La guerra entre Israel y Hamás cumple tres meses con riesgo de extenderse al Líbano

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

INTERNACIONAL

Palestinos de Gaza transportan el cuerpo de una víctima de los bombardeos de Israel.
Palestinos de Gaza transportan el cuerpo de una víctima de los bombardeos de Israel. DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

Los esfuerzos diplomáticos de Estados Unidos y la UE buscan rebajar la tensión mientras los países árabes claman por el fin de las hostilidades en la Franja

07 ene 2024 . Actualizado a las 20:38 h.

La guerra declarada a Hamás por parte de Israel cumplió ayer tres meses con una situación humanitaria insostenible para los habitantes de Gaza, la posibilidad de que la crisis se extienda al Líbano y un saldo de 22.800 muertos, según las autoridades de la Franja.

La situación es delicada. Funcionarios estadounidenses comentaron a The Washington Post que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, podría extender la guerra al Líbano por supervivencia política. En Israel le consideran responsable de los fallos de seguridad de los ataques de Hamás perpetrados el 7 de octubre. Sin embargo, una evaluación secreta de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) estadounidense indica que la campaña libanesa podría fracasar por la dispersión militar de las fuerzas israelíes.

Con todo, donde no se detendrá la guerra es en Gaza. Ayer prosiguieron las operaciones israelíes en una Franja devastada con dos millones de desplazados. «Hemos completado el desmantelamiento de las estructuras de Hamás en el norte de la Franja de Gaza, donde el grupo islamista tenía dos brigadas militares con doce batallones, es decir, un total de 14.000 terroristas», indicó el portavoz del Ejército, Daniel Hagari.

Esfuerzos diplomáticos

Tanto Estados Unidos como la Unión Europea se encuentran realizando giras por Oriente Medio estos días para evitar que las hostilidades escalen y se extiendan por la región.

El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, visitó Catar y Jordania con intención de acabar con «un ciclo interminable de violencia». «Demasiados palestinos han sido asesinados, especialmente niños», aseguró. Sus interlocutores árabes le presionaron para que detenga la guerra también en Gaza por las «graves consecuencias» que puede traer.

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, abandonó el Líbano tras días de encuentros diplomáticos. «Yo he deducido que Hezbolá no está buscando la guerra, o no está buscando una guerra de mayor intensidad y de mayor extensión», dijo a la par que recordó que, de lo contrario, Irán se uniría a la refriega.

Los hutíes piden a los barcos del mar Rojo su identificación para no atacarlos

Los rebeldes hutíes de Yemen, respaldados por Irán, pidieron ayer a todos los buques mercantes que pasen frente a las costas del país que declaren que no tienen relación con Israel o que no van a puertos israelíes para no ser blanco de ataques de los insurgentes. «Todo barco que cruce por el mar Rojo, el estrecho de Bab al Mandeb o el mar Arábigo, debería declarar lo siguiente: “No estamos relacionados con Israel”», dijo en X (antes Twitter) el miembro del Consejo Político Supremo de los hutíes, Mohamed Alí al Huti.

Los rebeldes, que controlan gran parte del noroeste de Yemen, han lanzado decenas de ataques con drones y misiles contra buques comerciales desde el pasado 19 de noviembre en apoyo a Hamás en la guerra en la Franja de Gaza. Estos ataques, que están afectando la navegación en esta importante vía para el comercio mundial, han provocado el despliegue de buques de guerra de varios países y la creación de una coalición naval liderada por Estados Unidos para contrarrestar las acciones hutíes. Una coalición en la que Italia —siguiendo el ejemplo de España— no participará por miedo a represalias.

Estos días, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, están realizando giras por Oriente Medio para detener los ataques en el mar Rojo.

De acuerdo con Al Huti, los insurgentes añadirán a una «lista negra» cualquier barco que niegue su relación con Israel y luego se dirija a un puerto del Estado judío, algo que según el responsable favorecerá la navegación y eliminará la necesidad de «militarizar» esas aguas.

«Se trata de una solución sencilla y rentable que no supondrá ninguna carga financiera a ninguna empresa», afirmó Al Huti en referencia al costoso desvío de barcos a través del cabo de Buena Esperanza.