Los psicólogos responden a los lectores: «No encuentro salida, vivo sin ganas de nada»

LA VOZ DE LA SALUD REDACCIÓN

SALUD MENTAL

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Dos psicólogos contestan a las múltiples preguntas relacionadas con la salud mental recibidas

18 ene 2022 . Actualizado a las 15:39 h.

Ansiedad, estrés, depresión, insomnio. Son las palabras más repetidas entre las numerosas preguntas que los lectores han hecho llegar a La Voz de la Salud a lo largo de los últimos días. Los problemas relacionados con la salud mental se han multiplicado a raíz de la pandemia. El desánimo se ha apoderado de gran parte de la población. La parte buena es que darse cuenta del problema es el primer paso para encontrar una solución.

La psicóloga Pilar Iglesias, del Hospital Quirónsalud de A Coruña, y el psicólogo sanitario Diego Antelo, miembro del Colexio oficial de Psicoloxía de Galicia, responden a vuestras principales dudas e inquietudes. 

Celia: «¿Cómo se puede curar la ansiedad?»

Pilar Iglesias, psicóloga: La ansiedad la podemos definir como una sensación o un sentimiento persistente de preocupación, inquietud, temor e incluso pánico de que algo va a ocurrir, es un estado de alerta sin que tengamos ninguna constancia real de que un peligro nos acecha. Cuando esta sensación persiste en el tiempo, podemos hablar de la existencia de un Trastorno de Ansiedad. No siempre es una enfermedad, sino que la mayor parte de las veces es el síntoma de otra enfermedad. En cuanto a tu pregunta, sí que la podemos curar, aunque yo creo que es más correcto decir que aprendemos a controlarla y a neutralizarla, impidiendo que afecte negativamente a nuestro día a día.

Manolo: «Me cuesta mucho dormir»

Diego Antelo, psicólogo: Los problemas relacionados con el sueño tienen, casi siempre, un factor de estrés desencadenante. Por lo tanto, deberíamos saber si hay algún foco de estrés que lo ha motivado o es fruto de un deterioro personal a lo largo del tiempo en el que la persona ha perdido los hábitos de higiene del sueño. Al igual que tenemos pautas de aseo personal, al sueño también hay que darle un modelo de aprendizaje. Intentar irse a dormir siempre a la misma hora, desconectar una hora y media antes de ir a la cama con tareas de distracción, hacer algún ejercicio de relajación previo y, sobre todo, llevar un plan de modelo activo durante el día puede ayudar a reducir el estrés por la noche, y poder conciliar mejor. 

Emilio. «Llevo tres años tomando Lormetazepam cada noche para dormir. Me va bien, pero noto que cada vez es menos duradero el sueño. Y que cuando por alguna razón se me olvida tomarlo, además de no dormir, los efectos son muy negativos al día siguiente a nivel mental. ¿Hay algún medicamento con que pudiera sustituir el Lormetazepam para tener un sueño profundo? No dormir bien, que es lo que me sucedía antes de tomarlo, llegó a causarme un problema de depresión».

Pilar Iglesias: El medicamento que está tomando pertenece a un grupo de psicofármacos indicados para tratar los Trastornos del Sueño de forma ocasional, tanto en lo que respecta a conciliar, como a procurar que la duración del sueño sea continuada y reparadora. Sin embargo, usted está experimentando alguno de los efectos adversos que producen estos medicamentos; por un lado, el componente de tolerancia cada vez necesita mayor cantidad para lograr el mismo efecto y la dependencia, si no lo toma no logra su objetivo de conciliar el sueño y al día siguiente su estado emocional y físico es de cansancio. Creo que debería consultar con su médico, antes de aumentar la dosis para que valore el trastorno de sueño en su caso personal.

María: «Llevo 4 meses de baja por ansiedad generalizada.  Estoy a tratamiento de médico de familia. Tomo Trankimazin 0,5 por la noche y Cymbalta 0,60 por la mañana. Sigo durmiendo regular. De noche me planteo hacer cosas al día siguiente, pero cuando me levanto, me faltan ganas y no hago casi nada. No aguanto mucho rato sentada, tengo que estar en movimiento y salir a la calle me produce ansiedad. Sobre todo, si lo hago sola».

