Enric Carreras, hematólogo: «Los niños con leucemia que con quimioterapia no se curan pueden mejorar con el trasplante»
ENFERMEDADES
El experto acaba de recibir el premio Antonio Raichs que otorga la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia por su labor al servicio de los trasplantes de médula en el territorio español
29 ene 2025 . Actualizado a las 11:57 h.El hematólogo Enric Carreras Pons ha recibido el 4º Premio Antonio Raichs, otorgado por la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (Sehh) en colaboración con Diagnóstica Longwood. El experto ha dirigido el Registro de Donantes de Médula Ósea (Redmo), creado y gestionado por la Fundación Josep Carreras Contra la Leucemia, durante más de dos décadas. Formado en la Universidad de Barcelona y en el Departamento de Hematología del Hospital Clínic, Carreras formó parte de la plantilla de la Unidad de Trasplante de Células Madre (SCT), donde se desempeñó durante más de 30 años. En el 2010 se convirtió en director del Redmo, cargo que ha ocupado hasta el año pasado. También ha sido presidente del Grupo Español de Trasplante Hematopoyético y miembro de la junta directiva de la Sehh.
—Enhorabuena por este prestigioso reconocimiento. ¿Cómo se siente tras recibirlo?
—Recibir el premio Antonio Reich siempre es un honor porque tradicionalmente, homenajea la actividad de un investigador o de un médico trasplantador en favor del progreso de esta especialidad. Siempre es bienvenido y hace ilusión.
—Como director durante más de dos décadas del Registro de Donantes de Médula Ósea en España, ¿cómo valora la evolución que ha habido a lo largo de los años?
—Ha habido un cambio espectacular. Cuando yo empecé, la base de donantes era pequeñísima. No llegábamos ni a los 100.000 y muchos de ellos no estaban bien estudiados, porque el tipaje HLA, que es la característica básica que necesitamos determinar para localizar donantes combatibles, no era tan completa como lo es hoy. Además, el trasplante de donante no emparentado aún no era aceptado por todos los grupos de trasplante como una opción válida para los pacientes, porque todavía tenía muchas complicaciones. En estos 20 años, las cosas han cambiado radicalmente, hasta el punto en que hoy tenemos medio millón de donantes, gracias a los planes nacionales de promoción de donación de médula ósea. Y los donantes actuales están muy bien estudiados desde el punto de vista del análisis HLA, lo que permite obtener trasplantes compatibles.
—¿Cuántos trasplantes de médula ósea se realizan cada año en España?
—Más de 600. Hay que tener en cuenta que cuando empezamos se hacían quizás entre 20 y 40 trasplantes al año. Ahora, el desafío es que los donantes sean los mejores posibles, porque así se ven mejores resultados. No es lo mismo hacer un trasplante de un donante de 50 años que uno de un joven de 25. Cuando buscamos donantes para un paciente español, no solo buscamos entre nuestra base de datos, sino que ese paciente tiene acceso a los 42 millones de donantes que hay en el mundo. Gracias a esto, aproximadamente encontramos un donante totalmente compatible en alrededor del 89 % de los casos.
—¿Cómo se realiza la donación de médula ósea?
—Lo primero que quiero aclarar es que a pesar de que seguimos hablando de donación de médula ósea, rara vez se hace una donación de este tipo. Lo normal es que se haga una donación de sangre periférica, que consiste en hacer que las células madre que se van a trasplantar salgan de la médula a la sangre y circulen en ella. Esto se consigue mediante unas inyecciones subcutáneas que se dan cinco días antes de la donación. Al hacer esto, se puede recolectar las células como si fuera una donación de sangre, es decir, por vena de un brazo. Una máquina recolecta las células madre y por la vena del otro brazo devuelve el resto de la sangre al organismo. El cuerpo prácticamente ni se entera, no tiene efectos secundarios destacables y es inocuo. No hace falta anestesia ni quirófano. Estas son, a día de hoy, entre el 75 y el 80 % de las donaciones. El resto se realizan pinchando directamente los huesos de la cadera para obtener las células.
—¿Qué características tiene que tener una persona para ser un buen donante?
—La primera es ser joven. En el registro español ya hace años que pusimos el límite de los 40 años para hacerse donante, pero lo ideal es que sea menor de 30. También se considera ideal que sea varón, porque cuando una mujer ha tenido hijos, las posibilidades de problemas en el trasplante son mayores.
—¿Qué proceso hay que seguir para registrarse como donante?
—La donación tiene dos pasos. Un primer paso es registrarse y esto no es más que admitir la opción de que algún día te puedan llamar para donar si aparece un paciente con el que puedas ser compatible. Cada comunidad autónoma tiene establecidos sus sitios de registro de donantes e incluso en algunos de ellos se puede hacer a través de una página web. Después de haberte informado sobre cómo funciona la donación, te registras y te llamarán para recoger una muestra de saliva o de sangre, que se utilizará para tener tu perfil HLA. A partir de ese momento, quedas en el registro. Puede que te llamen, pero puede que nunca suceda. Como cada vez hay más donaciones, es más probable que te llamen. Cuando yo empecé, solo uno de cada 5.000 donantes era llamado alguna vez, pero hoy en día ya estamos en uno cada 1.200.
—¿Qué ocurre cuando se llama al donante?
—Cuando te llaman, te tienen que hacer una revisión médica completa para saber que tú puedes dar sin que suponga ningún problema ni para ti ni para el paciente. Si tienes una enfermedad que se pueda descompensar o empeorar, no vas a poder ser donante. Una vez hechos todos estos estudios, se decide si se va a realizar la donación mediante médula ósea o sangre periférica. Esto, normalmente, se define en base a la enfermedad que tenga el paciente, porque en algunos casos les va mejor la médula y en otros, la sangre periférica. Si todo el mundo está de acuerdo, se programa un día de colecta.
—¿Cómo se determina la compatibilidad del donante con el receptor?
—Se estudian unas proteínas que tienen todas las células. Se ha visto que hay una docena de ellas que son las que más impacto tienen en el resultado del trasplante. Entonces, se intenta que donante y receptor sean lo más parecidos posible en estas 12 proteínas. Es incluso más complejo que en el caso de la donación de órganos, porque para recibir un riñón no tienes por qué ser exactamente igual que el donante en el HLA.
—¿Qué pacientes se benefician de estas donaciones?
—Muchísimos, porque enfermedades de la sangre hay muchas. Desde las neoplásicas, como las leucemias, hasta otras que no lo son, como talasemias, o algunas enfermedades congénitas, o algunos niños que tienen inmunodeficiencias. En los niños con leucemia, aquellos que con quimioterapia no se curan pueden mejorar su enfermedad gracias al trasplante, porque este trasplante lo que hace es cambiar totalmente el sistema de creación de la sangre y todas sus células derivadas por uno nuevo que funciona bien, con lo cual podemos curar esas enfermedades de forma definitiva.