Qué es la tiroides y qué síntomas provocan las principales enfermedades que tienen que ver con ella

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

La Voz de la Salud

El hipotiroidismo es la patología de la tiroides más frecuente, seguida del hipertiroidismo

14 feb 2023 . Actualizado a las 18:13 h.

Una especie de mariposa ubicada enfrente del cuello. Es la forma que tiene la tiroides, una pequeña glándula que produce hormonas que controlan la forma en la que nuestro cuerpo utiliza la energía. «Estas hormonas tiroideas están formadas en gran parte por yodo y se encargan de regular diferentes aspectos del desarrollo y el metabolismo. Juegan un papel fundamental durante la formación del sistema nervioso en el feto y, posteriormente, controlan diversos aspectos como la función cardíaca, la temperatura corporal o los niveles de colesterol en sangre», apunta el doctor Carles Zafón, coordinador del área de tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Pero ¿qué hay de las enfermedades que afectan a esta glándula? ¿Cuáles son y cómo son sus síntomas?

Según palabras del doctor, se podría decir que existen tres grandes grupos de enfermedades de la tiroides: «En primer lugar, los problemas estructurales, siendo el bocio (aumento del tamaño de la glándula) el más frecuente; después, las anomalías de la función con el hipotiroidismo y el hipertiroidismo; y finalmente, los cánceres de tiroides». 

La tiroides se encarga de producir y liberar hormonas tiroideas. Son la T4 o tiroxina y la T3 o triyodetironina, que están involucradas en el crecimiento, en el mantenimiento de la mayor parte de las funciones corporales y en la regulación del organismo. Ambas contienen yodo y se liberan hacia la sangre, a través de la cual llegan a los diferentes tejidos del organismo, donde ejercen funciones importantes y variadas.

El endocrinólogo Joaquín Puerma explica que «la producción de estas hormonas tiroideas está controlada por otra hormona, la TSH (hormona estimulante de la tiroides) que se sintetiza en nuestra cabeza, en la glándula hipofisaria que está ubicada en la base del cerebro». Por lo tanto, es un buen indicador de las alteraciones en la producción de hormonas tiroideas ya que es la que se altera de una forma más precoz. 

Las hormonas tiroideas se encargan de regular diferentes aspectos del desarrollo y el metabolismo.
Las hormonas tiroideas se encargan de regular diferentes aspectos del desarrollo y el metabolismo. La Voz de la Salud

Algunas enfermedades relacionadas con la tiroides son:

  • Hipotiroidismo. Se produce cuando la glándula tiroides no produce suficiente hormona tiroidea.
  • Hipertiroidismo. Cuando la glándula tiroides produce más hormona tiroidea de lo que su cuerpo necesita
  • Bocio. Se produce un agrandamiento de la tiroides.
  • Cáncer de tiroides
  • Nódulos. Aparición de bultos en la tiroides, «la mayor parte benignos», indica Puerma.
  • Tiroiditis. Hinchazón de la tiroides

Cuando se producen menos cantidad de hormonas tiroideas: el hipotiroidismo

Una posible causa de que la TSH se encuentre elevada es estar padeciendo hipotiroidismo. «Es la enfermedad más frecuente del tiroides. Se produce cuando la glándula fabrica menos cantidad de hormonas tiroideas de lo que debería», asegura Zafón.

Según indican desde la SEEN, la causa más frecuente de hipotiroidismo es la enfermedad tiroidea autoinmune. Nuestro sistema inmunológico se encarga de defendernos contra agentes «agresores» como bacterias o virus, pero en las enfermedades autoinmunes, por razones que no se conocen completamente, pero tienen alguna base genética, este sistema funciona mal y «confunde» algunas partes propias del organismo con agresores externos, dando lugar a una respuesta inflamatoria dañina.

Cuando esto último ocurre en la tiroides, se produce una inflamación —generalmente crónica— que puede alterar su correcto funcionamiento en grado variable. Así lo explica Zafón: «Diagnosticamos un hipotiroidismo por enfermedad de Hashimoto cuando la causa de la disminución de las hormonas tiroideas es autoinmune, es decir, por la existencia de anticuerpos que actúan contra la propia glándula y que la van destruyendo lentamente».

