Absuelven a un japonés tras 46 años en el corredor de la muerte

Daniel de Lucas MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

Iwao Hakamada y su hermana, este miércoles en su casa en Hamamatsu.
Iwao Hakamada y su hermana, este miércoles en su casa en Hamamatsu. JIJI PRESS | EFE

El exboxeador sufre secuelas psicológicas y su delicado estado de salud a los 88 años le impidió estar presente en el juicio

27 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El preso con más años en el corredor de la muerte ha sido declarado inocente. El japonés Iwao Hakamada fue absuelto este jueves por un tribunal casi medio siglo después de ser sentenciado a la pena capital por el asesinato de su jefe, la esposa y dos hijos adolescentes de este. Un crimen que se remonta a 1966 y que nunca cometió. El reo trabajaba en la fábrica de miso, un condimento nipón, propiedad de sus presuntas víctimas.

El fallo supone una absolución histórica, después de que un tribunal hallara indicios de que los investigadores del caso falsificaron las pruebas contra él. Este exboxeador del distrito de Shizouka, al oeste de Tokio, pasó 46 de sus 88 años en el corredor de la muerte, hasta que fue liberado en el 2014 a la espera de un nuevo juicio. Su delicado estado de salud impidió a Hakamada estar presente en el momento en que el tribunal anunció su absolución. La Fiscalía tiene dos semanas para apelar, según los medios locales.

En un primer momento confesó su autoría, pero en el juicio se retractó alegando que su inculpación fue forzada por un brutal interrogatorio de 20 días, en el que fue amenazado y golpeado. Sus abogados también expusieron que algunas pruebas, como unas prendas ensangrentadas encontradas un año después, fueron fabricadas por la policía. Pese a ello, el tribunal de Shizouka lo sentenció a muerte en 1968, una condena ratificada 12 años después por el Tribunal Supremo.

Nuevos indicios

En el 2014, la aparición de nuevos indicios de que el ADN hallado en la ropa localizada no era de Hakamada forzó a la justicia nipona a dejar en libertad al reo. El nuevo juicio no arrancó hasta el año pasado por los recursos de la Fiscalía, que seguía pidiendo la pena capital. La nueva sesión permitió anular la confesión y constatar la evidencia del ADN de otra persona en la escena del crimen, lo que al final ha determinado que fuera absuelto.

«Hemos librado durante mucho tiempo una batalla que parecía no tener fin», dijo su hermana Hideko, de 91 años. «Fui a la oficina del fiscal y le dije: “No nos obligue a pelear hasta que mi hermano cumpla 100 años”». El entorno del exboxeador asegura que sufre importantes secuelas psicológicas después de casi cinco décadas en el corredor de la muerte, a menudo aislado y, sobre todo, pensando cada día que podía ser el último. Los sentenciados a la pena capital en Japón suelen ser avisados con horas de antelación antes de ser ejecutados por ahorcamiento, el único método aprobado en el archipiélago.

Este caso se ha convertido en un símbolo para los partidarios de la abolición de la pena de muerte en Japón. Son minoría ante el amplio respaldo social a este castigo en el país asiático, que en diciembre contaba con algo más de un centenar de condenados a muerte en sus cárceles.