Erdogan alarga su leyenda cinco años más al ganar las presidenciales turcas

Ricard G. Samaranch ESTAMBUL / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Seguidores de Erdogan celebran la victoria electoral en Estambul.
Seguidores de Erdogan celebran la victoria electoral en Estambul. MURAD SEZER | REUTERS

El dirigente islamista se impuso por un estrecho margen, 52 % frente a 48 %, al opositor Kemal  Kiliçdaroglu

28 may 2023 . Actualizado a las 20:47 h.

Una vez más, Recep Tayyip Erdogan se ha vuelto a imponer en las urnas y sumará al menos cinco años a sus más de dos décadas en el poder. El presidente turco se impuso por estrecho margen -52 % frente a 48 %- al que ha sido su adversario más difícil hasta la fecha, Kemal Kiliçdaroglu. El veterano opositor logró por primera vez unificar alrededor de su candidatura a una fragmentada oposición y forzar una segunda vuelta. El resultado atizará el desasosiego entre los detractores del presidente, que temen una profundización de la deriva autoritaria de la última década.

Con este triunfo, Erdogan, de 69 años de edad, refuerza la leyenda de su imbatibilidad en las urnas, iniciada en 1994 cuando se convirtió en alcalde de Estambul. Ni tan siquiera la controvertida gestión del devastador terremoto que asoló el país en febrero y una economía maltrecha y con una inflación galopante  han erosionado de forma sustancial su respaldo entre la población. Y es que, por encima de programas y promesas, estas elecciones se convirtieron de nuevo en un referendo sobre su figura, amada y odiada casi a partes iguales en un país agriamente dividido.  

En parte, el enésimo éxito electoral de Erdogan se debe a la utilización de forma partidista de todos los resortes e instituciones del Estado, así como el control de un 90 % de los medios de comunicación. Como alegó Kiliçdaroglu, la contienda electoral no se disputó en igualdad de condiciones. Horas antes de la apertura de los colegios, el líder opositor denunció que las autoridades habían bloqueado el envío de millones de mensajes de móvil a la ciudadanía por parte de su equipo de campaña. El partido islamista AKP de Erdogan, en cambio, no encontró ninguna traba para llegar a los votantes.  

Una de las claves de esta segunda vuelta era la tasa de participación, que en la primera batió récords superando el 87 %. Una primera estimación de la Comisión Electoral apunta que esta se situó en el 84 %, más de tres puntos por debajo que hace dos semanas. La abstención en las zonas kurdas fue diez puntos superior al resto del país, lo que selló la suerte de Kiliçdaroglu.  

El líder opositor contaba con el apoyo del principal partido kurdo, el HDP, pero su alianza de última hora con dos partidos ultranacionalistas turcos puede haber desmovilizado a parte de sus votantes kurdos. La campaña de la segunda vuelta giró alrededor del intento de ambos aspirantes de obtener el apoyo del 5 % de votantes del candidato ultranacionalista Sinan Ogan en primera vuelta. El resultado final sugiere que no votaron en bloque, sino que se dividieron casi a partes iguales.  

Erdogan ha logrado su sueño de presidir en octubre las celebraciones del centenario de la fundación del Estado turco. La única duda ahora es si este será su último mandato, tal como establece la Constitución, o si intentará alguna artimaña para mantener el poder de forma vitalicia, como hacían sus admirados sultanes otomanos.