El principal sospechoso del caso Madeleine McCann sale de prisión: por qué el misterio sigue sin resolverse casi dos décadas después
INTERNACIONAL

Christian Brückner, condenado por violación en Portugal, salió de prisión en Alemania tras cumplir siete años de condena. La Fiscalía sigue investigando su posible implicación en la desaparición de la niña británica en el 2007
18 sep 2025 . Actualizado a las 08:35 h.Este miércoles, Christian Brückner, principal sospechoso en la desaparición de Madeleine McCann, abandonó la prisión de Sehnde, cerca de Hannover, después de cumplir siete años por la violación, en el 2005, de una mujer estadounidense de 72 años en el Algarve. El hombre, de 48 años, salió acompañado de su abogado, rodeado por una nube de cámaras y micrófonos, sobre todo británicos, que llevaban años siguiendo cada paso de su historia judicial.
Condenado en el 2019 a siete años y medio de cárcel por aquel ataque sexual, absuelto en el 2024 de otras cinco agresiones sexuales en Portugal, Brückner arrastra un historial que incluye abusos a menores y posesión de material pornográfico infantil. Sin embargo, pese a la sospecha constante, la Justicia no ha podido imputarlo por la desaparición de Madeleine.
La noche del 3 de mayo de 2007, Maddie dormía en el apartamento 5A del complejo Ocean Club, en Praia da Luz, junto a sus hermanos gemelos, Sean y Amelie. Sus padres, Kate y Gerry, cenaban con amigos a apenas sesenta metros, en un restaurante del mismo complejo, turnándose cada media hora para comprobar que los niños estuviesen bien. A las 22.00 horas, Kate descubrió que su hija no estaba. Lo que empezó como una alerta vecinal se convirtió en un terremoto mediático que convirtió Praia da Luz en escenario de uno de los mayores misterios de la crónica negra contemporánea.
Durante años, el caso estuvo lleno de falsos indicios y sospechosos. La investigación portuguesa, dirigida por el inspector Gonçalo Amaral, llegó a centrar su atención en los propios padres de Madeleine, planteando que podrían haber ocultado la muerte accidental de su hija y simulado un delito. Amaral fue apartado en octubre del 2007. Entre los primeros sospechosos figuró también Robert Murat, colaborador y traductor local, sometido a intensos interrogatorios y al escrutinio de tabloides y vecinos, sin que se presentasen pruebas concluyentes.
A partir del 2008, la policía británica reforzó su papel en el caso. Se revisaron pruebas, se elaboraron retratos robot, se rastrearon cientos de pistas en Europa y más allá. Nada dio resultados.
La aparición del principal sospechosos
El giro más relevante llegó en el 2020. Una pista apuntó a Christian Brückner, pedófilo y agresor sexual con antecedentes, que residía en Alemania pero había vivido en el Algarve durante años. Su presencia en Praia da Luz la noche de la desaparición, la señal de su teléfono móvil en las inmediaciones y varios testimonios lo convirtieron en el principal sospechoso. La Fiscalía alemana de Braunschweig aseguró que Madeleine estaba muerta y que Brückner era el principal sospechoso.

La investigación se reabrió y los investigadores alemanes enviaron equipos a Portugal para excavar en terrenos y analizar restos de ADN hallados en la furgoneta que el alemán usaba en el Algarve.
En abril del 2022, la policía portuguesa declaró a Brückner como «arguido» en el caso de Madeleine. Esta figura legal, exclusiva de la legislación lusa, se utiliza para formalizar la sospecha sobre una persona sin presentar cargos definitivos y permite a las autoridades seguir investigando sin que el caso prescriba. Sin embargo, las pruebas siguen siendo principalmente circunstanciales y no concluyentes: la señal de un teléfono, testimonios de terceros, y análisis de restos de ADN que aún no permiten formular cargos definitivos.
Entre medias, un excompañero de celda de Brückner, Laurentiu Codin, declaró ante el juez que el sospechoso le confesó haber raptado una niña en el Algarve. Según su testimonio Brückner le explicó que había estado robando en esta zona de Portugal. «Estaba en una zona donde hay hoteles y vive gente rica. Me dijo que había un lugar con una ventana abierta, me dijo eso. Buscaba dinero», aseguró. Al no encontrar efectivo, «encontró a un niño y se lo llevó». Además, aseguró que durante el tiempo que compartieron en prisión, el sospechoso del rapto de Maddie le «preguntó si se puede extraer ADN de de huesos de un niño enterrados».
Últimas pistas
El pasado junio, la investigación volvió a agitar la costa del Algarve. Por iniciativa de la Fiscalía de Braunschweig, y con el apoyo de la Policía Judicial portuguesa, se lanzó una nueva búsqueda en los alrededores de Praia da Luz, al amparo de una orden europea que permitía ampliar los registros. Investigadores portugueses y alemanes rastrearon 21 terrenos privados, ruinas, pozos, cisternas y propiedades cercanas a donde vivió Christian Brückner.
Durante estas diligencias recogieron fragmentos de ropa y restos óseos. Aunque las autoridades portuguesas apuntan a que muchos de esos restos podrían pertenecer a animales o a personas no vinculadas con el caso Maddie, todas las muestras fueron enviadas a laboratorios en Alemania para su análisis forense. Se emplearon georradares y otros métodos para revisar zonas de difícil acceso, buscando cualquier indicio que pueda ayudar a vincular materialmente al sospechoso con la desaparición. Hasta ahora, los resultados preliminares no han aportado pruebas definitivas.