
Defensor del ala más centrista del SPD, es visto como un pragmático y un gestor eficaz, muy en la línea de su antecesora en el cargo
09 dic 2021 . Actualizado a las 09:50 h.Olaf Scholz llegó a la Cancillería Federal de Alemania casi por sorpresa, pues hace apenas unos meses nadie podía prever ni por asomo una victoria del Partido Socialdemócrata en las elecciones del 26 de septiembre. El SPD estaba hundido en las encuestas y pagaba el precio de haber sido, durante tres legislaturas, el socio minoritario de la coalición con los conservadores de Merkel. Hasta que los errores de sus rivales en campaña hicieron florecer al líder socialdemócrata.
Scholz, de 63 años, lleva tres como ministro de Finanzas de Angela Merkel y vicecanciller del Gobierno de gran coalición. Defensor del ala más centrista del SPD, es visto como un pragmático y un gestor eficaz en tiempos de crisis, muy en la línea de su antecesora en el cargo. Tanto es así que se dejó fotografiar en campaña haciendo el típico gesto con las manos en forma de rombo característico de la canciller, lo que da una muestra de lo merkeliano que es en sus formas, a pesar de ser del partido rival.
Como alcalde de Hamburgo, su imagen se vio afectada por los disturbios que tuvieron lugar en la ciudad durante la cumbre del G20 en el 2017. Ya como ministro de Finanzas fue salpicado por el escándalo Wirecard, que, aunque no le afectó directamente, manchó la imagen de su departamento por no detectar que esa compañía de pagos electrónicos falseaba los balances.
Su gran logro en esa cartera de Finanzas fue deshacerse de su fama de austero cuando más falta hacía. Para hacer frente a la crisis de la pandemia lanzó un multimillonario programa de gasto público. El descuadre de las cuentas públicas alemanas fue algo inédito en décadas, pero le acabó dando gran popularidad.
Scholz ha sabido transmitir la idea de ser un garante de la estabilidad, a pesar de su escaso carisma y de su fama de político gris. Sus detractores le han comparado incluso con un robot por su presunta falta de empatía.
Ahora busca dar un nuevo impulso a la principal potencia económica de Europa. «No buscamos una política del mínimo denominador común, sino una política de gran impacto. (...) Queremos atrevernos a progresar», dijo recientemente.
Con programas electorales en las antípodas, el SPD, los Verdes y el FDP consiguieron acordar rápidamente y dentro de los plazos previstos un programa de gobierno. Su labor como dirigente comenzó con buen pie. Ahora, Olaf Scholz tendrá que demostrar su liderazgo como canciller en tiempos convulsos.

Baerbock, Lindner y Lauterbach, los tres ministros que marcan las prioridades del Gobierno alemán
Deberán afrontar la lucha contra la pandemia y la recuperación de la economía y deberán contener las amenazas de Rusia y China
Pablo L. Barbero
Entre las prioridades del Gobierno alemán están la lucha contra la pandemia, la recuperación de la economía y, en política exterior, contener las amenazas de Rusia y China. Estos son los tres ministros que afronta esos retos.
Annalena Baerbock
Primera mujer al frente de Exteriores. La que estaba llamada a ser la primera canciller ecologista de Alemania ha acabado siendo la primera ministra de Exteriores, ya que una serie de errores en campaña truncaron su ascendencia meteórica cuando encabezaba todas las encuestas.
Baerbock nació en 1980 y se convirtió en copresidenta de Los Verdes en el 2018 para formar cúpula bicéfala con Robert Habeck, que ocupa a cartera de Economía. Aunque no tiene experiencia en gestión pública, se la considera preparada para el puesto.
Reclama un papel más protagonista de Alemania en las crisis internacionales y más atención a los derechos humanos, lo que seguramente tensará las relaciones con Rusia y China.
Christian Lindner
El halcón de las finanzas. El dirigente de los liberales y partidario de la austeridad presupuestaria asume la importante cartera de Finanzas, cuyas decisiones marcan la pauta del Ecofin y se reflejan en las políticas presupuestarias de toda Europa.
En lo personal, Lindner es un amante de la ostentación y proyecta una imagen elitista. No obstante, la política no se le da mal. Nacido en 1979, llegó a la jefatura del liberal FDP en el 2013, cuando la agrupación se había quedado fuera del Bundestag.
Trabajó duro para darle de nuevo visibilidad, y desde entonces la formación ha vuelto a florecer, sobre todo entre los jóvenes. Ahora está por ver cómo conjugará su ortodoxia financiera con los ministerios del SPD y Los Verdes que apuestan por aumentar el gasto.
Karl Lauterbach
Un epidemiólogo para afrontar la pandemia. Pocos países en el mundo pueden presumir de tener en plena pandemia a un experto epidemiólogo como ministro de Sanidad. Karl Lauterbach asume la cartera más delicada del momento, y lo hace con un objetivo claro: tomar las medidas que sean necesarias para aplacar esta cuarta ola que lleva semanas dejando récords diarios de contagios en Alemania.
El médico adscrito al SPD es defensor de la máxima cautela y de la vacuna obligatoria contra el covid, lo que lo ha convertido en objetivo preferente de los ataques de los antivacunas y la ultraderecha. Es además una cara conocida para los alemanes, acostumbrados a verle en tertulias televisivas.