María del Carmen García sufrió un ictus durante una operación: «Cuando desperté y vi cómo estaba, se me vino el mundo encima»
ENFERMEDADES
La coruñesa participa en un nuevo proceso asistencial que Galicia está implementando para ayudar a pacientes con daño cerebral adquirido
17 nov 2024 . Actualizado a las 16:37 h.María del Carmen García, a sus 52 años, es un ejemplo de superación y resiliencia. A principios de este año, se sometió a una operación quirúrgica programada para colocar un stent en un aneurisma. Le habían dicho que sería una cirugía rápida y que podría irse al día siguiente a casa. Pero las cosas no ocurrieron de ese modo. Durante el procedimiento, se produjo un ictus.
«No soy el típico caso de ictus por obstrucción de la arteria», relata. La experiencia fue desgarradora para esta coruñesa. Pasó tres semanas en la UCI y, al despertar, se encontró con un nuevo mundo lleno de incertidumbres. «Cuando vi las condiciones en las que estaba, se me vino el mundo encima», confiesa.
El impacto del ictus fue devastador. «Al principio no podía hablar, luego cuando empecé a comunicarme, tuve una afasia bastante fuerte. La voz se fue recuperando poco a poco, pero hablaba a trompicones y me faltaba vocabulario, lo había perdido todo. El ictus me afectó al lado izquierdo del cuerpo, no podía mover ni la pierna ni el brazo», explica.
Sin embargo, gracias a un proceso de rehabilitación continuo en el Hospital de Oza, que forma parte de un nuevo proceso asistencial pionero para tratar el daño cerebral, ha recuperado gran parte de sus habilidades. Desde abril, asiste a sesiones de terapia ocupacional y fisioterapia. Esta atención personalizada ha transformado sus perspectivas. «Ahora hago vida prácticamente normal. El brazo y la pierna ya los muevo perfectamente. Me ducho sola y monto sola en el bus. Lo único que no puedo hacer es conducir», cuenta.
Mirando hacia el futuro, se plantea seguir mejorando para poder volver a trabajar como educadora infantil, que es a lo que se dedicaba antes del ictus. «Sé que no voy a volver a estar al 100 %, pero tengo mucha fuerza de voluntad y quiero recuperarme lo más posible. Voy superando poco a poco todos los baches que me voy encontrando», asegura.
«Aunque llores y tengas días bajos, que también es sano, te tienes que volver a levantar e intentar superar esto. Es una cosa más que te viene en la vida y tienes que intentar echar para adelante y sacar lo mejor de ti para que no te hunda», dice María del Carmen.
Nuevas estrategias para la recuperación
El ictus es una de las principales causas de daño cerebral en adultos, que deja secuelas incapacitantes en un 30 % de los casos. Asegurar una atención equitativa es una prioridad en la asistencia a aquellas personas que han sufrido un evento cerebrovascular de estas características, teniendo en cuenta la importancia que tiene la intervención temprana a la hora de determinar el pronóstico.
Con el fin de mejorar la calidad de vida de pacientes como María del Carmen, así como de otros que han sufrido daño cerebral por distintas circunstancias, Galicia ha implementado un nuevo proceso asistencial que busca homogeneizar el tratamiento del daño cerebral adquirido. Este enfoque integral implica la colaboración de un equipo multidisciplinario y una atención personalizada, teniendo en cuenta las necesidades específicas de cada paciente.
María del Carmen experimentó de primera mano los beneficios del enfoque multidisciplinar en el tratamiento del daño cerebral. A lo largo de su proceso, ha tenido contacto con diferentes profesionales que la han acompañado en su recuperación. Este apoyo emocional y físico ha sido fundamental para su avance. Destaca la calidez y el trato humano por parte de los sanitarios que la han atendido.
La doctora Rosa Martín Mourelle, médico especialista en Medicina Física y Rehabilitación en la Unidad de Neurorrehabilitación del CHUAC, explica que el trabajo multidisciplinar es fundamental para lograr la máxima autonomía funcional y mejorar la calidad de vida para los pacientes con daño cerebral.
El equipo que integra este nuevo proceso está compuesto por diversas especialidades que trabajan en conjunto, entre los que se incluyen neurólogos, neurocirujanos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas y neuropsicólogos, entre otros. También se plantea la posibilidad de que los pacientes accedan a otros servicios, como asesoría en nutrición o psicoterapia.
Este enfoque permite abordar las múltiples dimensiones del daño cerebral, que pueden incluir alteraciones motoras, cognitivas y emocionales. «La neurorrehabilitación tiene en sus bases un enfoque holístico. La OMS define la salud como física, psíquica y social y esa es nuestra premisa. No concibo un abordaje distinto a ese, y la ciencia avala la importancia de la motivación y el bienestar emocional en la rehabilitación neurológica del año cerebral», sostiene en este sentido la doctora Martín.
La importancia de la rehabilitación continua
«El daño cerebral tiene una complejidad que solo tienen aquellas cosas que de repente cambian todo por completo: se modifica la rutina, los roles dentro de la familia, las necesidades, los planes de ocio y la manera de relacionarse con los demás. Sea cual sea la causa que ha provocado la lesión, el proceso de recuperación se inicia en el hospital y será un proceso largo, siempre les decimos a los pacientes que esto es una carrera de fondo», señala Martín. María del Carmen tuvo su ictus en febrero, comenzó su rehabilitación en abril y continúa asistiendo a sesiones semanales.
Esta continuidad es crucial para la recuperación funcional y sostenerla no es fácil. Cuando un paciente sufre daño cerebral, la recuperación no solo involucra aspectos físicos, sino también, y de manera central, procesos emocionales. María del Carmen sostiene que el apoyo psicológico es fundamental para superar el impacto repentino y la angustia que acompañan a estas patologías, sobre todo al principio. Aunque la terapia le ayudó a manejar sus emociones, reconoce que el camino ha sido difícil: «Yo lloré mucho y sigo llorando mucho, pero hay que asumirlo».
En este sentido, la doctora Martín explica que la recuperación de los pacientes con daño cerebral adquirido a menudo implica enfrentarse a miedos y frustraciones. «Es frecuente el temor, la incertidumbre, el desconcierto. Por eso es imprescindible que tengan a profesionales de referencia tanto en el ámbito sanitario como en el social», dice.
Este acompañamiento es vital para ayudar a los pacientes a gestionar sus emociones y mantener una mentalidad positiva, algo que tiene impacto en el pronóstico, porque puede hacer la diferencia a la hora de mantener la adherencia a los tratamientos y a los procesos de rehabilitación. Cabe señalar que la constancia en estos procesos es determinante para recuperar funcionalidad y autonomía.
La familia juega un rol crucial en el proceso de rehabilitación. Pero ellos pueden requerir, a su vez, cierto apoyo a lo largo de este camino. María del Carmen reconoce lo difícil que fue para los suyos enfrentarse a la situación de un día para otro. «Al principio se lo pintaron muy negro a mi familia. Les dijeron que yo podía quedar en silla de ruedas, no hablar o no controlar los esfínteres», recuerda. Por eso, el enfoque multidisciplinar del nuevo proceso asistencial tiene en cuenta a los familiares y cuidadores del paciente y se busca que haya una comunicación fluida que permita a los profesionales apoyar mejor al entorno y escuchar sus inquietudes.