Enrique Iglesias: «O material que enviamos para Ucraína chega alá, non se perde polo camiño»

O. P. SANTIAGO / LA VOZ

INTERNACIONAL

Enrique Iglesias, trabajando la pasada semana en la recogida de ayuda humanitaria en Santiago
Enrique Iglesias, trabajando la pasada semana en la recogida de ayuda humanitaria en Santiago PACO RODRÍGUEZ

El voluntario de Santiago asegura que seguirán recogiendo ayuda humanitaria y critica que las administraciones públicas recomienden solo donaciones económicas

17 mar 2022 . Actualizado a las 14:41 h.

Enrique Iglesias no situó a Ucrania en el mapa cuando las bombas de Rusia empezaron a caer sobre el país el pasado 24 de febrero. Hace una década que trabaja con ayuda humanitaria en aquel país, y es el impulsor de la asociación Nenos de Ucraína e Galicia, que trae a chavales de aquel país a pasar temporadas en Galicia. Ese colectivo, junto con Polonia en Galicia, colabora con AGA-Ucraína desde el primer minuto de la guerra en la recogida de ayuda humanitaria en Santiago. Lo sigue y seguirá haciendo, pese al comunicado conjunto de Xunta, Fegamp, Coordinadora Galega de ONG para o Desenvolvemento y otras diez entidades de ayuda humanitaria, «todas as grandes. Ese comunicado termina dicindo: Desaconsellamos as doazóns en especie, ao resultar menos eficiente este tipo de axuda e constituír unha mala práctica no ámbito da axuda humanitaria». Su enfado con esa afirmación es monumental: «Que pidan cartos paréceme ben, pero que deixen traballar aos demais. Nós, hai anos, nunha semana traballando con outra ONG recollemos 30.000 euros en comida para familias necesitadas e fixemos 3.000 quilómetros para levalo ao norte de Ucraína. Como para que me veñan a explicar agora como se fai unha recollida e se manda alá. Eu considérome insultado persoalmente, e coma min, todos os que pertencen á miña organización. Nós temos experiencia, non somos afeccionados».

Las donaciones bajaron tras las recomendaciones de las distintas administraciones, pero indica que vuelven a repuntar. Tanto de particulares como incluso de partidos políticos, que pese a todo, siguen efectuando recogida de ayuda en sedes locales: «E todo é ben recibido. Fai falta. Hai supermercados que nos din que non darán cartos, pero si recollerán axuda para nós».

Iglesias apunta que trabaja en colaboración con una entidad polaca, Gdansk Pomaga Ukrainie, y con otro colectivo ucraniano en Leópolis, «que é o destino do material que se envía». Así se ha hecho ya con dos furgonetas repletas, y también en el autobús que se dirigió hacia la frontera en la iniciativa impulsada por docentes de la USC. Les consta que los envíos realizados han llegado a destino, asegura: «Non se perde polo camiño. Mandamos todo perfectamente embalado, etiquetado (mesmo coas tallas de pañais de roupa), e rotulado en inglés e español». Iglesias cree que a las administraciones les resulta cómodo decir que trabajen las ONGs, pero llegará un momento en que sobre el terreno no habrá qué comprar, en una escasez que se nota ya. Y todo el material que se recopila, allí hace falta. Por lo que seguirán en la tarea, entre otras cuestiones, porque no precisan permiso para recoger material y enviarlo, un apartado este último que ronda los 9.000 euros de coste. El envío se ciñe a lo que les piden desde el territorio en guerra: sacos de dormir, mantas y ropa de abrigo, así como alimentos. Por otra parte, añade que también será preciso material que recogen para los refugiados que están ya llegando a Galicia.

Iglesias valora los primeros pasos que se empiezan a dar para identificar a los refugiados llegados a Galicia, con la habilitación de correos electrónicos del Ministerio de Inclusión para recoger información sobre ellos: «O Estado sen eses datos da xente non lles vai conceder axudas, se é que chegan algún día», y permitirá un control de la llegada de ucranianos. Señala que el lunes las comisarías de policía no estaban aún habilitadas para darles el permiso de residencia y trabajo como se anunció. «E sen o resgardo da solicitude da protección temporal non poden pedir a cobertura sanitaria», asegura Iglesias. A la pregunta de si las administraciones han reaccionado tarde al desplazamiento de refugiados que era previsible, responde de forma automática: «Coma sempre. Menos mal que hai concellos que pasan de toda esta macanada, e onte ofrecéronme 25 prazas en Vilasantar, ou o Concello de Lalín que trouxo un autobús cheo de refuxiados».