Trump impone su plan de deportación a base de amenazas de aranceles

mIGUEL pALACIO NUEVA YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Un grupo de migrantes suben a un avión en El Paso (Texas) para ser deportados a Colombia
Un grupo de migrantes suben a un avión en El Paso (Texas) para ser deportados a Colombia EUROPAPRESS

Chile y México siguen los pasos de Colombia y aceptan el envío de repatriados

28 ene 2025 . Actualizado a las 08:16 h.

Las bravuconadas de Trump se imponen en América Latina. En su segunda semana en la presidencia, las amenazas de aranceles del mandatario sirvieron para convencer a Colombia, cuyo presidente se oponía inicialmente, a aceptar los vuelos de repatriación de inmigrantes de Estados Unidos. Poco después, Chile y México también anunciaron que acatan los envíos de repatriados desde su vecino del norte.

El domingo, Gustavo Petro, presidente de Colombia, afirmó en redes sociales que su país había bloqueado el aterrizaje de dos aviones cargados de migrantes procedentes de EE.UU., una novedad para un país que desde el 2020 ha recibido 475 vuelos con inmigrantes deportados desde territorio estadounidense. El bloqueo, según Petro, no representaba una negativa a recibir migrantes colombianos, sino un rechazo al maltrato que estos sufrían. «No me exijan recibir a los deportados de EE.UU. esposados y en avión militar», afirmó Petro en una publicación de X en la que cerraba: «Nosotros no somos colonia de nadie».

Poco después, Trump respondió a Petro con el anuncio de una inminente aplicación de aranceles del 25 % a todas las exportaciones colombianas. Además, dijo, subirían al 50 % en una semana e irían acompañados de sanciones bancarias y fiscales y prohibiciones de entrada en Estados Unidos contra las autoridades colombianas. Petro no se amilanó. Colombia, replicó, respondería imponiendo unos aranceles equivalentes a todas las exportaciones de EE.UU. El colombiano sugirió, además, que Trump estaba tratando de forzar su caída. «No te gusta nuestra libertad», apostilló Petro.

Aranceles «en reserva»

La respuesta chocó pronto con una realidad ineludible: EE.UU. es el mayor socio comercial de Colombia y recibe cerca de un cuarto de sus exportaciones, un contexto en el que las amenazas de Trump surtieron efecto con rapidez. Esa misma noche, la Casa Blanca anunció que Petro accedía a todas sus condiciones y que los aranceles contra Colombia quedarían «en reserva», lo que supone una rotunda victoria para el Gobierno de Trump, que afirmó que la resolución del conflicto a su favor demostraba «que los EE.UU. son respetados de nuevo».

En Chile, por su parte, era la ministra del Interior, Carolina Tohá, la que confirmaba que su Gobierno también colaborará con las deportaciones de migrantes chilenos desde Estados Unidos. «Los chilenos siempre colaboramos en la repatriación de nuestros nacionales y esperamos que los otros países hagan lo mismo», dijo Tohá el lunes en un programa de radio chileno.

Una noticia similar ha llegado desde México, donde la presidenta, Claudia Sheinbaum, aclaró este lunes que su país ha recibido cuatro aviones de deportados desde la toma de posesión de Trump una semana antes. En total han sido más de 4.000 los retornados mexicanos, lo que, según Sheinbaum, supone que «no ha habido un incremento sustantivo» de devoluciones durante la primera semana de la nueva Administración del republicano.

De momento las amenazas arancelarias de Trump no han terminado de concretarse. Canadá, México y China tienen el próximo 1 de febrero marcado en rojo en el calendario. Será este día, según anunció el mandatario estadounidense al tomar posesión de su cargo, el que su Gobierno subirá los aranceles a las exportaciones de estos tres países.