Los testimonios de los lectores: «Me encuentro siempre de mal humor. Antes no era así»

LA VOZ DE LA SALUD REDACCIÓN

SALUD MENTAL

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Ansiedad, estrés, depresión o insomnio son las palabras más repetidas entre las numerosas preguntas que los lectores han hecho llegar a La Voz de la Salud. Dos psicólogos responden a todas ellas.

19 ene 2022 . Actualizado a las 17:48 h.

Más de 300 millones de personas en todo el mundo sufren un trastorno depresivo. Junto a la depresión, los problemas de ansiedad y estrés se han disparado a raíz de la pandemia. El 40 % de la población, según la Organización Mundial de la Salud, duerme mal y sufre algún tipo de trastorno del sueño, el más habitual es el insomnio. Vivimos una pandemia dentro de otra, la que afecta a la salud mental. 

A lo largo de los últimos días, los lectores nos han hecho llegar multitud de dudas, testimonios personales e inquietudes. Han alzado la voz para pedir ayuda. En este segundo artículo (puedes leer el primero aquí) la psicóloga Pilar Iglesias, del Hospital Quirónsalud de A Coruña, y el psicólogo sanitario Diego Antelo, miembro del Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia, continúan respondiendo a todas las cuestiones que nos habéis hecho llegar. 

Iza: «Me cuesta mucho dormir por la noche, siento ansiedad por no poder controlar la mejoría de salud de mi madre. Y el pensar en la posibilidad de su muerte me angustia mucho. Me siento sobrepasada emocional y mentalmente. No puedo parar la cabeza»

Diego Antelo, psicólogo: Que cuidemos de un familiar no significa que tengamos que estar constantemente chequeando sus problemas de salud. Debemos centrar nuestros recursos en intentar cubrir las necesidades de esa persona, no solo como enfermo, sino como ser humano. Potenciar al máximo lo que el paciente todavía puede hacer es una prioridad absoluta. A todos nos preocupa la muerte y la enfermedad, pero no podemos focalizarnos tanto en ella. Tenemos que pensar más en lo que nos queda de salud. Controlar esos pensamientos resulta difícil porque la persona, sin darse cuenta, ha construido un drama alrededor de la enfermedad o de la posible muerte de un familiar o ser querido. Es mejor pensar en los tratamientos, la ayuda o el modelo de vida que podemos seguir llevando y no solo centrarnos en lo malo. Mi recomendación es trabajar la aceptación de lo que le está pasando y no parapetarse en la negación. Su mejoría no solo dependerá de sus cuidados, sino de que se ayude a crear una atmósfera saludable, mantenerse positivo y que la enfermedad no sea el eje central de la vida del paciente afectado. 

Anónima: «En el 2019 me diagnosticaron un cáncer invasivo que pasó de IIb a IIIc en apenas un mes. Tras varias operaciones, radio, quimio y complicaciones varias sigo viva, aunque afectada hasta imposibilitar muchas veces desarrollar una actividad mínima diaria. En septiembre, mi hijo de 10 años se tiró por la ventana para no ir al colegio, donde le maltrataban. Me siento una mierda y la única razón para seguir es cuidar de mi madre. Estoy en tratamiento, uno más en la larga lista de medicación que tengo que tomar para poder seguir viviendo, ¿cómo empiezo de nuevo?, ¿cómo puedo tener siquiera ilusión por vivir?»

Pilar Iglesias, psicóloga: Realmente refieres una situación vital muy difícil, tanto por la intensidad de los acontecimientos como por la duración de estos. La respuesta a tu pregunta de cómo tener ilusión por vivir es complicada, pero debemos empezar por analizar los hechos que describes y procurar no encadenarlos como si fuesen una sucesión inevitable. Tu enfermedad ha supuesto tratamientos largos y, posiblemente agresivos, pero parece que, con resultado satisfactorio, sin menoscabo de las secuelas que presentas. La situación emocional de tu hijo es consecuencia de algo ajeno a ti. En cuanto a la relación con tu madre, reflejas una unión afectiva y emocional positiva que sirve de estímulo para tu día a día. Tu capacidad de superación, de vencer las dificultades y la adversidad es posible porque posees lo que llamamos resiliencia emocional y que define a personas con fortaleza, autocontrol y entereza para adaptarse a las dificultades. Eso no significa que te sea fácil el día a día, pero sí que no te dejas vencer y que siempre debes encontrar un motivo para seguir adelante. De todas formas, si ves que con mecanismos propios no puedes afrontar tu situación emocional actual, debes recurrir a una ayuda profesional.