¿Quiere decir esto que el hipotiroidismo siempre tiene ver que con la enfermedad de Hashimoto? No siempre. «No son sinónimos. La enfermedad de Hashimoto produce hipotiroidismo, pero realmente este también puede ser provocado por otras causas, como que no tengamos tiroides porque nos la han extirpado por un cáncer o un bocio muy grande, o que nos hayan dado un tratamiento con yodo que haya provocado que nuestra tiroides funcione peor. Aunque son menos frecuentes, hay otras causas de hipotiroidismo que debemos tener en cuenta», responde Puerma. 

Entre los posibles síntomas de hipotiroidismo se encuentran:

  • La fatiga
  • Intolerancia al frío o un carácter muy friolero
  • Apatía e indiferencia
  • Depresión
  • Disminución de la memoria y la capacidad de concentración
  • Piel seca, cabello seco, fragilidad en las uñas
  • Palidez en la piel
  • Aumento de peso
  • Estreñimiento
  • Somnolencia

En esta línea, Zafón asegura que «las hormonas tiroideas tienen múltiples acciones, por lo que su déficit comportará también diferentes síntomas y, algunos de ellos, dependerán del momento en que aparezca la enfermedad». Y amplía: «En los adultos y en función de la severidad de la falta de hormonas se manifestará con cansancio y debilidad (que son los síntomas más frecuentes e iniciales) y se acompañarán progresivamente de dolores musculares, disminución de la frecuencia cardíaca, trastornos del sueño, hinchazón y retención de agua en la piel y otros tejidos, estreñimiento, aumento de colesterol, caída del cabello, etc.». 

Con todo, cabe recalcar que el tratamiento de este tipo de patología es, según Zafón, relativamente sencillo: «Consiste en la toma de la hormona tiroidea, que la glándula no fabrica, en forma de comprimidos. La pauta habitual es un comprimido al día (la dosis es variable en cada paciente), suele ser suficiente para recuperar los niveles hormonales correctos». Uno de los medicamentos más conocidos es la levotiroxina, que es la forma sintética de la tiroxina o T4. 

Una enfermedad que predomina entre las mujeres

«La gran mayoría de enfermedades de la glándula tiroides son más frecuentes en mujeres, especialmente el hipotiroidismo y ciertos tipos de cáncer de tiroides», asegura el coordinador del área de tiroides de la SEEN. 

Sin embargo, según Puerma también hay que tener en cuenta otra variable a la hora de hablar de más o menos incidencia en sectores de la población: «Las mujeres suelen hacerse más pruebas diagnósticas de tipo ecografía que pueden llevar a que en ellas se diagnostique más, pero eso no quiere decir que no existan casos en hombres». 

Cuando el efecto es el contrario: el hipertiroidismo

«El hipertiroidismo es el aumento de la función tiroidea y es una enfermedad menos frecuente que el hipotiroidismo, pero sus síntomas pueden ser más graves», indica Puerma. De esta forma, este trastorno deriva en un aumento de la producción de las hormonas tiroideas por la glándula tiroides y por lo tanto, va acompañado de un aumento de los niveles de estas en sangre. 

Los síntomas suelen ser totalmente contrarios a los que provoca el hipotiroidismo. «Cuando tenemos las hormonas tiroides elevadas, la función de las hormonas tiroideas se exacerba y aumenta bastante más. Hace que nuestro corazón vaya más rápido, los músculos vayan más nerviosos y se muevan más, teniendo un temblor distal que vemos sobre todo los médicos en las manos y en los dedos. Producimos más sudor, sufrimos una aceleración del tránsito intestinal y podemos tener más tendencia a estar más nerviosos, con más irritabilidad», explica Puerma. «También pérdida de peso porque aumenta el gasto energético basal y al mismo tiempo, nos aumenta el apetito», añade el endocrinólogo. 