Diego Antelo: Los problemas de ansiedad, cuando ya se convierten en crónicos, tienen un manejo terapéutico específico. Es decir, solo la medicación del médico de familia no es la opción más adecuada. Habría que acudir a la consulta de un psiquiatra y, paralelamente, una orientación o terapia psicológica que te ayude a cambiar el diálogo interno. La ansiedad generalizada se caracteriza por crear en la persona unos recursos de pensamientos muy negativos con matices catastrofistas y de pesimismo, que hacen asociar el estrés de forma extensas a todo lo que gira alrededor de la vida de esa persona. El planteamiento global sería, a nivel terapéutico, aprender a ver las cosas de una manera más positiva y trabajar un entrenamiento de exposición gradual de las diferentes situaciones fóbicas o de ansiedad que provocan el no poder salir de casa o no poder enfrentarse al día a día. Todos los problemas de ansiedad conllevan un cuadro de desánimo importante (tristeza, desgana, falta de disfrute, insatisfacción). Hay que crear un modelo de actividades distractoras a lo largo del día, intentando añadir progresivamente aquellas escenas que María no es capaz de superar. Empezar con cosas sencillas o cercanas al hogar, por ejemplo, e ir incrementando ese nivel de exposición hasta lograr un afrontamiento pleno. 

Anónima: «¿Cómo saber si la ansiedad que sufres en momentos determinados, que desde hace 2 años se ha incrementado por la pandemia, el teletrabajo, la carga de trabajo y las horas extras acumuladas, puede derivar en una situación que mantienes en el tiempo y que afecta a otras facetas de tu vida (apatía, mayor aislamiento social, pareja, amigos?)? Antes la ansiedad se producía en momentos más puntuales, pero por estas situaciones, ha estado presente en un mayor número de ocasiones, y ha tenido episodios de una duración mayor».

Pilar Iglesias: Describes muy bien el proceso de la ansiedad, que es un estado de ánimo, una emoción que aparece ocasionalmente en nuestras vidas, y que incluso en algunas ocasiones tiene un matiz positivo porque nos incita a tomar decisiones que de otra forma no tomaríamos y que nos permiten avanzar en nuestro trayecto vital. Pero es cierto que la situación que estamos viviendo desde hace dos años, con todos los inconvenientes que supone el confinamiento y que a ti te afectan en su mayoría, hacen difícil afrontarlo. Han aparecido numerosos libros y gurús de la autoayuda, elaborando listas y fórmulas para superar esta situación y salir fortalecidos. Sin embargo, no existe ninguna fórmula infalible, lo que hemos descubierto es algo que no conocíamos, desde una perspectiva social, de grupo, y es la adversidad. Sí era algo que existía a nivel individual, pero no a nivel grupal, incluso mundial y realmente no estábamos preparados para ello.

Tenemos que volver a recuperar la capacidad de trascender de nuestra propia realidad, aceptar que en lo cotidiano también hay felicidad, que no es necesario acumular experiencias externas para ser felices.

María: «Cómo poder sobrellevar la fibromialgia cuando se pasa una el día sola y con un hijo menor, sin apoyo de nadie y viendo cómo ya ni las tareas del hogar se es capaz a realizar; cuando llevar a tu hijo al gimnasio andando es regresar a casa y no poder levantarse de los dolores; cuando la familia no cree que sea para tanto y no me puedo medicar para así poder atender de mi hijo ya que si me medico me da sueño y, además, lidio con fatiga crónica y un largo etc. Cuando te miras al espejo y te ves ojerosa con dolores por todo el cuerpo y alma y te ves como si tuvieras el doble de edad; cuando el marido tiene que trabajar todo el día y solo asiente con la cabeza cuando le comentas que no puedes ya con todo. ¿Cómo lidiar con el sentimiento de soledad?».

