Lula se recupera tras ser operado de urgencia de una hemorragia intracraneal

Héctor Estepa
H. Estepa NEWARK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, en una imagen de archivo
El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, en una imagen de archivo Adriano Machado | REUTERS

El presidente brasileño deberá permanecer hasta  la próxima semana en el hospital, pero se encuentra consciente y estable

10 dic 2024 . Actualizado a las 22:14 h.

Susto para Lula da Silva. El presidente brasileño, de 79 años, fue trasladado de urgencia, en la tarde del lunes, a un hospital de São Paulo para ser operado de una hemorragia intracraneal producto de un accidente doméstico que tuvo en octubre. La operación salió bien, según los doctores, y no sufre daño cerebral alguno, pero deberá permanecer en observación en el mismo centro médico por lo menos hasta la próxima semana.

«La cirugía transcurrió sin problemas y, en este momento, el presidente se encuentra bien, bajo monitoreo, en una cama de cuidados intensivos», señalaron los médicos del hospital Sirio-Libanés, uno de los más modernos del país. El político fue sometido a una trepanación, que consiste en agujerear el cráneo, para drenar el hematoma. Tendrá instalado un drenaje durante tres días.

Se encuentra consciente, «estable», y «habla normalmente», según los doctores, aunque todavía en la unidad de cuidados intensivos (uci). Allí está acompañado por su esposa, la primera dama Rosangela Janja Da Silva, y no podrá recibir visitas de trabajo por orden médica hasta abandonar el hospital.

La hemorragia es un «reflejo» del aparatoso accidente doméstico que sufrió el pasado 19 de octubre en el cuarto de baño del palacio de Alvorada, mientras se cortaba las uñas subido en un taburete, como él mismo describió.

«Pensé que tenía rajado el cerebro», dijo en aquella ocasión. Se golpeó en la nuca y los doctores le hicieron cinco puntos de sutura para tratar la herida. Le recomendaron reposo y el presidente canceló su viaje a Rusia para participar en la cumbre de los BRICS, una cita en la que finalmente participó su canciller y en la que Brasil vetó el ingreso de Venezuela en la organización.

Lula amaneció el lunes con un dolor intenso en la cabeza, según filtraron sus asesores a la prensa brasileña, pero no canceló su agenda. Aceptó ir a almorzar y descansar al palacio de Alvorada. Pero el dolor no cesó y, después de una reunión vespertina con los presidentes de la Cámara de Diputados y el Senado, decidió ir al hospital Sirio-Libanés de Brasilia, donde, tras una resonancia, se le detectó la hemorragia. El presidente brasileño estuvo consciente durante todo el viaje en avión a São Paulo, según su doctora, Helena Germoglio.

Algunos analistas le pidieron ayer a Lula que delegase sus funciones en el vicepresidente, el centroderechista Geraldo Alckmin, mientras está convaleciente, pero anoche no había decisión al respecto. Alckmin sí había asumido, en cualquier caso, parte de la agenda presidencial y se reunió él mismo con el primer ministro eslovaco Robert Fico, de viaje oficial en el gigante sudamericano.

Han sido unas últimas semanas difíciles para el mandatario brasileño. El principal índice bursátil cayó y el real marca su mínimo histórico frente al dólar después de que su Gobierno anunciase exenciones en el impuesto sobre la renta a las personas de bajos ingresos, generando turbulencias económicas a pesar de que el país registró un crecimiento del PIB del 4 % interanual en el tercer trimestre.