Larga noche electoral de recuento de votos en un Estados Unidos dividido

Miguel Palacio NUEVA YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Ángel Colmenares | EFE

Donald Trump esperaba «una gran victoria» al depositar su voto en Florida

05 nov 2024 . Actualizado a las 22:45 h.

No había colas para votar a media mañana en la escuela Carter G. Woodson del barrio de Bed Stuy en Brooklyn (Nueva York). Los vecinos, en su mayoría afroamericanos, llegaban a cuentagotas. Aquí, además de al próximo ocupante de la Casa Blanca, los electores tenían la oportunidad de votar por el demócrata que actualmente preside la minoría en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries. Este congresista, uno de los demócratas más poderosos aspira a convertirse en el primer speaker negro si su partido logra hacerse con la mayoría de la Cámara. 

Los estadounidenses acudían este martes a las urnas en un ambiente de tensión y división en espera de una larga noche electoral para saber si su próximo presidente es por primera vez una mujer, la demócrata Kamala Harris, o dan la opción a Donald Trump de un segundo mandato. El contador de cada candidato debe ir sumando hasta que uno de ellos alcance los 270 electores, más de la mitad de los integrantes del Colegio Electoral, y se proclame vencedor. Aunque se teme que el resultado definitivo —en manos de los estados de Georgia, Carolina del Norte, Míchigan, Pensilvania, Wisconsin, Arizona y Nevada— se retrase.

El diminuto pueblo de Dixville Notch, en Nuevo Hampshire, fue el primero en abrir la jornada electoral y en ofrecer un resultado como es ya tradición desde los años 60. La profética muestra es fiel reflejo del ajustado resultado que pronostican las encuestas: tres votos para Trump y otros tres para Harris.

El flujo de votantes fue constante desde la apertura de los centros, en medio de falsas amenazas de bomba, fallos del software en las máquinas de votación en Pensilvania y algún acto esporádico de violencia. En Georgia, varios avisos de bomba en colegios electorales de Fulton, el mayor condado del estado, se descartaron como poco creíbles por parte de las autoridades. Un intento de interferir en el proceso que, según el secretario de Estado estatal, Brad Raffensperger, tenía origen en Rusia. Más al norte, en Maine, al menos tres colegios siguieron abiertos entre falsas amenazas de tiroteos.

En las redes sociales, extremistas de derecha enviaron mensajes contradictorios en medio de teorías de la conspiración sin base alguna. Decían que votar era crucial para asegurar la victoria de Donald Trump, pero a la vez, si perdía, no tenía sentido ir alas urnas y podría ser necesaria una revuelta para arreglar un proceso «corrupto».

Donald Trump en Florida, donde seguirá los resultados electorales
Donald Trump en Florida, donde seguirá los resultados electorales Brian Snyder | REUTERS

En Florida, donde tiene fijada su residencia, Donald Trump votó acompañado de su esposa Melania y dejó claro ante la prensa que esperaba «una gran victoria». También se mostró dispuesto a respetar el resultado de las elecciones siempre —apuntó— «que sean limpias». En su cuartel general de Palm Beach esperaba los resultados, en compañía de Elon Musk.

Por un puñado de votos

Kamala Harris, que hace dos días envió por correo su papeleta a California, aprovechó la mañana electoral para conceder entrevistas a radios locales de Pensilvania y Georgia e intentar captar a votantes indecisos. La demócrata contó con su gran amigo, Barack Obama, que animó a los demócratas a votar porque «solo un puñado de votos» podría decidir al ganador, y a compartir fotos de sus pegatinas electorales en las redes sociales.

La campaña demócrata se mostraba optimista ante unos datos de voto anticipado que parecían beneficiarles dado la gran participación de las mujeres. Un voto adelantado del que han echado mano más de 80 millones de estadounidenses y que, según la directora de campaña de Harris, Jen O'Malley Dillon, no evitará que el recuento se alargue, especialmente en estados bisagra donde los sondeos predecían una contienda muy ajustada. A pesar de ello, tenía esperanza de lograr los 270 compromisarios para ganar la Casa Blanca.

Autoridades electorales estatales han advertido que los resultados definitivos podrían retrasarse varios días. Fue durante la espera de los del 2020, cuando Trump se declaró vencedor y alentó el fantasma del fraude. Lo hizo en base al patrón que suele seguir el conteo inicial al otorgar a los republicanos una ventaja que termina diluyéndose. Es el llamado «espejismo rojo», que ocurre porque el voto presencial —más utilizado por los republicanos— se cuenta antes que el voto anticipado o por correo.

Arizona votó en recintos blindados con guardias, drones y vallas 

M. Viqueira

Los electores de Arizona depositaron su voto entre fuertes medidas de seguridad, con decenas de guardias desplegados en los principales centros de votación, drones y perímetros de acceso restringido.

Una fortaleza se erigió alrededor del edificio de votación y conteo del condado de Maricopa, el más grande de Arizona ubicado en Phoenix, con grupos de policías aguardando en la entrada para dirigir a los votantes hacia las urnas.

Sobre los medios de comunicación pesó la restricción de posicionarse a unos 23 metros del centro. El edificio se encuentra además vallado por muros de púas y camiones de seguridad.

El principal centro de conteo de Maricopa, un condado que podría dar las llaves al nuevo inquilino de la Casa Blanca y en el que reside el 60 % de la población del estado, se blindó ante el temor de que se repitan los altercados del 2020, cuando centenares de trumpistas exigieron un recuento de votos tras la victoria de Joe Biden.

Detienen a un hombre con una antorcha y que olía a combustible en el Capitolio 

La Policía del Capitolio detuvo ayer a un hombre que «olía a combustible» y que portaba una antorcha y una pistola de bengalas en el centro de visitantes. El sospechoso fue detenido durante un control rutinario de seguridad en la entrada de la sede del Congreso

El centro de visitantes del Capitolio, abierto de lunes a sábado a la ciudadanía, se encuentra separado del hemiciclo en el que los congresistas llevan a cabo sus actividades y cuenta con una cafetería y una tienda de regalos. Tras cerrar el recinto, la Policía investigaba un automóvil aparcado en una calle próxima relacionado con el hombre.

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y el FBI hace días que vienen advirtiendo sobre la alta probabilidad de ataques y amenazas a instituciones y edificios importantes, como el Capitolio, por partes extremistas violentos para perturbar la jornada electoral y la transferencia pacífica del poder.