Pilar Iglesias: Lo que está describiendo es la vivencia desalentadora de una persona que sufre una enfermedad crónica, parece que, sumado a un estado emocional previo a la depresión, caracterizado por incomprensión, falta de apoyo, dificultad para afrontar el día a día, sentimientos de incapacidad, baja autoestima y soledad. Teniendo en cuenta que la autoestima es la imagen que tienes de ti misma y de lo que te crees capaz, puedes estar segura de que lo conseguirás si te ves, te comprendes, te cuidas y te sientes capaz de ello. Procura no sentirte única en lo malo ni en lo negativo, una cosa es ser víctima de una enfermedad, la fibromialgia, y otra muy distinta es victimizarse. Busca en tú entorno personas con las que compartir alguna afición, cuídate, trata de mejorar tu forma física, sabes que es importante para el curso de la enfermedad y, sobre todo, se independiente, no esperes soluciones que no partan de ti.

Tamgo: «Tengo problemas de ansiedad generalizada, ¿qué puedo hacer cuando voy al médico por otros motivos y siempre lo relacionan con ansiedad?»

Diego Antelo: Deduzco que los médicos ven en ti cierto nivel de hipocondría. Lo primero que tenemos que decir es que hay ver si ese problema de salud que aparece es fruto de la ansiedad que se apodera de uno o se debe, realmente, a un malestar físico. Fisiológicamente la ansiedad nos hiperactiva, lo que puede provocar que nuestro cuerpo, nuestro organismo, nos transmita dolores, molestias o manifestaciones clínicas que, a veces, van asociadas a enfermedades que no padece en realidad uno mismo. El problema es que el paciente siempre piensa que puede tener esas enfermedades reales, por una mala asociación entre razón y sensaciones, y ahí se inicia una carrera de fondo de estrés y ansiedad. Obviamente, en los servicios médicos van a verificar lo que le pasa a un paciente con las pruebas que sean necesarias y por tanto debemos de confiar siempre en el criterio médico o facultativo.

Francisco: «Duermo mal. Me acuesto y doy vueltas sin poder conciliar el sueño. Siento algo en el estómago (no es dolor), un desasosiego y si consigo dormirme es muy poco tiempo y vuelta a empezar. Estoy tomando Mirtazapina»

Diego Antelo: Deduzco que Francisco tiene angustia y se despierta por las preocupaciones que tiene. Esto lo ha trasladado a la hora del descanso. Si el médico le ha recetado el tratamiento, debe esperar a que haga sus efectos. Mientras tanto, debería tratar de evaluar qué es lo que le causa angustia e intentar reducir ese sentimiento y centrarse en crear hábitos de vida que le propicien paz, calma y relajación.

 Anónimo: «¿Cuándo acudir al psicólogo y cuándo al psiquiatra?».

Diego Antelo: Este es un dilema muy común cuando una persona necesita pedir ayuda. Un psiquiatra es un facultativo especializado que va a fundamentar en la dispensación de la medicación adecuada para controlar estados de conducta, estados emocionales y manejar una situación crítica con una moderación farmacológica y su posterior vigilancia. 

En el caso de la psicología, hablamos de profesionales con una formación orientada a ayudar a la gente sin la necesidad de medicación. Esto no quiere decir que no tengan conocimientos de la misma para poder manejar situaciones de pacientes que pueden estar bajo tratamiento psiquiátrico o que están tomando una medicación expedida por el médico correspondiente. Los psicólogos o psicólogas no están autorizados para dispensar medicación. Sin embargo, sí que están formados para conocer y manejar cada una de las que existen en el mercado farmacológico. 

¿Diferencias importantes? Pues el tratamiento del psiquiatra tiene una dispensación de fármacos, y el trabajo psicológico, dependiendo de la línea de trabajo o la metodología que se quiera utilizar, va a establecer un plan terapéutico que le va a proponer al paciente trabajar y potenciar habilidades personales para superar los problemas con los que se encuentre. Es importante establecer un modelo integrativo. 

¿Qué es mejor, acudir al psiquiatra o a un servicio de psicología? No es mejor ni peor una cosa ni la otra. La evidencia científica nos dice que un modelo mixto es muchísimo más eficaz que un modelo de tratamiento independiente.

