Las 200 balas que mataron a la familia mormona en México eran de Texas

Mercedes Gallego NUEVA YORK / COLPISA

INTERNACIONAL

Miembros de la familia LeBarón observan el vehículo calcinado donde fueron asesinados sus familiares cuando circulaban por las comunidades de Bavispe y Ejido Pancho Villa
Miembros de la familia LeBarón observan el vehículo calcinado donde fueron asesinados sus familiares cuando circulaban por las comunidades de Bavispe y Ejido Pancho Villa Madla Hartz | Efe

El 70 % de las armas incautadas en el país azteca proceden de Estados Unidos

08 nov 2019 . Actualizado a las 15:50 h.

Las más de 200 balas que acabaron el lunes en México con la vida de tres mujeres y seis niños mormones de doble nacionalidad pudieron haber sido disparadas por narcotraficantes de ese país, pero habían sido fabricadas en armerías de Texas. La brutal masacre que ha conmocionado a ambos países muestra una realidad de la frontera que nunca aparece en los discursos de Donald Trump.

Se habla «de todo el trasiego de drogas que va de aquí a EE.UU.», protestó el presidente Andrés Manuel López Obrador, «pero no de la adicción que se da allí». Ni del arsenal de armas de fácil acceso que los narcos pueden comprar en las armerías estadounidenses, dadas las estrictas leyes mexicanas. «Y esa es la ayuda que nos puede prestar Estados Unidos», remachó.

Más de 150.000 armas de fuego conectadas con crímenes violentos durante la década transcurrida entre el 2007 y el 2018 procedían de EE.UU., sin contar las que están en manos del narcotráfico. El 70 % de las incautadas el año pasado se compraron en EE.UU. o estaban hechas en EE.UU., según los datos que ese Gobierno comunicó al FBI. Los carteles convierten rápidamente los rifles semiautomáticos AR-15 en armas totalmente automáticas todavía más mortales, como explicaron los expertos en el juicio del Chapo, el líder del cartel de Sinaloa juzgado en Brooklyn (Nueva York).

Trump habría aceptado colaborar con López Obrador para poner freno a ese tráfico que vende poco en sus mítines pero alimenta la violencia por la que protesta. Sin embargo, no parece probable que llegue tan lejos como quiere el presidente mexicano, que pide mayor control en la venta de armas dentro de EE.UU. y la despenalización de la marihuana, que alimenta el negocio de los narcotraficantes.

Escondidos en el monte

La brutal masacre de la familia mormona, aparentemente víctima de una guerra territorial entre carteles, sigue desgarrando a la opinión pública. Fue un alto en la furia de los disparos el que permitió que Devin Langford, el mayor de los niños que acompañaban a las dos familias tiroteadas y quemadas salvajemente, saltara del coche y empujase a sus hermanos y primos barranco abajo.

Mientras corrían seguían lloviendo las balas. Algunos estaban heridos. El adolescente de 13 años los escondió en el monte, los tapó con ramas y arbustos, y caminó casi 25 kilómetros durante cinco horas hasta el rancho familiar de La Mora para conseguir ayuda. En uno de los coches quedó un bebé de siete meses milagrosamente inmune a las balas que mataron a su madre y hermanos. Costó dos horas dar con los niños escondidos en el monte, entre ellos un bebé de ocho meses con un disparo en el pecho.