Wahid, de 7 años, pertenece a una de las miles de familias desplazadas en el campo de refugiados de Khan Younis para huir de la guerra en la Franja. Tiene el miedo tan interiorizado que en cuanto oye el ruido de una aeronave, corre pensando que va a ser bombardeado
30 jul 2024 . Actualizado a las 13:52 h.Unicef, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia es una de las instituciones que ha desplegado ayuda humanitaria en diferentes zonas de la Franja de Gaza a raíz del recrudecimiento del conflicto palestino-israelí. La guerra y los sucesivos ataques de Israel a asentamientos civiles han provocado además que un sinfín de personas hayan tenido que abandonar sus hogares, convirtiéndose en refugiados en diferentes campos. Uno de los asentamientos más conocidos es el de Khan Younis, a dos kilómetros del mar al sur de la castigada Franja. En los últimos meses, la ofensiva militar israelí ha destrozado edificios e infraestructuras en este lugar, creado en 1949 poco después de desatarse la primera guerra entre el recién declarado estado de Israel y los vecinos países árabes.
Wahid, de 7 años, es uno de esos niños que ha llegado al campo de refugiados tras tener su familia que dejar atrás su casa por el conflicto bélico. Unicef quiso conocer su historia y la situación en la que se encontraba, así que decidió entrevistarlo. El contexto en el que se ve obligado a vivir es terrible. La escasa ayuda internacional no es capaz de paliar la falta de agua, electricidad y unas mínimas condiciones de higiene. Es algo que está provocando que se propaguen enfermedades, entre ellas la temida polio, que afecta en mayor medida a los menores, es muy infecciosa, afecta al sistema nervioso y puede incluso provocar parálisis. «Tengo un erupción en las piernas y me duele», le cuenta Wahid a la personas que le entrevistan. Después va a suceder algo inesperado y espontáneo, una reacción del pequeño que ejemplifica el miedo, el terror tan interiorizado que los niños de la Franja sufren cada día. En el sonido ambiente, de pronto se escucha un avión sobrevolando la zona. Es entonces cuando Wahid se levanta rápidamente de la silla presa del pánico y grita «¡Mamá!» pensando que el lugar va a ser atacado por la aeronave.
Desde que el 7 de octubre del pasado año se recrudeciera el conflicto con la ofensiva de Israel tras un atentado de Hamás, son decenas de miles los palestinos muertos, entre ellos mujeres y niños víctimas de la barbarie. Se estima además que la guerra ha provocado el desplazamiento forzado de cientos de miles de personas, desatándose una crisis humanitaria sin precedentes, con hambruna, falta de agua y servicios básicos en diferentes puntos de la Franja de Gaza. Las propuestas de alto el fuego para intentar aliviar la situación de la población civil han sido rechazadas en varias ocasiones por Israel.