Las huelgas dejan a Alemania sin aviones ni trenes

Juan Carlos Barrena BERLÍN / COLPISA

INTERNACIONAL

Los aviones de la aerolínea Lufthansa, estacionados en el aeropuerto internacional de Francfort.
Los aviones de la aerolínea Lufthansa, estacionados en el aeropuerto internacional de Francfort. CHRISTOPHER NEUNDORF | EFE

La huelga de maquinistas coincide con un paro en el personal aeroportuario que obliga a cerrar las terminales de Fráncfort, Hamburgo y Düsseldorf

07 mar 2024 . Actualizado a las 19:58 h.

Alemania amaneció este jueves sin trenes ni aviones ante la huelga de maquinistas de 35 horas convocada por el sindicato gremial GDL y el paro del personal de tierra de Lufthansa y de las plantillas de seguridad en varios aeródromos que no finalizará hasta la mañana del sábado.

Los aeropuertos de Fráncfort, el mayor del continente europeo, Hamburgo y Düsseldorf cerraron completamente sus puertas ante la lucha laboral del personal responsable de los controles de seguridad. Mientras los cierres de los dos primeros fueron anunciados con antelación, el de Düsseldorf fue forzoso al declararse en huelga espontáneamente los responsables de estos controles de los pasajeros. En las restantes terminales del país se suspendían la gran mayoría de los vuelos programados por la aerolínea nacional, aunque operan el resto de las compañías aéreas.

La huelga del personal de tierra de Lufthansa coincidió con el anuncio de la dirección del consorcio de unos beneficios récord antes de impuestos de 2.700 millones de euros en el 2023, los terceros más altos de su historia y un 72 % más elevado que en el 2022. El consorcio alemán aumentó su facturación el año pasado un 15 % hasta alcanzar los 35.400 millones de euros. Un motivo más para la huelga de su personal de tierra, según el sindicato de servicios públicos Ver.di, que criticó el hecho de que el grupo reparta primas entre sus directivos y dividendos a sus accionistas mientras sus trabajadores no ven mejoradas sus condiciones salariales y laborales.

Los paros, y van tres en lo que va de año, mermarán con seguridad los resultados del presente año. Además, el personal de cabina de Lufthansa y su filial Cityline aprobó el miércoles sumarse a la lucha laboral para exigir mejores sueldos y condiciones de trabajo.

Entre tanto, la huelga de maquinistas ha provocado «limitaciones masivas» en el tráfico de trenes en Alemania, según reconoció Anja Bröker, portavoz de la compañía ferroviaria Deutsche Bahn, la mayor del país. Tan solo circula un 20% de los convoyes de largo recorrido, mientras los trenes regionales y urbanos se encuentran prácticamente paralizados y los de mercancías no se mueven desde la tarde del miércoles.

El sindicato GDL ordenó a sus afiliados declararse en huelga tras el fracaso de las últimas negociaciones con la dirección de Deutsche Bahn, en las que la demanda de la semana laboral de 35 horas se ha convertido en el mayor escollo a salvar. Se trata del quinto paro convocado por GDL desde noviembre. Su líder, Claus Weselsky, ha anunciado que los próximos no serán anunciados y tendrán lugar de manera espontánea para impedir que Deutsche Bahn pueda preparar planes de urgencia para el cumplimiento de un mínimo de su plan diario.

El cierre de Fráncfort, Hamburgo y Düsseldorf afecta no solo a Lufthansa, sino a todas las compañías aéreas que operan en estos aeropuertos y que se han visto obligadas a suspender sus operaciones. Los pasajeros afectados se contarán por decenas de miles, toda vez que durante la última huelga del personal de tierra de Lufthansa el pasado febrero se tuvieron que anular más de 1.000 vuelos y 100.000 pasajeros se quedaron en tierra. A estos habrá que sumar ahora los de las otras aerolíneas que operan en los tres aeropuertos cerrados.

Tan solo en Fráncfort estaban previstos este jueves 1.170 aterrizajes y despegues con unos 160.000 pasajeros. Fraport, la empresa gestora de ese aeródromo, destacó que pese a todo, algunos aparatos podrán operar y muchos pasajeros en tránsito conseguirán llegar a sus destinos. Otros muchos aviones volarán sin pasaje con el fin de cumplir con sus planes de vuelo y tratar de situarse al término de la huelga en los aeropuertos previstos.