MBC: «Me gustaría saber si necesito ayuda o puedo tener depresión, ya que desde hace un tiempo largo me encuentro siempre enfadado y de mal humor. Antes no era así y tampoco entiendo por qué, ya que tengo un buen trabajo y me gusta. Mi familia está bien toda, con salud, pero me  parece que me falta algo»

Diego Antelo, psicólogo: Creo que el motivo de consulta no es averiguar si tiene depresión o no, sino averiguar qué es lo que le causa frustración o por qué tiene ese modelo de insatisfacción frente a la vida. No tiene porqué ser necesariamente un síndrome depresivo, puede haber otras cosas que lo potencien. Quizás es bueno trabajarlo con un terapeuta y valorar si es una cuestión relacionada con la personalidad. Cuando una persona no tiene muchos problemas, la cabeza suele tener un modelo de comodidad importante que puede llegar a crear insatisfacción por tener todas las necesidades principales cubiertas, por lo tanto, no encontrar en nada de lo que hace diariamente un estímulo lo suficientemente novedoso o potente como para percibir que la vida vale la pena y que se puede ser feliz. La satisfacción de necesidades lleva a que nos acomodemos, entonces, hay que crear unas nuevas, más estimulantes, en definitiva una configuración del estilo de vida enriquecida de novedades y cambios que le ayuden a sentirse mejor con uno mismo. 

Ari: «¿Por qué hay días o noches en las que mi corazón empieza a acelerarse más de la cuenta, mis manos tiemblan y hasta parece que me empieza a faltar el aire?»

Pilar Iglesias, psicóloga: Lo que describe se parece a un episodio de ansiedad, pero no tengo datos suficientes para poder asegurarlo, puede que esté soñando, que se haya asustado por algún factor externo. Tendría que tener más información para poder ayudarle. 

Anónimo: «Vivo con mi hija de 6 años, tengo una depresión desde hace 2 años. No encuentro salida, vivo sin ganas de nada y el único motor es mi hija»

Pilar Iglesias, psicóloga: Entiendo que la depresión que describe y que sufre desde hace 2 años está siendo tratada, pues no es lo mismo tener sentimientos depresivos que una depresión, que requiere un tratamiento. Generalmente un combinado de psicofármacos y psicoterapia. Lo primero que debería plantearse es que el motivo principal para vivir somos nosotros mismos, solo así, estableciendo que usted es la prioridad y que se debe centrar en su propio cuidado, podría ayudar a su hija que tanto le preocupa y a la que debe transmitir alegría, esperanza y felicidad.  

Susi: «Si no tomo algo para dormir me es imposible, mi cabeza piensa demasiado en el pasado y eso me mata. Encima solo atraigo a gente con trastornos de personalidad, depresiones etc.»

Diego Antelo, psicólogo: Deduzco que hay algún evento traumático o sucesos dolorosos que no ha superado y que se repiten continuamente. Lo primero es valorar con un terapeuta el tratamiento de esos posibles eventos traumáticos y desarrollar estrategias de afrontamiento que le permitan superar el pasado , enfocar el presente y centrarse en un nuevo proyecto. 

También hace referencia a esa atracción de personas con problemas. Lo cierto es que nos hace sentir bien y nos da autoestima, hablar y estar con gente que también tiene problemas. Las personas no tenemos una capacidad de atracción o de repeler a otros, debemos tomar la decisión de con quién queremos relacionarnos y de qué tipo de relación queremos tener. No se trata de un imán, aunque en ocasiones tengamos esa percepción sensorial, el planteamiento es el de saber que a nuestro alrededor debe haber personas saludables.

El insomnio no es solamente un problema común y devastador de la vida de las personas, sino que es un problema muy relacionado con el deterioro continuo del bienestar. Es la proyección, el reflejo de cuando las cosas han llegado a un límite y ya no hay resistencia, por tanto se invaden esferas del funcionamiento psicológico como el sueño, el deseo, el hambre, el apetito, la programación, la orientación espacio-tiempo y las diferentes funciones cognitivas que tenemos para poder sobrevivir y vivir con calidad. La preocupación no es el sueño en sí, sino todo lo que ha desencadenado el problema para no dormir. Entonces, creo que las preguntas tienen que ir encaminadas a indagar y resolver qué ha habido antes de ese insomnio. También está el uso de las nuevas tecnologías, que es el mayor estresor con el que contamos ahora mismo y que puede desvirtuar totalmente la forma de funcionar fisiológicamente del sueño. 

