El informe sobre la torre Grenfell achaca la tragedia a los materiales usados y a la falta de controles

Juan Francisco Alonso LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El incendio de la torre Grenfell, en Londres, en el 2017.
El incendio de la torre Grenfell, en Londres, en el 2017. Toby Melville | REUTERS

Siete años después, Starmer se disculpa en nombre del Reino Unido tras los señalamientos al Gobierno por las 72 muertes en el incendio

04 sep 2024 . Actualizado a las 21:29 h.

«Esto nunca debió haber ocurrido». Con estas palabras, Keir Starmer remató la disculpa que «en nombre del Estado británico» ofreció a las familias de las 72 víctimas del voraz incendio que en el 2017 consumió el bloque de viviendas Grenfell, ubicado en el centro de Londres. «El país no cumplió con su deber más fundamental: protegerlos a ustedes y a sus seres queridos, a quienes estamos aquí para servir, y lo lamento profundamente», declaró el primer ministro laborista en la Cámara de los Comunes.

La disculpa de Starmer se produjo minutos después de que este miércoles se publicara el demoledor informe final de la comisión independiente que investigó las causas de la tragedia, ocurrida en junio del 2017, en la que la edificación de 24 plantas fue consumida por las llamas en cuestión de minutos. «El incendio de la torre Grenfell fue la culminación de décadas de fracaso por parte del Gobierno central y de otras entidades responsables en el sector de la construcción, en lo que respecta a examinar el peligro de incorporar materiales combustibles en las paredes externas de edificios residenciales de gran altura y a actuar para prevenir riesgos», sentenció el juez retirado Martin Moore-Bick, quien dirigió la comisión.

Alarmas que fueron ignoradas

En el reporte, de 1.700 páginas, se asegura que la tragedia era evitable. ¿Por qué? Desde hacía al menos 25 años, se habían registrado incidentes en distintas partes del país que revelaban que los materiales empleados para recubrir los exteriores de determinadas edificaciones residenciales, como el utilizado en Grenfell, no eran seguros. Sin embargo, nadie prestó atención a dichos sucesos.

Y como si lo anterior no fuera suficiente, los investigadores encontraron que en el 2001 unas pruebas arrojaron que el material usado en Grenfell «ardía violentamente», pero los resultados de esos exámenes se mantuvieron confidenciales y las autoridades nacionales no tomaron medidas. «No entendemos por qué no se actuó en relación con un asunto de tanta importancia», concluyó la comisión, la cual achacó a la política de desregulación implementada desde el 2010 por el Gobierno de coalición entre los conservadores y los liberales demócratas, encabezado por David Cameron, que la supervisión sobre las obras habitacionales se relajara.

La comisión no solo fustigó la actuación de las autoridades, sino también de los empresarios que producían los revestimientos, por considerar que actuaron de manera «deshonesta» y que, por «codicia», ocultaron intencionalmente la peligrosidad del producto que ofrecían.

Por último, la instancia reprendió al cuerpo de bomberos de Londres, concluyendo que mostró ignorancia, desconocimiento y falta de estrategia durante los momentos clave del incendio. La principal crítica que ha recibido el organismo en estos años fue que ordenó a los habitantes de la torre siniestrada permanecer en sus hogares, en lugar de llamarlos a abandonar el edificio y buscar refugio en otra zona. Cuando esta orden fue anulada, ya era muy tarde para muchos de los residentes, que no pudieron escapar por culpa de las llamas y del humo.