrebató la alcaldía al alcalde oficialista, que había sido acusado de malos manejos en las arcas del Ayuntamiento.

«El Gobierno miente mucho. Estamos esperando que cumpla sus promesas, como carreteras que no ha terminado. Y además hay que sacar al Evo ya porque, si no, vamos a acabar como Venezuela. Los venezolanos están pidiendo limosna aquí, en Chile, en Argentina… y no queremos acabar así», dice por su parte la comerciante Esperanza Averanga.

Los habitantes de El Alto que censuran a Morales critican especialmente su afán reeleccionista, a pesar de que perdió el referendo del 2016, como el principal motivo de su descontento con el presidente. «Esta vez no voté a Evo. Ya se le ha dado la oportunidad 13 años y es mucho. Vamos a entrar en un autoritarismo. Para algunos habrá hecho una buena gestión, pero ya es suficiente. Está mal. Es prepotente. Quiere hacer lo que le da la gana. Y solo escucha a la gente que le conviene, no a todos», expone el albañil Álvaro Tarquín.

«Yo sí voté a Morales, pero porque es el menos malo», dice, por su parte, el empleado de tienda Ramiro Marrero. «A pesar de que ha habido corrupción en su partido. Pero a Carlos Mesa, que era vicepresidente en la Guerra del Gas, que dejó sesenta muertos en esta ciudad ¿Cómo pueden votarle?», se pregunta Tarquín, mientras los cláxones de los cientos de minibuses, que abarrotan las calles de El Alto, esconden su voz.