Bluesky002: «¿Cómo encontrar un psicólogo que se adapte a tus necesidades?, ¿pautas para ir saliendo de la depresión y de la ansiedad cuando eres una adulta joven solitaria?»

Pilar Iglesias, psicóloga: Cuando vaya a un psicólogo/a por primera vez, además de contarle sus cosas, escúchele, puede que le guste y le convenza (o no) lo que le dice. La primera consulta no es fácil para ninguno de los dos, el paciente está nervioso y tiene que hablar de su intimidad con un desconocido/a, el profesional tiene que establecer una relación de empatía, pero siempre es el paciente quien decide si lo consigue o no.

Sin conocerla, yo solo puedo darle pautas muy generales: mantenga una higiene vital y mental; levántese a la misma hora, establezca rutinas de limpieza, de ejercicio físico y de comidas. Propóngase no ver televisión, vídeos, o redes sociales hasta unas horas determinadas y que esa actividad siempre le ocupe menos tiempo que pasear, ver a alguna amiga o hacer alguna actividad que implique hablar con otras personas. Establezca una rutina para acostarse a la misma hora, apague el teléfono y déjelo fuera de su alcance, vea una película agradable, lea un libro o una revista.

Anónima: «De vez en cuando, por la noche despierto como si estuviera encerrada en un sitio y no respiro nada bien, me falta el aire.  No me pasa todas las noches, pero de vez en cuando sí y quería saber a qué es debido»

Pilar Iglesias, psicóloga: Lo que describe parece una crisis de pánico, es una reacción de ansiedad aguda y súbita que se produce por muchos motivos diferentes y que deja una huella emocional muy fuerte en nuestro sistema. Esto, a veces, favorece la repetición por que la anticipamos. Pero debe haber una evaluación más precisa para poder establecer las causas y la forma de abordarlo. Le recomiendo que, si persiste, acuda a un profesional. 

Anónima: «Me he vuelto una hipocondríaca con mi enfermedad actual, ¿es preocupante? ¿cómo lo soluciono?»

Diego Antelo, psicólogo: El contexto de pandemia ha suscitado mucho efecto colateral de pensar más en el riesgo de enfermedad en general. En principio, es natural. Es normal que cuando a alguien le diagnostican una enfermedad se vuelva un poco más obsesivo con ella e, incluso, que intente buscar mucha asistencia y ayuda médica para solventarlo. La percepción de riesgo vital a perder la vida o de que se incrementen los síntomas de esa enfermedad que padecemos crea mucho miedo e incertidumbre en el paciente y si no se gestiona bien se puede convertir en hipocondría. El enfoque de bienestar es de seguir trabajando hábitos que propicien lo que nos quede de salud. Lo máximo que puede hacer un paciente es ser responsable con el tratamiento que le dieron y las opciones terapéuticas que existan y, luego, intentar hacer la vida más normal posible. 

La mejor terapia de choque es no informarse más allá de lo suficiente, únicamente lo justo y necesario acerca de lo que necesitamos para vivir tranquilamente.  

Iria: «Tengo una vida plena. Soy madre de tres hijos, de 10, 8 y 6 años. Tanto mi marido como yo somos militares. Soy gallega afincada en Cádiz. Puedo decir que tengo una vida completa...soy muy feliz con la relación de pareja que tengo. Pero no sé por qué bastante a menudo al acostarme tengo ansiedad y me cuesta conciliar el sueño. No sé si es que voy acelerada por el día a día...no tengo ningún problema lo suficientemente importante para que me quite el sueño. Me considero muy afortunada...pero no sé qué me pasa»

Pilar Iglesias, psicóloga: Te felicito por tu buen planteamiento de vida, veo que, a grandes rasgos, estás satisfecha y eso es muy importante, pero también es cierto que cuando vemos que a nuestro alrededor la gente no es demasiado feliz sentimos ciertos sentimientos de culpabilidad y de vulnerabilidad, como una expresión de inseguridad, porque nos damos cuenta de lo frágiles que somos, especialmente tú debido a tu trabajo, que te expone a realidades poco agradables. Es importante que te relajes y que disfrutes de lo conseguido tras tomar decisiones adecuadas para tu personalidad y tu modelo de vida.  

