¿Cómo tratar una quemadura? No, ponerle pasta de dientes no es buena idea

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

EL BOTIQUÍN

Una quemadura es uno de los accidentes domésticos más comunes.
La Voz de la Salud

Te contamos qué debes y no debes hacer en caso de sufrir una en un accidente doméstico

17 nov 2022 . Actualizado a las 16:14 h.

Las quemaduras domésticas o laborales son consecuencia de pequeños accidentes de nuestro día a día. Son muchas las situaciones en las que pueden ocurrir: nos salta el aceite mientras cocinamos; se prende una llama en la sartén; se nos cae agua o café hirviendo; las tenacillas se acercan demasiado a nuestra cara o cuello; el enchufe empieza a arder; la plancha de la ropa nos juega una mala pasada; o cuando pensamos que la fuente del horno ya se había enfriado un poco como para poder tocarla, pero estábamos equivocados. Pero, ¿sabemos cómo actuar si sufrimos una?

Una quemadura es una lesión en la piel u en otro tejido orgánico causada por el calor, la radiación, la radiactividad, la electricidad, la fricción o incluso el contacto con productos químicos. «Existen tres tipo principales de quemaduras: las llamadas térmicas, producidas por una fuente de calor o frío; las químicas, provocadas por líquidos corrosivos, ácidos o alcalinos; y las eléctricas», explica Rosa Pérez, responsable de Divulgación de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES). «También se clasifican según su extensión y el daño que ocasionan, siendo las de primer grado las más superficiales y las de tercero las más profundas y de mayor gravedad», añade. 

En una de primer grado la piel se enrojece, pero no se producen ampollas, y dentro de las mismas se encontrarían las quemaduras del sol. En las de segundo grado, la capa exterior de la piel se quema y alguna parte de la dermis se lesiona. Estas sí son bastante dolorosas y suelen formar ampollas. Por su parte, en las quemaduras de tercer grado la piel se ve blanca o carbonizada. En esta última, tanto la dermis como la epidermis, es decir, las dos capas superiores de la piel, se lesionan de manera irreversible. 

Cómo actuar ante una quemadura 

«Lo primero que se debe hacer es alejarse de la fuente de calor y enfriar la piel con agua corriente. Poner la zona afectada bajo el grifo durante al menos diez o quince minutos, no menos, ya que la piel necesita enfriarse», afirma Pérez. Además, se deben retirar las joyas o la ropa y todo aquello que puedan mantener el calor en la persona afectada. «Si la ropa se ha quedado como 'pegada' en la piel, no se debe retirar ni tirar de ella. Refresca la zona bajo el agua corriente y acude posteriormente a un centro sanitario para su retirada», advierte.

Una vez enfriada la zona dañada «se debe secar la piel con pequeños toques, sin frotar». Es el momento de revisar la gravedad de la quemadura: «Dependiendo del dolor, extensión o gravedad de las lesiones se deberá llamar al 112 o acudir a un centro sanitario. Si han aparecido ampollas no se deben de manipular ni romperlas, y en el caso de que sean dolorosas, se debe acudir a emergencias». 

Una actuación con la que concuerda Manuel Durán, médico de familia y miembro del grupo de cirugía menor de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen): «Ante una quemadura es importante echar agua en cantidad para evitar que profundice más y una vez hecho eso poner una crema. Si se forma ampolla, sería de segundo grado y ya necesitará otro tratamiento». 

Se debe mantener la zona dañada tapada, revisar la piel, y en caso de que no mejore con el tiempo, acudir a un centro sanitario. Debemos preocuparnos si la quemadura duele, si la piel se levanta, o tiene un aspecto o color diferente. En todos estos casos se debe acudir a un profesional de la salud. Además, no debe olvidarse que la zona dañada no debe exponerse al sol, ya que puede empeorar su cicatrización.

«Las quemaduras no se deben dejar al aire salvo que sean superficiales, no formen ampollas y sean muy leves, es decir, de primer grado. Si se trata de una de segundo grado con ampollas se debe mantener tapada para que vaya creciendo piel nueva debajo. Son lesiones más complicadas que las heridas», explica Durán. El área afectada se debe cubrir con un vendaje limpio que no se pegue a la quemadura, ya que esto ayuda a disminuir el riesgo de infección y alivia el dolor.

Ni pasta de dientes, ni hielo

La pasta de dientes es uno de los remedios caseros a los que más se recurre en este tipo de lesiones. Sin embargo, no se recomienda en absoluto. Nos proporcionará un efecto «refrescante» en un primer momento, pero con el tiempo se quedara dura y pegada a la quemadura resecando aún más la piel, y además, no ayudará a disipar el calor. Tampoco es recomendable la aplicación de mantequilla, ya que su efecto será transitorio, y mucho menos, echarle alcohol. 

«Se deben evitar todos estos remedios caseros porque son realmente peligrosos», recalca Pérez. «El de la pasta de dientes, por ejemplo, ocasiona un daño mayor en la piel. Por eso, el único 'remedio' es el agua y refrescar siempre con agua corriente», añade. 

«Si a una quemadura le aplicas hielo, tú ya tienes una piel dañada y la estás sometiendo a otra quemadura por frío, agravas todavía más la lesión», señala Durán, y añade que «la pasta dientes es algo que se recomendaba antiguamente, pero esta no tiene ningún tipo de función ante una quemadura».

¿Se deben aplicar cremas hidratantes? «Nunca se debe aplicar ninguna crema o pomada de inicio que no sea recetada o recomendada por un profesional de la salud, ya que existen muchos tipos diferentes y se debe indicar de manera individual y tras valorar la quemadura. Este tipo de pomadas nunca se deben usar en el momento de la quemadura y mucho menos sin prescripción», remarca la especialista en medicina de emergencias. Si se trata de una quemadura menor, y después de estar refrescarla lo suficiente debajo del grifo (pero nunca antes), «se puede hidratar con una crema grasa de tipo Nivea, la del bote azul de toda la vida», aconseja Durán. 

