Numerosos líderes republicanos culpan a Trump del último revés en las urnas

Miguel Palacio NUEVA YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Trump, en un mitin en Míchigan
Trump, en un mitin en Míchigan DIEU-NALIO CHERY | REUTERS

El exvicepresidente Mike Pence dice que hay mejores candidatos republicanos que el magnate

15 nov 2022 . Actualizado a las 21:44 h.

El que fuera número dos de la Administración Trump no se ha cortado al hablar de la candidatura del expresidente. Mike Pence, que afirma estar barajando la posibilidad de pelear contra su exjefe, considera que en las primarias «habrá mejores opciones» que la que representa Donald Trump. Las declaraciones llegan en plena guerra abierta entre los dos políticos. Dan cuenta de una división que podría calar hondo en el seno del Partido Republicano. La que se abre entre aquellos que consideran que en enero del 2021 el partido conservador emprendió una deriva peligrosa al cuestionar los resultados electorales y los que se mantienen fieles a Donald Trump.

El desencuentro entre ambos políticos se remonta a principios del 2021. Entonces, Pence se negó a retrasar la certificación de los resultados electorales. Lo hizo desoyendo las fuertes presiones del entonces presidente. Los sucesos de las últimas dos semanas demuestran que la herida sigue abierta. En una entrevista con el presentador David Muir de la cadena ABC Pence acusó a Trump de ponerlo en peligro durante la revuelta que asoló el Capitolio en enero del 2021. Entonces, Trump llegó a afirmar a través de Twitter que Pence «no tuvo el coraje de hacer lo que debía para proteger nuestro país y nuestra constitución». Preguntado por Muir sobre esta afirmación Pence dijo que defendía lo que le dijo a su hija en aquel momento: «No hace falta coraje para violar la ley. Hace falta coraje para defenderla».

El de Pence es tan solo un ejemplo dentro de un Partido Republicano que empieza a dar señales de estar listo para desengancharse de Donald Trump. Otros cargos prominentes del partido han expresado su oposición, en los últimos días, a la candidatura del magnate.

La congresista republicana por Wyoming, Liz Cheney, el martes en un acto organizado por el Washington Post, afirmaba que Trump es un tema del pasado. «No hay duda de que no es apto para ocupar cargos, y estoy segura de que nunca volverá a ser presidente» sentenció. Cheney llegaba a esta conclusión después de más de un año como vicepresidenta de la comisión del Congreso que investiga el asalto al Capitolio. «Hemos demostrado claramente la participación directa y personal [de Trump] en todos los aspectos del plan para subvertir las últimas elecciones», dijo. Cheney se ha quedado sin escaño recientemente al perder en las primarias contra Harriet Hageman, la candidata apoyada por Trump en Wyoming.

Incluso medios que durante años se han mantenido fieles al expresidente se ponen ahora de perfil o directamente en contra. El pasado jueves, un editorial del Wall Street Journal (propiedad del magnate australiano Rupert Murdoch junto a Fox News y The New York Post) calificaba al expresidente como «el mayor perdedor del Partido Republicano».

Máxima expectación ante el «importante anuncio» del expresidente de EE.UU.

Anoche había máxima expectación por si el expresidente norteamericano Donald Trump daba el pistoletazo de salida a la carrera por su candidatura presidencial para el 2024 con un «importante anuncio» en «uno de los días más importantes de la historia» de Estados Unidos, según escribió el pasado lunes en su red social Truth. Una competición electoral que el millonario neoyorquino encara como si fuera la primera vez y en la que quiere llevar a sus eventuales rivales en unas primarias a una larga precampaña de desgaste.

El problema es que, a esta ocasión, el candidato llega con un bagaje significativo. Dentro del propio Partido Republicano es donde cada vez hay más oposición a una nueva nominación de Trump. Los malos resultados en las elecciones de medio mandato, tras dos años de bulos y amenazas contra los pilares de la democracia norteamericana, podrían ser un precio demasiado alto para muchos republicanos.

Dentro del partido, Donald Trump ha dejado de ser sinónimo de victoria y podría estar perdiendo el favor de las masas, él, que se ha presentado siempre como el candidato de la gente. O al menos eso es lo que invitan a pensar los resultados de las últimas encuestas.

Las bases se están moviendo

Las bases se están moviendo y pronto podrían estar fuera del alcance de la retórica del expresidente. La organización conservadora Club for Growth, apoyo del expresidente norteamericano hasta hace bien poco, hizo públicos los resultados de una encuesta realizada en los días posteriores a las elecciones de medio mandato. Junto al expresidente, le preguntaron a los votantes de varios estados clave por el gobernador de Florida, Ron DeSantis.

En el caucus de Iowa, Trump ya andaba a la zaga por 11 puntos. También en New Hampshire se amplió la distancia entre los dos potenciales candidatos con DeSantis 15 puntos por delante de Trump. En Georgia la ventaja de DeSantis ha llegado hasta los 20 puntos. En el Estado de Florida, donde ambos son residentes, el gobernador le sacaba ya 26 puntos al expresidente. En Texas, en una encuesta realizada por el propio Partido Republicano, donde Trump era favorito en octubre, el exmandatario también ha perdido el liderazgo frente a DeSantis que ya le saca 10 puntos porcentuales al magnate.

Cambio de dirección

Los resultados de la encuesta publicada por Politico son menos contundentes, pero también muestran un cambio de dirección. En ella, un 47 % de los encuestados (republicanos o de tendencias republicanas) dicen que apoyarían a Trump si las primarias tuviesen lugar ahora. Pero también lanzaban un aviso: un 65 % de los encuestados consideraba que Trump no debería presentarse de nuevo a la presidencia de EE.UU.