Los síntomas de hipertiroidismo pueden ser: 

  • Nerviosismo y ansiedad
  • Insomnio
  • Palpitaciones
  • Alteraciones menstruales
  • Cansancio inexplicable
  • Sudoración fácil
  • Mala tolerancia al calor
  • Temblor de manos
  • Pérdida de peso, pero sensación de apetito aumentado 
  • Diarreas

Según apuntan desde la SEEN, la principal causa de hipertiroidismo en población adulta joven y en mujeres es la enfermedad de Graves. Se trata de una patología inmunológica donde el organismo produce anticuerpos que estimulan la secreción y liberación de las hormonas tiroideas por el tiroides. Pero si hablamos de pacientes en edad avanzada suele ser más frecuente el bocio multinodular hiperfuncionante. «En este caso los nódulos tiroideos tienen la capacidad de producir cantidades elevadas de hormonas tiroideas de forma autónoma», señalan. 

Otras causas de hipertiroidismo, aunque menos frecuentes, son el adema tiroideo tóxico (producción excesiva de hormonas tiroideas por un único nódulo tiroideo que se ha vuelto funcionalmente autónomo), el consumo de algunos fármacos como la amiodarona, el yodo y el litio; y la inflamación de la tiroides o tiroiditis. 

Si en el caso del hipotiroidismo el tratamiento consistía en la toma de la hormona tiroidea que la glándula tiroidea no fabrica, cuando se trata de hipertiroidismo, es al contrario. «Tenemos que acallar esa glándula tiroidea con fármacos antitiroideos que disminuyen la síntesis de hormona tiroidea. En algunos otros casos puede ser necesario el tratamiento con yodo para hacer que esa glándula tiroidea deje de funcionar y de sintetizar tanto. Y también existen casos muy exacerbados con tiroides muy grandes que funcionan mucho, a veces hay que requerir de la cirugía tiroidea», comenta Puerma. 

Aunque el hipertiroidismo puede presentarse a cualquier edad, al igual que el resto de las enfermedades de la tiroides, también es más frecuente entre mujeres. Además, los niños recién nacidos de madres que padecen la enfermedad de Graves pueden presentar hipertiroidismo transitorio por el paso trasplacentario de anticuerpos. 

¿Cuál es el pronóstico de este tipo de enfermedades?

«El pronóstico de estas enfermedades suele ser bueno. Es cierto que en ocasiones puede afectar bastante a la calidad de vida de los pacientes, tanto en el caso de hipo como de hipertiroidismo. Si bien una de las cosas que se debe de hacer es ver si se necesita suplementación o una medicación de otro tipo, más efectiva», opina Puerma. El endocrino recalca que una vez que se empieza a tratar la patología, los síntomas que esta produce se reducen, por lo que el paciente «lleva una vida normal equivalente al de una persona que no tiene sintomatología tiroidea». 

El bocio: cuando la glándula crece de forma irregular 

El bocio es el agrandamiento de la glándula tiroides de forma global o parcial por la aparición de nódulos tiroideos y en este caso, puede relacionarse o no con la producción de hormonas. Aunque su causa no se conoce, tanto la aparición de nódulos tiroideos como de bocio se ha relacionado con un déficit de yodo, necesario para el correcto funcionamiento de esta glándula. 

«Los nódulos, en un porcentaje alto, son benignos y no suelen dar problemas. Primero se tienen que evaluar con ecografía y luego, si vemos que tienen características que hacen merecer un estudio más cercano, se pinzan para ver las células que tienen esos nódulos. Se sacan restos celular y se inspecciona si esas células son malas o buenas», apunta Puerma. 

La mayoría de ellos, tal como afirman desde la SEEN, no suelen dar síntomas y se diagnostican de forma casual por la realización de pruebas de imagen por otro motivo. No obstante, en ocasiones los pacientes acuden al médico porque notan un abultamiento en la cara al mirarse en el espejo. 

Así, sería necesario llevar a cabo cirugía cuando estos nóulos son malignos, pero también cuando «su tamaño sea muy grande y pueda poner en peligro o comprimir las estructuras del tiroides, produciendo problemas para respirar y problemas de deglución», añade el doctor. 

Cinthya Martínez Lorenzo
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Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.