Los hutíes del mar Rojo desafían la operación Guardián de la Prosperidad con ataques masivos

Miguel Pérez MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

Hutíes, con el carguero secuestrado  Galaxy Leader.
Hutíes, con el carguero secuestrado Galaxy Leader. KHALED ABDULLAH | REUTERS

La milicia reta a Israel y EE.UU, cuya misión naval ha cosechado escasos apoyos, a entablar «una guerra directa con nosotros»

28 dic 2023 . Actualizado a las 21:05 h.

Los hutíes del mar Rojo han recibido a su manera la misión naval capitaneada por Estados Unidos para proteger el tráfico comercial por esta ruta clave del transporte marítimo mundial. Desde que el Pentágono anunció la operación Guardián de la Prosperidad hace una semana y desplegó los primeros refuerzos en el estrecho de Bab el-Mandeb, se han producido dos enfrentamientos de notable intensidad -uno de ellos el día anterior a Nochebuena y el segundo este martes-, además de otros ataques menores. Solo en uno de ellos han sido notificados daños en un buque.

Las fuerzas estadounidenses en Oriente admiten que los rebeldes parecen decididos a elevar el pulso en estas aguas. Posiblemente, su objetivo al incrementar los bombardeos consiste en minar cualquier atisbo de confianza que la expedición militar genere en las grandes navieras. De la docena de operadores que han redireccionado sus flotas hacia el Cabo de Buena Esperanza, solo uno, Maersk, ha anunciado su intención de regresar al canal de Suez si la fuerza multinacional garantiza la seguridad de sus barcos. La alemana Hapag-Lloyd estudiaba ayer dar este mismo paso.

Los hutíes, que recientemente celebraron la victoria del equipo juvenil yemení frente al saudí en la liga de fútbol de Asia Occidental con una fiesta en el secuestrado mercante Galaxy Leader, quieren a toda costa su propio triunfo moral en la región con la suspensión del tráfico comercial por Bab el-Mandeb. Más allá de las graves repercusiones económicas globales y de cuestiones como la «solidaridad con Gaza», Abdul-Malik al-Houti, el jefe de la milicia, ha convertido este bloqueo en un desafío personal contra Washington y Tel Aviv. «Dejen -ha dicho-que los estadounidenses y los israelíes entren en una guerra directa con nosotros».

La capacidad de las milicias de proveerse de artefactos de ataque artesanales es muy alta. La mejor prueba del voltaje de las últimas confrontaciones son las diez horas que el martes estuvieron intercambiando disparos los rebeldes y el destructor USS Laboon, destinado al sur del mar Rojo como parte de Guardián de la Prosperidad. Doce drones y cinco misiles dirigidos contra los mercantes del paso fueron destruidos por el navío de guerra. Dos cazas F-18 Super Hornet del portaaviones Eisenhower también participaron en su derribo.

De uno a diez militares

La composición de esta fuerza multinacional es secreta. Algunos participantes exigen el anonimato. Sin embargo, todas las estimaciones apuntan a que la flota no es de lejos la gran expedición militar pretendida por el Pentágono, El secretario de Estado de Defensa, Lloyd Austin, anunció la semana pasada la participación de Canadá, Francia, Italia, Países Bajos, Noruega, Seychelles, Baréin, Reino Unido y España, que se descolgó del compromiso ante el asombro de sus militares y diplomáticos. Austin conversó además con los 39 socios de la Fuerza Naval Combinada; un contingente que lucha contra el terrorismo y la piratería en el golfo Pérsico y la zona occidental del Índico. Apenas diez aceptaron sumarse.

Grecia aporta una fragata. Reino Unido, otra, letal, el HMS Diamond, un barco capaz de interceptar decenas de proyectiles al mismo tiempo mediante un sistema de lanzamiento múltiple de misiles. La Armada británica ya tiene en Oriente a la fragata HMS Lancaster y varios cazaminas y en noviembre envió al Mediterráneo oriental al buque-hospital RFA Argus y otro de apoyo logístico.

No hay muchos más pesos pesados en la flota. China ha renunciado a participar. Tiene bases militares en la región, al igual que Francia, Italia o Japón, uno de cuyos destructores patrulla habitualmente las rutas comerciales.

Según algunos analistas, Washington habría querido con esta operación dotarse veladamente de cobertura internacional en su apoyo a Israel, aunque fuera a través de la lucha contra los hutíes. Pero en la respuesta parece haber pesado más la oposición de muchos candidatos a la política bélica de Tel Aviv en Gaza -donde han sido asesinados ya más de 21.000 palestinos, en su mayoría civiles- y el miedo a verse arrastrados a un conflicto armado en Yemen. «Los aliados europeos de EE.UU. ya no están dispuestos a pagar la factura del egoísmo estadounidense», señala el diario chino Global Times mientras otros periódicos recuerdan que Europa gestiona otro frente abierto en Ucrania debido a la invasión rusa que consume una elevadísima ayuda económica y militar.

Quizá por eso, algunas presencias en Guardián de la Prosperidad son casi simbólicas. Noruega asigna diez soldados y Países Bajos, dos. Australia, socio de EE.UU. y el Reino Unido de la alianza militar Aukus, ha decidido no fletar sus buques y comprometido únicamente la presencia de once soldados. Francia e Italia sí han mandado sendos barcos, pero operarán bajo su mando y no el estadounidense. De los países árabes, solo el más pequeño, Baréin, contribuye. «Si quieres bailar sobre los cuerpos de las víctimas, baila. Pero no participes con los estadounidenses en una guerra contra nosotros», ha advertido a Arabia Saudí el líder hutí Abdul-Malik al-Houthi.