Mike: «La pandemia y el vivir en un apartamento muy pequeño me ha afectado mentalmente (vecinos molestos, demasiados ruidos, teletrabajar en el sitio donde prácticamente donde duermo...) Actualmente me mudé a una zona más amplia, continúo teletrabajando y sumado a que la pandemia continúa, problemas para dormir, mudanzas (con animales a cuestas) me ha estresado demasiado. Tomo lorazepam para dormir y acudo quincenalmente a psicología (de pago). La SS se toma meses para darme citas»

Diego Antelo, psicólogo: Decirle a Mike que debe dedicarle mucho tiempo al cuidado personal, creo que es el típico caso que necesita desintoxicarse de la etapa de estrés que sufrimos en la pandemia, especialmente las personas que no han tenido la libertad o la amplitud o las comodidades que querrían tener en su hogar. Invitarlo a que disfrute de las cosas que más le guste hacer, e intentar cuidarse desde la perspectiva física es una buena propuesta. Descanso, hacer deporte, buscar algún tipo de hobby, el contacto con la naturaleza o estar con animales pueden ser cuestiones que nos satisfagan y que poco a poco propiciará recuperar ese ánimo vital y esa energía que se ha perdido durante la pandemia. 

Las sesiones de psicología cada 15 días son un período bastante razonable para tener un programa de autocuidado y tener con quién descargarse. Invitarlo a que continúe y que intente sacarle jugo a esas consultas. Efectivamente, la Seguridad Social está muy resentida y hay demoras en las asistencias en salud mental.

Valentina: «Llevo casi dos años tomando ansiolíticos, dosis muy reducidas (media pastilla por la noche de un medicamento del que se pueden tomar hasta 3 al día). Intenté dejarlo el verano pasado y me hizo efecto rebote, depresión leve. He vuelto, ¿qué puedo hacer para dejar la pastilla y superar la ansiedad?»

Pilar Iglesias, psicóloga: El trastorno de ansiedad puede ser el síntoma de un conflicto, trauma o desajuste emocional, más que una enfermedad en sí misma. Puede ser la expresión de una carencia o dificultad en los mecanismos y estrategias adecuadas para encarar situaciones cotidianas. Por ese motivo, no siempre una pastilla resuelve nuestros problemas, es cierto que son muy eficaces para eliminar o suavizar síntomas desagradables, pero a corto plazo deben ser un punto de partida para plantearse un tratamiento de psicoterapia que le ayude a eliminar la causa del problema.

Alejandro: «¿Cómo se puede evitar la «angustia del domingo», esa que hace que todas las noches de domingo a lunes no pegue ojo pensando en los problemas del trabajo?»

Pilar Iglesias, psicóloga: Es una pregunta recurrente y muy generalizada por la insatisfacción que produce bien el trabajo, bien las condiciones personales o sociales que concurren en el ámbito laboral. Ante una situación que provoca «angustia» debemos reflexionar y analizar las causas y sobre todo qué mecanismos tenemos para poder cambiar.

Marisa: «Me siento agotada, trabajo dentro y fuera de casa y el tiempo libre solo me apetece estar tumbada y leer»

Pilar Iglesias, psicóloga: Los estados anímicos de tristeza, embotamiento afectivo, abatimiento, desmotivación o desinterés en las relaciones con los demás pueden ser síntomas de un trastorno del ánimo, depende de la edad que tenga. También puede enmascarar algún otro tipo de enfermedad. Es importante determinar la intensidad, duración, y si existe un consumo de medicamentos u otro tipo de sustancias, o si hay un pensamiento negativo de base que facilita una visión pesimista de sí misma.

Nines: «¿Cómo se puede salir de un estado ansioso depresivo?»

Diego Antelo: Esa patología es la más básica y la más común en la actualidad y la más presente en todas las consultas de salud mental. Es casi siempre relativa a una situación contextual personal o a una situación crítica en la etapa vital de una persona. Como es una situación contextual, hay una parte de manejo del estrés que provoca la situación problemática y que coge a la persona indefensa y, que por lo tanto, resiente su salud psicológica. Ahí nacen la ansiedad y la depresión, causando cansancio, fatiga, tristeza, una visión pesimista del futuro, dificultades para asumir la realidad, complicaciones de una severidad moderada que provocan desadaptación de la vida diaria en las esferas personal, laboral, familiar o académica. 

¿Cómo se supera? Pues trabajando esas claves contextuales y buscando un fortalecimiento de los recursos propios que tenga la persona para superar la situación. El abordaje es con referencia a lo que ha causado el estrés y lo que ha provocado el deterioro de la persona. Resetear los hábitos básicos de la vida física ayuda a sentar unas bases de mejora y, a partir de ahí, las claves contextuales se superan buscando un refuerzo de la autoestima, un ritmo de vida más activo, intentando innovar un poquito con cambios en la vida cotidiana y entendiendo mejor esos esquemas que han provocado esa superación del estrés.

