Francisco Navarro, dermatólogo: «Es fundamental no cortar la cutícula al hacerse la manicura»

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

EL BOTIQUÍN

Francisco J. Navarro, dermatólogo.
Francisco J. Navarro, dermatólogo.

El especialista analiza la prohibición por parte de la Comisión Europea de dos sustancias presentes en esmaltes semipermanentes presentes en todo el territorio y resalta el esmalte de uñas clásico como «la opción más segura»

03 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado lunes entró en vigor la prohibición de la Comisión Europea de dos sustancias presentes en los esmaltes semipermanentes en todo el territorio de la Unión: el óxido de difenilfosfina (TPO, por sus siglas en inglés) y del dimetil-p-toluidina (DMTA). La UE las considera «carcinógenas, mutágenas o tóxicas para la reproducción» y su uso pasa a estar prohibido. El doctor Francisco J. Navarro, miembro del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y especialista en el Hospital Universitario San Cecilio, analiza esta decisión y describe los cuidados necesarios de las uñas.

—¿Qué implica la prohibición de estas dos sustancias?

—La Unión Europea no ha prohibido las uñas de gel, sino dos ingredientes muy concretos: el TPO, un fotoiniciador usado en esmaltes semipermanentes; y el DMTA, un activador de adhesión. Ambos se han clasificado como «sustancias CMR», es decir, potencialmente cancerígenas, mutágenas o tóxicas para la reproducción. Desde el 1 de septiembre del 2025 cualquier producto que lo contenga es ilegal en Europa. Es una medida de protección de la salud, no una moda regulatoria.

—¿Cómo afecta a las personas su exposición?

—El TPO se retira por un riesgo toxicológico sistémico, pero en la práctica diaria el mayor problema que vemos son las alergias de contacto a acrilatos como el HEMA. Estas sustancias pueden causar dermatitis alérgica de contacto con inflamación alrededor de los dedos, uñas frágiles y, en ocasiones, lesiones en párpados o cuello por transferencia. La gran epidemia ungueal —es decir, que afecta a las uñas— es la alergia a los acrilatos.

—¿Cómo podemos saber si un esmalte de casa contiene estas sustancias?

—La clave está en revisar siempre el listado de ingredientes (INCI). Si aparece Trimethylbenzoyl Diphenylphosphine Oxide (TPO) o Dimethyl-p-toluidine (DMTA), ese producto no debería estar ni en casa ni en el mercado desde la entrada en vigor de la normativa. En el caso de los acrilatos, como el HEMA, la normativa exige que figure claramente la advertencia «solo para uso profesional»; si no aparece, es motivo para desconfiar. La compra en internet sin garantías puede convertirse en un problema dermatológico serio.

—¿Qué tipo de manicura recomendaría un dermatólogo?

—Para un uso habitual la opción más segura sigue siendo el esmalte clásico. Si se opta por semipermanente o gel, lo recomendable es hacerlo de manera ocasional, en centros de confianza y con productos reformulados. Además, es fundamental no cortar la cutícula y retirar el material de manera cuidadosa para evitar daños. La manicura perfecta es la que no deja secuelas en la uña.

—¿Son perjudiciales las lámparas UV que se emplean para realizar manicuras semipermanentes?

—Las lámparas que se usan en las manicuras emiten radiación UVA, similar a la que recibimos del sol. En cada sesión la exposición es corta, pero repetida en el tiempo puede acumularse y favorecer el envejecimiento de la piel o, en casos extremos, aumentar ligeramente el riesgo de cáncer cutáneo. Por eso aconsejamos medidas preventivas muy simples: aplicar un fotoprotector en el dorso de las manos antes de la sesión o utilizar guantes con la punta de los dedos al aire. No es cuestión de asustar, sino de reducir un riesgo que, aunque bajo, existe.

—¿Puede resultar perjudicial hacer manicura semipermanente muy a menudo?

—El problema no es una sesión aislada, sino la repetición constante. Cada ciclo implica más limado, más acetona y mayor agresión sobre la lámina ungueal. Con el tiempo, esto provoca uñas debilitadas, descamadas y con más riesgo de infecciones. Lo que empieza como un gesto estético puede acabar en una patología.

—¿Es necesario dejar descansar las uñas?

—Las uñas no necesitan respirar, pero sí recuperarse de la agresión cosmética. Dar una o dos semanas de pausa entre manicuras ayuda a rehidratar la lámina ungueal y evitar daños. Si no se respeta este descanso, pueden aparecer manchas blancas, uñas quebradizas y dolorosas.

—Más allá de hacer o no la manicura, ¿cómo podemos cuidar nuestras uñas?

—La base del cuidado es la hidratación diaria de uñas y cutículas. También es recomendable usar guantes en tareas domésticas, evitar morder o arrancar el esmalte y elegir productos de calidad. Una retirada cuidadosa del material es igual de esencial que su aplicación. Menos agresión y más hidratación: esa es la clave de una uña sana.

—¿Nos olvidamos de las uñas de los pies?

Las uñas de los pies también necesitan atención. El corte debe ser recto, el calzado cómodo y siempre hay que secar bien los dedos para evitar infecciones. Con los esmaltes ocurre lo mismo que en las manos: pueden provocar alergias y, además, ocultar hongos o problemas en la uña. El esmalte nunca debe ser una máscara que esconda la salud real de la uña.

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.