Meloni se enfrenta a la justicia para defender a su influyente hermana

Darío Menor ROMA / COLPISA

INTERNACIONAL

La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, en un encuentro con su homólogo chino, Li Qiang, en Pekín.
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, en un encuentro con su homólogo chino, Li Qiang, en Pekín. DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

La primera ministra italiana se ve envuelta en una nueva polémica por las supuestas presiones que su hermana Arianna habría realizado para colocar a personas de su confianza en altos cargos de empresas públicas

02 sep 2024 . Actualizado a las 18:00 h.

Son tres las mujeres que conforman el círculo más íntimo de Giorgia Meloni: su hija, su madre y su hermana Arianna. A esta última, de 49 años (dos más que la primera ministra italiana), le ligan tanto los afectos familiares como la carrera política. Ambas militan desde jóvenes en la extrema derecha, ocupando hoy el vértice de Hermanos de Italia (HdI), el principal partido de la coalición conservadora que sostiene al Gobierno de Roma. Meloni incluso promovió el pasado verano a su hermana como responsable de la secretaría política de la formación, definiendo así mejor su papel y remarcando su influencia. Esta no solo le viene por el hecho de ser la hermana y consejera más cercana de la primera ministra, ya que además está casada con Francesco Lollobrigida, ministro de Agricultura y el miembro de HdI de más peso en el Ejecutivo tras su propia jefa.

Las presiones que Arianna habría realizado para colocar a personas de su confianza en altos cargos de empresas públicas como Trenitalia y el consorcio de radiotelevisión Rai, según desvelaron recientemente los diarios Il Fatto Quotidiano y La Repubblica, asegurando que algunas de estas decisiones se tomaban en comidas familiares, propiciaron las críticas de la oposición. Matteo Renzi, ex primer ministro y líder del partido Italia Viva, pidió una aclaración en el Parlamento del papel que la mayor de las Meloni desempeña en el Gobierno.

A esta exigencia respondió el director del periódico Il Giornale, Alessandro Sallusti, muy cercano a la primera ministra, al publicar un artículo en el que afirmaba que las informaciones críticas sobre Arianna Meloni forman parte de una estrategia para desgastar al Ejecutivo en la que colaborarían algunos magistrados. Lo harían al estudiar una imputación a Arianna por un posible delito de tráfico de influencias ilícitas. Sería, para Sallusti, una forma de actuar similar a la presunta persecución judicial que habría sufrido durante años el ex primer ministro Silvio Berlusconi.

Retiro en familia

Desde su retiro vacacional en un lujoso complejo hotelero en Apulia, en el sur del país, donde ha estado acompañada por su hermana, su cuñado Lollobrigida y las hijas de ambos, la primera ministra intervino para defender a Arianna. Consideró «muy verosímil» la tesis planteada por Sallusti de que hay una campaña conjunta de la oposición de izquierdas, algunos diarios y una parte de la Justicia para debilitarla al cargar contra su hermana. «Es un sistema de poder que utiliza cualquier método para rendir a un enemigo político que gana en las urnas», dijo a la agencia Ansa.

Sus palabras elevaron una polémica que inicialmente era solo política, al enfrentar al Ejecutivo con el poder judicial. No tardó en llegar la respuesta de la Asociación Nacional de Magistrados, que denunció el intento de «deslegitimación» por parte de la jefa del Gobierno al hablar de «presuntos complots» . Este «enésimo ataque a la magistratura», denunció la principal organización de jueces italianos, supone un «ejercicio peligroso» que «debilita las instituciones y daña a todo el país».

La última en intervenir en la polémica ha sido la protagonista del caso, Arianna, quien aseguró estar «tranquilísima» porque «no ha hecho nada malo». «No he intentado nunca influenciar decisiones sobre los nombramientos ni he formado parte de reuniones de ese tipo», señaló, afirmando estar «agotada» de que «hayan tratado de echarme encima de todo» desde que su hermana llegó al poder hace ya cerca de dos años. El «asedio» se habría «intensificado» a raíz de la campaña electoral de cara a los comicios europeos celebrados el pasado mes de junio. Afirmó además la secretaria política de HdI que no ha recibido ninguna información por parte de la Justicia italiana de que esté siendo investigada o esté imputada por delito alguno.