Europa del Este desafía desde Ucrania a Moscú y también a Bruselas

Joana Serra COLPISA

INTERNACIONAL

Los líderes de Polonia, República Checa y Eslovenia viajan al Kiev bajo el asedio ruso

15 mar 2022 . Actualizado a las 20:28 h.

Los líderes de Polonia, República Checa y Eslovenia -Mateusz Morawiecki, Pietr Fiala y Janez Jansa, respectivamente- plasmaron el compromiso del este europeo con Ucrania con un viaje hasta el Kiev asediado, a modo de desafío a Moscú y, aunque indirectamente, a Bruselas. Los tres jefes de Gobierno partieron de Polonia a primera hora en tren, un país donde día a día quedan pulverizados tramos de carreteras por los ataques rusos o son los propios ucranianos quienes cortan sus puentes, en un intento por detener el avance enemigo.

El objetivo era claro: reunirse con el presidente Volodimir Zelenski en la sitiada capital, quien unas horas antes, en una intervención virtual ante líderes europeos reunidos en Londres, había reconocido que la puerta de la OTAN está cerrada para su país. Poco después repitió, esta vez en un mensaje al Parlamento de Canadá, su exigencia de una zona de exclusión aérea sobre su país. Algo que la Alianza Atlántica y la UE rechazan porque precipita el peligro de una guerra atómica.

La intención del viaje de los tres líderes del este europeo, según el primer ministro checo Fiala a través de su cuenta en Twitter, era «mostrar nuestra solidaridad» hacia Ucrania. Es decir, ir más allá de los pronunciamientos de apoyo o las promesas de suministros de armas emitidos desde Bruselas o las capitales de los 27 Estados miembros de la UE.

Fue acordado, según fuentes polacas, en el consejo informal de la UE la semana pasada en Versalles, bajo la presidencia de turno del bloque comunitario a cargo de Emmanuel Macron. Una cumbre en la que quedó claro que no habría «atajos» para un ingreso por la vía rápida de Ucrania en la UE. Según Polonia, la visita a Ucrania contaba con el acuerdo del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y con la de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen. La versión polaca contrastaba con la de Bruselas. La UE estaba «al tanto» de ese viaje, indicaron fuentes comunitarias. Michel, por su parte, expresó más claramente su malestar o incomodidad ante esa iniciativa, además de subrayar los «riesgos de seguridad» que implica la visita de tres líderes de la UE a Ucrania.

El portavoz del Gobierno polaco, Piotr Müller, había hecho hincapié, en un comunicado emitido mientras los líderes estaban ya camino a Kiev y a través de su cuenta en Twitter, en que el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, había sido informado de la misión, lo mismo que representantes del Gobierno de Estados Unidos, aunque sin precisar más. «La delegación actúa, de facto, en representación de la UE», llegó a escribir Müller. Las precisiones de Varsovia apuntaban a una voluntad, por parte polaca, de quitar a la visita cualquier sombra de iniciativa por cuenta propia de esos tres países. Polonia, país que ha recibido ya 1,8 millones de refugiados del total de casi tres millones de desplazados generados por los 20 días de conflicto, es también el más activo con la defensa del país vecino entre los socios de la UE fronterizos con Ucrania.

La semana pasada Varsovia se pilló los dedos al anunciar su disposición a entregar a Ucrania sus MiG-29 -cazas de fabricación rusa y los únicos para los que recibieron instrucción los pilotos ucranianos-. La oferta unilateral fue rechazada desde Estados Unidos, país implicado ya que pretendía Polonia obtener a cambio sus F-16 usados. También respondió con una negativa Alemania, puesto que el canje debía hacerse en la base estadounidense de Ramstein, en territorio germano.

El viaje de los tres líderes era claramente una iniciativa de estos tres socios del este europeo. Pero necesitaba ir revestido del máximo consenso posible a escala de la UE y, cuando menos, sin rechazo explícito de la OTAN. La delegación polaca incluía, además, a Jaroslaw Kaczysnki, líder del gubernamental partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS) y hombre fuerte del Gobierno de Morawiecki. Representó entre 2015 y 2019 la línea más dura contra la acogida de refugiados procedentes del conflicto sirio. Del rechazo de entonces ha pasado Polonia a convertirse en el primer destino de los desplazados por la guerra en Ucrania. Muchos siguen hacia otros países de la UE, principalmente Alemania. Otros se quedarán en Polonia, país con un millón de ciudadanos de origen ucraniano, lo que facilita su integración y les mantiene cerca del lugar que dejaron.