La dimisión de la ministra de Exteriores deja a Petro sin la que fue su mano derecha

Héctor Estepa
H. Estepa BOGOTÁ / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Gustavo Petro, el pasado 30 de mayo en Brasilia, junto a Laura Sarabia.
Gustavo Petro, el pasado 30 de mayo en Brasilia, junto a Laura Sarabia. Andre Borges | EFE

Las dos figuras tuvieron encontronazos por el resultado electoral de Ecuador y el asilo del expresidente panameño Ricardo Martinelli, condenado por corrupción

04 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Ruptura total entre el presidente colombiano, Gustavo Petro, y la que fue su mano derecha. Laura Sarabia dimitió este jueves como ministra de Exteriores después de haber sido desautorizada por el jefe de Estado. El Gobierno queda así desprovisto de un importante enlace con el mundo empresarial, de tendencia opositora.

«En los últimos días se han tomado decisiones que no comparto y que, por coherencia personal y respeto institucional, no puedo acompañar», señaló Sarabia.

Se refiere a una controversia en torno a la licitación para la fabricación de los pasaportes colombianos, pero esa es, para parte de los analistas, solo la gota que colma el vaso. La joven de 31 años era una desconocida hasta unas semanas antes de la victoria en las urnas de Petro en el 2022. A ambos los presentó el polémico ministro del Interior, Armando Benedetti, que llegaba de partidos de centro. Ella había sido su secretaria y Petro quedó encandilado con la gran capacidad organizativa de la joven, tanto que acabó nombrándola jefa de gabinete.

Sarabia se convirtió en una figura polémica. Los ministros se quejaban de que para hablar con el presidente tenían que pasar por ella. Fue muy controvertida la denuncia de su exniñera por el supuesto uso de un polígrafo para interrogarla por un robo. Petro ya la desautorizó cuando felicitó a Daniel Noboa como ganador de las elecciones ecuatorianas mientras la oposición de ese país denunciaba fraude. Ella le endosó después toda la responsabilidad por el muy polémico asilo político al expresidente panameño Ricardo Martinelli, condenado por corrupción. La relación ha acabado por romperse.