El triste récord del tifón «Haiyan»

> Susana Pérez

LA VOZ DE LA ESCUELA

Niños filipinos llevan algunos enseres en la ciudad de Tacloban, la más afectada por el tifón «Haiyan»
Niños filipinos llevan algunos enseres en la ciudad de Tacloban, la más afectada por el tifón «Haiyan» DENNIS M. SABANGAN / EFE

Cómo se forman estas terribles tormentas que alcanzan vientos de más de 300 kilómetros por hora

04 dic 2013 . Actualizado a las 12:58 h.

A comienzos del pasado mes de noviembre Filipinas recibió la visita de uno de los tifones más devastadores de la historia. Con el nombre de Haiyan, se cobró la vida de cerca de 10.000 personas y arrasó casas, vehículos y todo lo que encontró a su paso. Los tifones son frecuentes en esta región del planeta, de hecho Filipinas ya ha sufrido más de 20 este año, pero pocas veces se manifiestan de una forma tan potente.

Los tifones son un tipo de fenómeno meteorológico que se origina en mares cálidos. Son lo mismo que los huracanes, solo cambia la terminología: se llaman tifones en el Pacífico oeste y huracanes en el Atlántico norte. La formación de uno de estos ciclones tropicales comienza con el calentamiento del agua del mar, cuando alcanza una temperatura de al menos 27 grados en una zona extensa desde la superficie hasta los 50 metros de profundidad. Sobre esta zona del océano se forma una capa de aire cálido y húmedo que asciende y da lugar a una baja presión. En altura, este aire se encuentra con aire frío, lo que provoca la condensación del vapor de agua. Al mismo tiempo se originan vientos circulares que, a medida que el ciclón avanza, impulsan cada vez más calor y humedad hacia arriba, haciendo crecer el tamaño y la fuerza del ciclón. Una vez que los vientos alcanzan una velocidad superior a 119 kilómetros por hora, ya se considera que la tormenta se ha convertido en un tifón, o en un huracán.

El Haiyan desarrolló vientos de 315 kilómetros por hora, con rachas de 378, pero además estuvo acompañado de otro efecto, la llamada marea de tormenta. Es una elevación del nivel del mar debido a la suma de la marea que haya en ese momento con la subida del agua oceánica originada por los vientos de la tormenta y la baja presión. En Filipinas esto se tradujo en una crecida de seis metros del nivel de mar, que al introducirse en la costa arrastró todo cuanto encontró en su paso, causando la mayor parte de las víctimas de este tifón.

Con estas características, Haiyan está ya considerado uno de los ciclones más poderosos que haya tocado tierra de los que se tenga registro, superando al mayor conocido, el Tip, que se desplazó por el Pacífico en 1979, y al huracán Camille, que en 1969 alcanzó el estado norteamericano de Misisipi, ambos con vientos de 305 kilómetros por hora.