Una caravana «inspirada por Dios» reunirá este sábado a los «amantes de la libertad» que apoyan al gobernador de Texas en su enfrentamiento con Biden
03 feb 2024 . Actualizado a las 14:34 h.Este sábado es Día D en la frontera. Cientos o miles de «patriotas» armados, que no los «cientos de miles prometidos» por los organizadores, confluyen bajo el lema de Reconquistar la Frontera (Take Our Border Back) en tres puntos de la franja de más de 3.000 km que separa Estados Unidos de México: Eagle Pass (Texas), Yuma (Arizona) y San Ysidro (California).
El autollamado «Ejército de Dios», porque fue el mismísimo Espíritu Santo el que inspiró a Robert Agee, según dijo en el medio Infowars, se organizó entre los seguidores del ex presidente Donald Trump a través de Telegram con llamados en los principales canales conspiracionistas a los patriotas del país, a los que conminó a sumarse con sus propios vehículos. Se buscaban veteranos de guerra, ex policías y demás fuerzas del orden «en activo o retiradas». Algunos de ellos han presumido públicamente de ir a aplicar lo que han aprendido como fuerzas especiales en Siria o Irak, pero el llamamiento también incluía a rancheros, camioneros, blogueros, funcionarios electos, «mamás oso» y, en general, «ciudadanos amantes de la libertad, respetuosos de la ley y temerosos de Dios».
El convoy de autobuses y vehículos particulares partió de Virginia Beach y cogió fuerza en las paradas de Jacksonville (Florida) y Baton Rouge (Luisiana), antes de acampar el jueves por la noche en Dripping Springs (Texas), donde el concierto de música cristiana con plegarias religiosas y arengas políticas sirvió para calentar motores. Pulso con la Guardia Nacional Estaban ya a menos de cuatro horas de Eagle Pass (Texas), el punto fronterizo más caliente de la frontera, donde el Gobierno federal mantiene un pulso tenso con la Guardia Nacional de Texas. El Tribunal Supremo del país ha ordenado al gobernador Gregg Abbot que permita a los federales cortar la alambrada de púas que ha instalado en el Parque Shelby, a lo largo del Río Bravo.
Sin ese acceso, una mujer mexicana y dos niños de 8 y 10 años se ahogaron el pasado 12 de enero antes de que las patrullas fronterizas pudieran rescatarlos, pero el gobernador de Texas se ha negado a cumplir la orden y ha puesto a la Guardia Nacional a defender su alambrada. A medida que se han calentado los ánimos, también ha aumentado el temor a que los disturbios desaten una gran redada, por lo que los organizadores de la caravana alimentan una retórica contradictoria. Por un lado, dicen ir «pacíficamente» a apoyar al gobernador, no a enfrentarse con los inmigrantes. Por otro, el discurso sobre el escenario es de pirómanos.
«Espero que montéis un infierno y hagáis que los progresistas se caguen del miedo», animó el jueves por la noche en Dripping Springs el actor Chuck Norris. Le acompañaban, entre oraciones, rock cristiano y música country, otras celebridades de la ultraderecha, como el cantante Ted Nugent o la ex gobernadora de Alaska, Sarah Palin. «Los ojos del mundo están puestos en Texas», les apremió. «Fuck Biden!», coreó la audiencia.