Una mujer de 88 años se despierta metida en un ataúd, después de que una forense la diese por muerta
INTERNACIONAL

La justicia checa investiga por negligencia a la médico, que fue despedida fulminantemente de la empresa
02 jun 2025 . Actualizado a las 21:15 h.Los empleados de una funeraria de la ciudad de Pilsen, en la República Checa, se llevaron un buen susto el pasado viernes. Mientras hacían los preparativos para el velatorio de una anciana, la mujer de 88 años, ya metida en su ataúd, abrió repentinamente los ojos. A pesar de que una médico forense había certificado su defunción apenas unas horas antes, no estaba muerta, sino que, como se supo poco después, solo tenía achaques típicos de la edad. Pero a punto estuvo de ser enterrada viva.
Todo comenzó esa misma mañana, con una llamada a urgencias del marido de la anciana. El hombre había intentado despertarla sin éxito. Su mujer no respondía a ningún estímulo. Los servicios de emergencia no tardaron en llegar y, ciñéndose al protocolo de defunción, derivaron el caso en manos de una empresa forense privada. Allí, una empleada certificó por escrito su muerte, por lo que se entregó el supuesto cadáver de la mujer a los servicios funerarios.
Fue allí cuando, ya introducida en el ataúd, se despertó, para sorpresa de todos los empleados, que dieron aviso para que la trasladaran inmediatamente al hospital. Una vez allí, se constató que la mujer no estaba muerta, ni mucho menos, sino que presentaba síntomas de enfermedades propias de su edad.
Ahora, la justicia de la República Checa investiga a la médico forense que certificó la muerte por un presunto delito de negligencia, que podría acarrearle una pena de hasta tres años de prisión. No fue la única consecuencia: la empresa forense despidió fulminantemente a su empleada.
Tafofobia, el miedo a ser enterrado vivo
Un episodio más que aumenta el miedo para las personas que sufren tafofobia. Así se conoce como el pavor irracional que sienten algunas personas a que en algún momento de su vida puedan enterrarlas en vida.
No son, ni mucho menos, casos habituales en el mundo —de hecho, esta anciana checa no llegó a ser enterrada—, y eran más comunes, aunque muy poco, en épocas pasadas, cuando los diagnósticos médicos y forenses estaban menos avanzados. Entre los casos documentados está el del joven francés Angelo Hays, enterrado tras un accidente de moto en 1937 a los 19 años, y que consiguió salvarse tras una exhumación solicitada por la familia dos días después. Tal fue su trauma que inventó un ataúd de seguridad para que no volviera a pasar.
La literatura y el cine, especialmente el cuento de Edgar Allan Poe El entierro prematuro, llevado al cine en la película La obsesión, o filmes como Buried o Kill Bill, contribuyeron a expandir la creencia de que este error era más común de lo que es en realidad.
Una famosa que declaró sufrir esta fobia es Lolita, que aseguró que tenía métodos infalibles para solucionarlo en caso de que pase.La hija de la folclórica más importante de nuestro país ha dejado una lista de enseres con la que la van a tener que enterrar. Todos ellos pensados para su supervivencia en el caso de que la entierren con vida. Lolita pide que haya con ella dentro de la caja las siguientes cosas:100 euros, la llave del mausoleo, un martillo, una escalera, un teléfono con carga para al menos 72 horas, un Orfidal, una botellita de agua y ropa apropiada para la estación.