Ahora sabemos mucho más del cuco

Antonio Sandoval ASANDOVALREY@GMAIL.COM

LA VOZ DE LA ESCUELA

XOÁN A. SOLER

Quienes estudian la temporada reproductora de estas y otras aves han detectado que el mal clima durante esta primavera ha tenido una influencia notoria

19 jun 2013 . Actualizado a las 12:12 h.

En todas las escuelas, hogares, parques y lugares de trabajo se comenta lo mismo: ¡este año no ha habido primavera! Salvo por unos pocos días de sol, la impresión es que desde marzo apenas ha dejado de hacer frío y de llover. Y junio empezó como terminó mayo: con las camisetas de manga corta todavía guardadas en el armario y el chubasquero siempre a mano.

Como cada uno de nosotros, también la naturaleza se ha resentido de este mal tiempo. Un claro ejemplo son las aves. Quienes las estudian han detectado cómo la temporada reproductora de varias especies que son objeto de estudio todos los años ha sido este 2013 menos productiva, al menos en varias de las zonas controladas.

El cuco no ha sido ajeno a esta circunstancia, claro. Su cría se habrá visto probablemente resentida de manera doble: a causa por un lado del mal tiempo y por otro de la menor abundancia de nidos en los que depositar sus huevos. Pero en su caso llueve sobre mojado. Como venimos explicando en La Voz de la Escuela desde que a principios de primavera comenzamos esta campaña de recogida de datos sobre esta especie, su situación parece ser cada vez más comprometida en Galicia, sobre todo en la franja litoral. ¿Será realmente así o es solo una impresión?

El trabajo que han aportado los cientos de colaboradores de este proyecto, y cuyos primeros resultados presentamos en estas páginas, apuntan a que así es. El cuco ya no aparece en la franja de territorio más próxima a la costa, donde sí se recuerda que todavía cantaba hace algunas décadas. Los motivos de esta desaparición probablemente sean múltiples, desde el cambio climático global (la especie también está en declive en otras regiones de Europa occidental) hasta la transformación del territorio. Estas aves, por ejemplo, como tantas otras, no gustan de los eucaliptales.

ESCUCHAR LA NATURALEZA

Además de obtener una información de gran interés para conocer la distribución del cuco en Galicia, este proyecto ha servido para animar a nuestros lectores a salir al campo, escuchar los sonidos de la naturaleza y reflexionar acerca de los cambios, a menudo silenciosos, que están teniendo lugar en ella. La pérdida del tradicional cucú que antaño llenaba las primaveras de nuestros paisajes es un síntoma más de una transformación que no podemos ni debemos juzgar como inevitable, porque no lo es. Porque podemos evitarla y remediarla.

¿Cuántas niñas y niños gallegos se criaron hasta no hace tantos años escuchando el cuco, igual que las generaciones que les precedieron durante siglos y siglos? ¿Cuántos lo hacen hoy? ¿Llegará un momento en el que sean muy pocos, en buena parte del país, los que sepan de la existencia de un ave que anuncia cada primavera con una voz inconfundible? Ojalá que no.

UN MENSAJE DE ESPERANZA

Ojalá que dentro de un tiempo el cuco vaya recuperándose y vuelva donde antes aparecía. Y que más y más personas oigan entre marzo y junio su canto, y lo interpreten como un mensaje de esperanza. Para ello será necesario que nuestra sociedad haga sitio entre sus prioridades a una naturaleza sana y diversa, de la que niños y mayores puedan disfrutar cada día. ¿Cómo conseguirlo? Pues, por ejemplo, empezando por escucharla con mucha atención. Es mucho lo que tiene que decirnos.

A pesar de su complicada situación en buena parte de Galicia, y de la mala primavera que hemos tenido, este año el cuco puede estar de enhorabuena.

Han sido multitud los lectores de La Voz de Galicia que nos han enviado sus registros de esta ave. Entre ellos ha habido aulas enteras de muchos centros educativos, familias y no pocos profesionales. También es muy de destacar la cantidad de datos que han aportado los socios de la Sociedade Galega de Ornitoloxía (www.sgosgo.org), quienes esta temporada han hecho un esfuerzo especial por detectar esta especie en sus excursiones a fin de aportar mayor información al proyecto.

Pocas veces antes en Galicia un pájaro ha merecido la atención de tantas personas, todas comprometidas por aportar su grano de arena, sus observaciones personales, a fin de conocer un poco mejor cuál su estado de conservación. Esta doble página no es suficiente para incluir la lista de los participantes en esta iniciativa, así que ¡gracias a todos y todas!

El esfuerzo ha merecido mucho la pena. El resultado que hemos obtenido es una «foto fija» bastante nítida de la distribución del cuco en nuestro país. A ella se suman los testimonios recogidos por muchos de nuestros colaboradores, que apuntan a que efectivamente su número va a menos en muchas zonas.

Francisco J. Fernández Garrote, por ejemplo, nos recuerda cómo hasta mediados de la década de 1980 todavía se escuchaba al cuco en Maniños, en la orilla de Fene de la ría de Ferrol. Incluso en una zona como Lalín, desde la que hemos recibido varios registros de la especie, los mayores nos recuerdan que hoy hay menos.

Así nos lo dice Daniel Santalla: «Cando lle comento á miña avoa que se ve que aínda van chegando algúns cucos, ela dime que non é asi. Que anos atrás había moitísimos máis: ?Qué máis ten que agora se escoiten un ou dous: antes escoitábanse en todos os lados a todas as horas, e víanse unha chea deles todolos días. Teño visto a catro e a cinco polo mesmo sitio?».

También hemos recibido numerosos cuentos y refranes sobre el cuco. Nos ha hecho especial gracia este que nos ha enviado Marisa Lodeiro Matalobos, maestra de educación primaria en el CPI Antonio Orza Couto, que recogió de su alumna María González Couto, quien a su vez se lo escuchó a su padre: «Unha vez, a uns acordoulles facer a malla e invitaron ao cuco por ver se lles ía botar unha man. E o cuco díxolles todo convencido: ?Vou sen problema ningún, pero se vai moita calor, teño que estar na sombra; se está nubrado e turbio, teño que cuquear; pero se chove... alá me teredes?».

Los primeros resultados del proyecto muestran la distribución acumulada de las observaciones de cucos por municipio de marzo a junio. Su presencia aumentó sobre todo en abril. Cabe destacar la escasez de citas tanto en la franja costera, donde se concentra la mayor parte de la población y por tanto de potenciales observadores (desde esas zonas varias personas nos contado que no consiguieron localizarlo pese a buscarlo), como en muchas zonas de montaña, donde la densidad de población es mucho menor.

Seguro que en esos mapas aparecen en blanco muchos municipios en los que sí ha cantado el cuco esta primavera, pero desde los que nadie nos ha informado. Es algo habitual en este tipo de proyectos: todos tendemos a pensar que si nosotros lo oímos es que alguien más lo habrá escuchado también y probablemente haya enviado ya un correo. O habíamos pensado enviarlo por nuestra cuenta, pero se nos pasó?

No es tarde para colaborar. En absoluto. Más bien al contrario. Lo bueno de esos mapas es que puedes buscar en ellos si tu municipio está incluido o no entre aquellos en los que se ha detectado al cuco. Y, si no es así, enviarnos tu aviso. Para ello, si no te acuerdas de en qué fecha lo escuchaste, basta con que nos digas el municipio y la parroquia. Con esa información completaremos los mapas. ¡Muchas gracias!