Una clave importante para superar los síndromes ansiosos-depresivos está en la rehabilitación social, es decir, que la persona vuelva a exponerse y trabaje una reincorporación a la vida social, porque esta clínica es la que más resiente esa esfera de la vida de la gente. Aprender a manejar el contexto social, recuperar el deseo de hacer actividades, de volver a ser parte del grupo, es una de las metas a alcanzar para cumplir los objetivos de superación de este problema. 

Anónimo: «¿Cómo gestionar los duelos?»

Pilar Iglesias, psicóloga: El duelo es un estado normal derivado de una situación de pérdida que afecta desde siempre al ser humano. Sin embargo, no podemos generalizar unas instrucciones de superación porque, como en casi todos los acontecimientos que afectan a los seres humanos desde un punto emocional o psicológico, las variables que intervienen son muy diferentes y determinantes en la aceptación. El problema del duelo surge cuando no somos capaces de superarlo tras un tiempo necesario.

Anónimo: «Creo que mi hija tiene síntomas de depresión. No sé cómo ayudarla» 

Pilar Iglesias, psicóloga: No sé qué edad tiene su hija, ni tampoco describe ningún síntoma en que pueda basar un diagnóstico. En cualquier caso, lo importante es que si es una adulta, ella quiera ponerse en manos de un profesional e intente observarla, que confíe en usted y no la atosigue con preguntas sobre su estado de ánimo.

 

Anónimo: «¿Cómo se puede tratar la depresión estacional que aparece en invierno?»

Diego Antelo: Este tipo de patologías o problemas anímicos vienen derivados de los cambios de estación que siempre suponen menos horas de luz a lo largo del día y que provocan, de forma directa, que las personas tengan que hacer una vida más restrictiva en sus salidas, vida social y actividades al aire libre. Se da la casualidad de que son perfiles de personas a las que las horas de luz les afectan mucho más en el organismo. Es como si les provocase una sensación de debilidad, de soledad, de menos ganas, de abandono, y propicia que no se adapten a esa época estacional de frío y de invierno.  

Los mejores consejos que se les pueden dar a estas personas es que hagan un planning de modalidad más en interiores con un poco de antelación. Se les exige que en espacio y tiempo se organicen antes de que empiece la temporada estival. Es decir, si el invierno empieza en los meses propios del frío, se aconseja que en el otoño, dos semanas antes o tres, ya pongan el planning de invierno.

Algunas personas desarrollan esa depresión, pero es una mal llamada depresión porque más bien es episódica. Es decir, es una situación de episodio depresivo y no la depresión en sí. Tampoco se tiene por qué repetir todos los años. Es algo que depende más de cómo se adapte la persona, de cómo construya hábitos de resistencia ante la época invernal o en las estaciones que lleva peor.  

En resumen, para la depresión estival del invierno la recomendación es adaptarse antes: coger ritmos de espacio y tiempo, de agenda y rutinas antes de que llegue el invierno. Después es demasiado tarde, y es más difícil la asimilación.   

Pilar Iglesias Souto. Psicóloga Hospital Quirónsalud A Coruña

Licenciada en  Psicología por la Universidad Pontificia de Salamanca. Especializada en Clínica, y en Psicología Social y de las Organizaciones.  Doctorado en la Universidad de Santiago de Compostela,  centrado en Personalidad y Psicopatología.  La mayor parte de su desarrollo profesional ha sido en la Psicología Sanitaria de Adultos. Su especialidad terapéutica es Racional Cognitiva y Psicoterapia breve centrada en soluciones. Es también especialista en terapia sexual y sexología. Actualmente ha incorporado a su consulta la psicoterapia virtual, como instrumento muy eficaz para los trastornos de la ansiedad.

Diego Antelo. Psicólogo sanitario.

Licenciado en Psicología por la Universidad de Santiago de Compostela. Formación específica y habilitación en el ámbito sanitario para la práctica clínica con registro sanitario propio. Interviniente en el grupo de catástrofes y emerxencias Gipce del Colegio Oficial de Psicoloxía de Galicia. La mayor parte de su desarrollo profesional se ha focalizado en la atención personalizada en adultos desde un enfoque cognitivo conductual, y en la actualidad está muy implicado en temas relacionados con alta sensibilidad emocional y la Intervención en Amaxofobia.