¿Cuándo se debe hidratar la quemadura? «En el tratamiento posterior y tras la curación de una quemadura superficial se puede usar aceite de rosa mosqueta, aloe vera o geles de silicona para mejorar su cicatrización», apunta Pérez. «Lo más adecuado es mantener cubierta la zona lesionada. En el caso de quemaduras de segundo grado superficiales o que presenten pequeñas lesiones o ampollas, preferiblemente con un apósito limpio vaselinado o mejor si es específico para que quemaduras. Si se trata de una quemadura de primer grado es aconsejable mantener la piel hidratada con una crema hidratante sin perfumes. Curar dos o tres días la lesión para revisar cómo evoluciona», explica Pérez. 

Las quemaduras pueden ser de primer grado o superficiales, de segundo o de tercer grado.
Las quemaduras pueden ser de primer grado o superficiales, de segundo o de tercer grado. La Voz de la Salud

¿Tendré cicatriz? Cuanta mayor profundidad tenga la quemadura es más posible que la deje. Las quemaduras leves curar sin dejar cicatriz. A las que les salen ampollas sí pueden acabar en cicatriz, pero también pueden sanar dejando la piel de alrededor de un tono diferente al del resto. La buena noticia es que se puede reducir la posibilidad de que quede «constancia» de nuestra lesión manteniendo la quemadura cubierta hasta que haya curado con nueva piel. Si se quita el vendaje hay que protegerla del sol para que esta no se oscurezca

Si la quemadura tiene ampollas, no las manipules

Otro de los errores comunes es tocar o explotar posibles ampollas que salen en nuestra piel como consecuencia de la lesión. «Las ampollas más pequeñas no se deben tocar. Si es muy grande o molesta debe ser valorada por un profesional de la salud», recomienda Pérez. 

Tampoco se deben reventar, ni pinchar, ni cortar. La especialista en emergencias médicas señala que se suelen curar en unos días, y que si esa se rompe de manera espontánea, se debe lavar la zona con agua y jabón de forma suave. Y de nuevo, recalcar la importancia de taparla con un apósito vaselinado o específico para quemaduras. 

Consejos para prevenir las quemaduras

Pérez considera que la prevención es en realidad el paso más importante de todos, evitando que estas lesiones lleguen a producirse: «La mayor parte de las quemaduras ocurren en casa, en nuestras cocinas y en nuestros baños. Una salpicadura de aceite, un accidente con la plancha, un contacto con la puerta del horno, un cortocircuito que pueda provocar un chispazo... son ejemplos de accidentes que podemos tener en nuestras casas». Por eso, la especialista da una serie de recomendaciones: 

  • Una gran parte de los accidentes se producen por descuido o desatención del fuego de la cocina, nunca se debe dejar una olla o una sartén al fuego sin atención. Si esta se llega a incendiar, tampoco se debe tratar de apagarla echando agua o «abanicándola». Hay que apagar el fuego, cubrir la sartén con una tapa o un trapo algo humedecido. Es mejor usar extintor si se tiene, ya siempre es la mejor opción para apagar la llama. 
  • También recuerda que los niños «deben saber que en la cocina se pueden quemar». Así, se debe evitar que manipulen cualquier olla, cacerola o sartén que se encuentre al fuego. También se deben tener fuera de su alcance productos corrosivos como lejías, amoníaco, desatascadores, etcétera. 
  • Si los peques aún gatean, se deben proteger los enchufes.
  • Los mangos de las sartenes o cazuelas deben estar por dentro de la encimera y nunca sobresaliendo de la misma. 
  • Otro accidente habitual ocurre cuando llevamos una olla, cafetera o sopera y tropezamos. Debemos mirar hacia el frente y abajo, por si hay algo que se nos pueda cruzar en el camino. 
  • También se puede producir un accidente durante el baño de un bebé. Siempre se debe comprobar la temperatura del agua antes de bañar al bebé. Es preferible hacerlo con un termómetro y no con nuestra propia piel. La especialista recomienda llenar la bañera con agua fría y luego añadir caliente. 
  • Siguiendo con los más pequeños, también se debe comprobar la temperatura del biberón, papillas o cualquier alimento que se les vaya a dar. 
  • Las fondues se deben manipular con mucho cuidado, ya que la llama la llama a veces parece «invisible» y usamos líquidos o productos inflamables para encenderlos o avivarlos, pudiendo ocasionar una explosión. 
  • La olla exprés es otra fuente de accidentes. Cualquiera aparato de vapor puede quemar y su manejo debe ser cuidado. Al igual que las vaporetas, cuyas válvulas de seguridad en ocasiones se obstruyen. Cualquier recipiente que tenga agua hirviendo en su interior puede acabar explorando si no tiene un mecanismo de salida de vapor. 
  • En cuanto a aparatos eléctricos, no se deben enchufar cerca de un recipiente con agua o de la bañera. Tampoco se deben usar las regletas o enchufes múltiples, ya que al enchufar varios dispositivos en una misma toma puede ocasionar sobrecalentamiento, un cortocircuito y, como consecuencia, un incendio en el hogar. 
  • Evitar fumar en la cama. Quedarse dormido con el cigarrillo en la mano es otro de los accidentes habituales. 
  • No debemos olvidarnos que el sol también quema, incluso si el día está nublado. Debemos utilizar protección solar siempre que nos expongamos a él y no solo en verano.  

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.