Trump cumple su amenaza y empieza a cortar fondos al amparo del cierre de gobierno

mercedes gallego NUEVA YORK / COLPISA

INTERNACIONAL

Trump, en la Casa Blanca.
Trump, en la Casa Blanca. YURI GRIPAS / POOL | EFE

Las partidas federales para medio ambiente, renovables y transporte público son algunas de las que sufrirán mermas

04 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde el miércoles, la aplicación de Transportation Security Administration (TSA) no ofrece actualizaciones sobre los tiempos de espera en las colas del aeropuerto, ni será «gestionado activamente» mientras dure el cierre de gobierno, advierte el portal. Los agentes de seguridad siguen inspeccionando a los pasajeros, pero pronto la reducción de su número ampliará las colas. Desaparecerán, eso sí, las de los turistas que desean visitar la estatua de la Libertad, porque el monumento cerrará en cuanto se acaben los fondos de emergencia.

Son, en cierto modo, anécdotas de un cierre de gobierno que tiene consecuencias catastróficas y fundamentales para muchos miles de familias. El presidente Donald Trump ha cumplido su amenaza de aprovechar el órdago que le han lanzado los demócratas con los presupuestos federales para cortar las partidas de programas progresistas relacionados con energía limpia, transporte público, medio ambiente y otros programas para los estados mayormente demócratas, etc. En total, 26.000 millones de dólares, previamente aprobados, que el Gobierno de Trump considera «un despilfarro».

«Deshacerse de la morralla»

Trump no ha ocultado que aprovechará el cierre para acelerar su agenda de venganza y recortes y arengó a su partido para imitarle. «Los republicanos deben usar esta oportunidad de cierre forzado por los demócratas para deshacerse de la morralla, el despilfarro y el fraude. Se pueden ahorrar miles de millones de dólares», escribió en su red.

El pulso de los legisladores demócratas pretende conseguir la renovación de los subsidios de la Ley de Atención Médica Asequible, conocida como Obamacare, que expiran a final de año y de los que se benefician 22,4 millones de personas, pero el partido de Trump se niega. Según la Kaiser Family Foundation, las estratosféricas pólizas que pagan los estadounidenses podrían subir hasta un 75 % sin esas ayudas federales. Pasarían de una media de 888 dólares al mes por persona a 1.593. Como consecuencia, unos tres millones abandonarían por completo los seguros médicos, al no poder costeárselos.

El sistema podría colapsar, ya que siempre ha dependido de que los más sanos compensen con sus pólizas los gastos médicos que encajan las compañías de seguros por las reclamaciones de los enfermos. Además, los estados estadounidenses que reciben ayudas para financiar el seguro médico de beneficencia enfrentarían grandes presiones financieras y tendrán que expulsar de esa red a millones de personas de bajos ingresos. Eso no impediría que muchos siguieran llegando a los servicios de urgencias, por lo que los hospitales tendrían que encajar grandes pérdidas.

Dinero «a inmigrantes ilegales»

La versión de Trump es otra. El presidente culpa a los demócratas de querer dar el dinero de la sanidad «a los inmigrantes ilegales» y abrir las fronteras «a los criminales del mundo». Para inyectar miedo en las bases, el presidente informó en Truth Social que este jueves se reunió con su director de la Oficina de Gestión y Presupuestos, Russ Vought, quien fue arquitecto del Proyecto 2025, donde se detalló el año pasado la agenda ultraconservadora que ha implementado en su segunda presidencia. El objetivo es, según contó, determinar «cuáles de las muchas agendas demócratas hay que cortar, la mayoría estafas, y cuáles serán temporales o permanentes».

En la guerra de a quien culpará la opinión pública, Trump se siente seguro. Sabe controlar la narrativa con mensajes sencillos y pegadizos, que ahora refuerza con vídeos creados con IA. Una de las estéticas que ha puesto en práctica es la de añadir a los líderes demócratas del Congreso bigotes y sombreros mexicanos, a los que él mismo toca la guitarra a ritmo de mariachi. Ante las protestas formales que eso generó el jueves en el Congreso, el vicepresidente JD Vance y el portavoz Mike Johnson acusaron a los demócratas de no saber encajar «una broma».

El uso de los memes, la inteligencia artificial y el populismo despiadado, hace de este cierre de gobierno algo único en la historia, pese a ser el décimo quinto desde 1980. El pacto entre caballeros de los partidos era, hasta ahora, intentar minimizar el daño sobre los ciudadanos e incluso aprobar después una partida para resarcir económicamente a los aproximadamente 750.000 funcionarios de gobierno que se hubieran quedado sin cobrar mientras durasen las negociaciones. En lugar de eso, Trump amenaza con eliminar permanentemente sus puestos de trabajo. El mandatario juega duro y ni siquiera el último cierre de gobierno, ocurrido hace siete años también con Trump, sirve de modelo.

Aquel ya fue el más largo de la historia, 35 días, lo que resultó en una contracción del PIB del 0.4 %, según la Oficina de Presupuestos del Congreso. El secretario del Tesoro, Scott Benson, admitió este jueves que este nuevo cierre también podría afectar al crecimiento económico. A su vez, varios asesores han advertido al presidente que cancelar fondos ya aprobados por el Congreso puede ser ilegal, algo que Trump está dispuesto a poner a prueba en los tribunales.

El mandatario y su Gobierno están decididos a ganar la batalla de la opinión pública machacando su narrativa para forzar así la mano del Partido Demócrata. En la encuesta realizada por el diario The Washington Post durante el primer día de cierre de gobierno, el 30 % culpa a los demócratas y el 47 % a Trump y los congresistas republicanos. La respuesta automática a los correos electrónicos de prensa de la Casa Blanca advertía que, «debido a los recortes resultantes del cierre de gobierno demócrata», la respuesta se retrasará. «Y mientras esperas, por favor recuerda que esto se podía haber evitado si los demócratas hubieran votado en favor de una Resolución de Continuidad limpia para mantener el gobierno abierto», remachaba.