De una caída a una neumonía, la infección hospitalaria que sufrió el «Loco» Gatti: «A partir de los 75 años el riesgo es mayor»

ENFERMEDADES

El exfutbolista y reconocido tertuliano de El chiringuito tenía 80 años y estaba hospitalizado desde hacía dos meses por una fractura de cadera
22 abr 2025 . Actualizado a las 13:33 h.El exfutbolista argentino Hugo Orlando Gatti, conocido como «el loco», falleció a los 80 años tras una larga hospitalización en Buenos Aires. El portero y reconocido tertuliano de El chiringuito repartía su tiempo entre Argentina y España, aprovechando el buen tiempo en cada hemisferio. Hace dos meses, mientras paseaba a su perro en Argentina, sufrió una caída que le causó una fractura de cadera y fue ingresado para una cirugía.
Tras la operación, su estado se complicó con una infección viral. Contrajo neumonía e insuficiencia renal. A finales de marzo, le realizaron una traqueotomía, según informó el diario argentino La Nación. A partir de entonces, su salud continuó empeorando.
A sus 80 años, Gatti ya había atravesado problemas severos de salud en los últimos años. En el 2020 padeció una neumonía causada por el covid-19. En esa ocasión, tuvo que ser hospitalizado durante once días en Madrid. «En el hospital me decían que me iba cada día. Me dijeron que estuve cerca de morir», contó ese año.
Infecciones hospitalarias
Las infecciones nosocomiales, también llamadas infecciones asociadas a la atención sanitaria (IAAS), representan uno de los mayores desafíos para los sistemas sanitarios en todo el mundo. Se trata de infecciones que los pacientes adquieren después de ser ingresados en un centro hospitalario. Pueden ser bacterianas, virales o fúngicas, y afectan principalmente a personas vulnerables, como los pacientes mayores, inmunodeprimidos o aquellos que han pasado por cirugías o tratamientos invasivos.
«Una persona puede estar incubando una gripe y ponerse mal al día siguiente de ingresar. Por eso, habitualmente utilizamos las 48 horas desde el ingreso como límite. Es decir, toda aquella infección que aparece pasadas las 48 horas después de un ingreso se considera que está relacionada con los cuidados sanitarios», explica el doctor Luis Buzón, experto en enfermedades infecciosas y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc). Las más frecuentes, explica el experto, son las infecciones respiratorias, las de las vías urinarias o las de las heridas de la piel, asociadas a las cicatrices quirúrgicas.
Si bien el caso de Gatti transcurrió en Argentina, esta es una problemática global. «Alrededor de 3.000 personas en España mueren cada año por infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria», señala en este sentido el doctor Juan González, coordinador del grupo de infecciones en urgencias de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes).
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los países de ingresos elevados, una de cada diez personas hospitalizadas contrae una infección durante su estancia. En los países en desarrollo, se estima que hasta un 15 % de los pacientes hospitalizados sufren algún tipo de infección nosocomial.
Inmunosenescencia
Las personas mayores tienen un riesgo particularmente elevado de sufrir infecciones como complicación de un ingreso hospitalario. Esto se debe a que, con la edad, «se producen alteraciones fisiológicas en el organismo que generan una inmunosenescencia. En otras palabras, el sistema inmunológico va perdiendo su capacidad de respuesta frente a los patógenos», detalla el experto de la Semes.
Además, es frecuente que los pacientes mayores vayan acumulando comorbilidades, patologías crónicas que también debilitan su capacidad de respuesta a situaciones de estrés, como puede ser una infección. «Esto les deja en una situación de mayor vulnerabilidad para no solo tener infecciones, sino que estas resulten más graves y provoquen, con mayor probabilidad que en un paciente joven, el fallecimiento», explica González.
El proceso de inmunosenescencia es muy variable. No todas las personas pierden su capacidad inmunitaria al mismo ritmo y esta disminución progresiva de las defensas tiene que ver también con el estilo de vida y la capacidad motora y nutricional que se va perdiendo con la edad. «A partir de los 75 años el riesgo de infecciones de este tipo sea mayor, aunque no hay un punto de corte exacto», señala el especialista.
Durante un ingreso hospitalario, el riesgo de sufrir infecciones se incrementa con el paso del tiempo, pero esta no es la única variable. «Aumenta el riesgo no solo por la estancia, sino también por el tipo de tratamientos o terapias a las que está sometido el paciente durante tanto tiempo. Cuando los pacientes son sometidos a procedimientos invasivos, si además están intubados, con vías centrales o sometidos a diálisis, aumenta el riesgo de complicaciones», explica González.
Infecciones resistentes
Entre principales causantes de estas infecciones hospitalarias se encuentran los patógenos resistentes a antibióticos. «Las bacterias multirresistentes causan 700.000 muertes al año en el mundo y generan más de 1.500 millones de euros en gasto sanitario en Europa. Las previsiones no son muy halagüeñas. Se espera que lleguemos hasta diez millones de muertes por resistencias a los antibióticos para el año 2050, lo que situaría estas previsiones en alrededor de 40.000 muertes anuales por estas infecciones», detalla González.
Estos microorganismos que han desarrollado resistencia a múltiples antibióticos causan enfermedades que no solo son difíciles de tratar, sino que se propagan con facilidad en entornos donde los pacientes comparten espacios cerrados, donde se manipulan sondas, catéteres, respiradores y donde el contacto humano es inevitable.
Prevención
La buena noticia es que las infecciones hospitalarias son, en su mayoría, evitables. Se calcula que más del 50 % de estos casos se podrían prevenir con prácticas de higiene adecuadas, como el lavado de manos, la correcta esterilización del material quirúrgico, la rotación de catéteres y sondas y la ventilación adecuada de las instalaciones. «Pero la saturación de los servicios sanitarios siempre es un elemento nocivo en este sentido, porque no permite que haya tiempo para prevenir y brindar la mejor calidad en la atención aplicando todas y cada una de estas medidas necesarias», señala Buzón.
«Hay una serie de medidas preventivas que son fundamentales, como evitar que otras personas enfermas vayan a visitar a los pacientes. Una medida especialmente interesante es el uso sistemático de mascarillas durante la época en la que los virus respiratorios puestan problemas, que van desde mediados del otoño hasta mediados de primavera. En esos seis meses hay muchos virus respiratorios circulando y pueden transmitirse a los pacientes», explica Buzón.
Asimismo, el doctor González insiste en la importancia de hacer un uso racional de los antibióticos, para prevenir el desarrollo de resistencia a ellos. «Los antibióticos son medicamentos y como cualquier otro medicamento tienen efectos adversos. Solo hay que administrarlos cuando efectivamente vayamos a tratar una infección bacteriana. Dar un tratamiento antibiótico a una infección viral no conduce a ningún beneficio para el paciente, puesto que los antibióticos no tratan virus, pero sí introducen los perjuicios secundarios a los antibióticos», advierte.