Alemania abandera el rechazo al nuevo marco financiero de la UE

claudia zapater BRUSELAS / E. LA VOZ

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El comisario de Presupuestos, Piotr Serafin, durante la reunión del Colegio de Comisarios el martes en Bruselas
El comisario de Presupuestos, Piotr Serafin, durante la reunión del Colegio de Comisarios el martes en Bruselas Yves Herman | REUTERS

La Eurocámara critica el plan por su «sorprendente falta de ambición»

18 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Las críticas no se hicieron esperar, con Alemania a la cabeza. Tras la presentación que hizo el comisario de Presupuesto, Piotr Serafin, de las cuentas de la UE para el período 2028-2034, el Parlamento Europeo emitió un aviso en forma de comunicado criticando la «congelación real de la inversión y el gasto» que «revela una sorprendente falta de ambición».

Era una de sus misiones más difíciles, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, lo sabía. La mayoría de los Estados miembros no quieren contribuir con más dinero a las arcas de la UE, pero el Parlamento Europeo exige lo contrario. La ofensiva rusa en Ucrania ha generado una necesidad urgente de inversión en defensa, pero eso supone quitarle dinero a los agricultores.

Aunque ese tipo de tensiones no son nuevas, el bloque está más polarizado que nunca, y la estrategia de gasto planteada por la Comisión, de 1,8 billones de euros, se tambalea. Por delante quedan más de dos años de conversaciones con la Eurocámara y las capitales de la UE, que parten de prioridades muy distintas y deben, todas ellas, aprobar el plan.

El Gobierno alemán fue el primero en oponerse firmemente a la propuesta presupuestaria de la UE. «Un aumento integral del presupuesto es inaceptable en un momento en que todos los Estados miembros están haciendo considerables esfuerzos para consolidar sus presupuestos nacionales», dijo Stefan Kornelius, portavoz del Ejecutivo del canciller alemán, Friedrich Merz.

Para deshacerse de la deuda generada tras la pandemia, que representará un coste de entre 25.000 y 30.000 millones de euros al año, la Comisión presentó tres nuevos impuestos, que gravarían los desechos electrónicos, el tabaco y a las empresas que facturen más de 100 millones en la UE. «Tampoco apoyamos la fiscalidad adicional a las empresas propuesta», añadió Kornelius.

El ministro de Finanzas neerlandés, Eelco Heinen, señaló que la propuesta de gasto es «demasiado alta» y que la UE «no debería centrarse siempre en cómo gastar más, sino en cómo se pueden gastar mejor los fondos existentes».

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, también expresó su oposición. «Este plan corre el riesgo de marginar a la Europa rural y poner en peligro a las familias de todo el continente», opinó.

Mientras el nuevo marco financiero asignaría 131.000 millones a defensa y seguridad (una partida cinco veces mayor a la actual), el presupuesto para la Política Agraria Común (PAC) sufriría un recorte de 87.000 millones, dejándolo en 300.000 millones.

Al tiempo que se debatía la propuesta en la Eurocámara, cientos de agricultores se manifestaban a las puertas de las instituciones de la UE en Bruselas. Copa-Cogeca, una organización que agrupa a las principales asociaciones de agricultores y cooperativas de la UE, calificó la jornada como un «miércoles negro para la agricultura europea».

La presidenta del Comité de las Regiones, Kata Tutto, denunció que la propuesta está destinada a «devorar la política de cohesión y romperle la columna vertebral al nacionalizarla y centralizarla».

Por su parte, la eurodiputada del BNG, Ana Miranda, tachó de «escandalosa» y «tremendamente nociva para Galicia» la propuesta de la Comisión. «No podemos consentir que los nuevos fondos sigan perjudicando al sector pesquero y marisquero», insistió.