En la sociedad española es cuestión decisiva del paciente, cuando debería ser una formación terapéutica la que determinase qué es lo que se necesita. La gente opta más por acudir a la psiquiatría o funcionar con medicamentos, en busca de soluciones rápidas e inmediatas y cómodas, que no le exijan ningún cambio de conducta o actitudes. Sin embargo, muchas personas prefieren renunciar a la medicación y ponerse en manos de un especialista en psicología para que les ayude a salir de la situación en la que están, con los recursos de los que se vaya dotando. Otras personas, por la situación clínica en la que están, reciben un tratamiento mixto, que es el que más se aconseja.

Anónima: «Hace tiempo que tengo dolores de cabeza tensionales, o así los llama mi médico. Duran dos días y son siempre el fin de semana. Trabajo a jornada completa en una oficina con mucho estrés, llego a casa completamente exhausta física y mentalmente sin ganas ni fuerza para hacer nada después del trabajo. La motivación en el trabajo es inexistente. A veces pienso en pedir una baja, pero no creo que quedarme en casa sea la solución a mi estado apático. No sé cómo abordar esta situación».

 Pilar Iglesias: El estrés es un mecanismo de alerta y activación, que en una proporción adecuada, nos ayuda a evolucionar y a mejorar buscando proyectos, objetivos y perspectivas que se adecúen a nuestras necesidades a medida que evolucionamos. El problema es cuando nos paraliza, nos confina a una situación de disconformidad, apatía y desesperanza que nos impide avanzar, llegando a anular nuestra capacidad para ser dueños de nuestras decisiones. El conformismo y el mantenernos en espacios conocidos, aunque sean desagradables, es muy frecuente y puede indicar una falta de autoestima y confianza en nuestras posibilidades para cambiar y modificar nuestra forma de interaccionar con el medio. No nos debemos conformar, podemos asumir riesgos y tomar decisiones, siempre con prudencia y desde un autoanálisis de nuestras capacidades. Está claro que vive en una situación laboral que le provoca estrés negativo y lo somatiza en una respuesta física indeseable.

Teresa Ramblavalles: «No tengo ganas de trabajar ni de hacer lo más cotidiano del hogar en el día a día».

Pilar Iglesias: Creo que hemos vivido una situación tan negativamente excepcional, y la seguimos viviendo, que debemos encontrar nuevas fórmulas El ser humano ha conseguido sobrevivir tanto tiempo por nuestra capacidad de adaptación y de reinventarnos, pero debemos ser conscientes que, desde el punto de vista psicológico, el acto de vivir es activo, dinámico, se crea desde el interior de nosotros mismos, no podemos esperar que existan solo estímulos externos que diseñen nuestra vida. También debemos discernir entre una apatía ocasional y una situación patológica, y ante esta última, buscar ayuda profesional.

 «Estoy muy preocupada tras dar a luz por mi cuerpo»

Pilar Iglesias: La aceptación de nuestro físico no es en absoluto baladí a nivel emocional, si esta es tu preocupación, y no implica riesgos para tu salud, empieza a tomar decisiones que contribuyan a lograr los objetivos que deseas, y no experimentes sensaciones de culpabilidad por opiniones que emitan otras personas.

«Me preocupa mi futuro y mis problemas de no saber gestionar los pensamientos, es decir, pensar mucho en todo»

Diego Antelo: Hay una anécdota que yo siempre pongo de ejemplo: estás vigilando el gallinero, pensando que el zorro entra a por las gallinas, y resulta que el zorro entra por la puerta de atrás porque al zorro no le interesan las gallinas, le interesan otras cosas que tengas por casa. Con esto quiero decir que estamos hipervigilantes y focalizados en ocasiones en algo absurdo, porque no se puede controlar todo.

Hay una cosa muy importante: nuestros pensamientos son más rutinarios, más frecuentes y más obsesivos cuantas más adicciones tenemos. La sociedad está imponiendo que tú tengas unos hábitos dependientes y que tú te vuelvas adicto por naturaleza mínimo a cuatro o cinco cosas, que parece que ya no puedes sobrevivir en esta sociedad sin tenerlo. Por ejemplo, el teléfono móvil es una de ellos. La conexión a Internet es otra. Ya no hablamos de sustancias, medicamentos y otro tipo de tóxicos con los que hemos aprendido a sobrellevar la vida. ¿Cómo no van a ir nuestros pensamientos en modo caótico, apresurados y acelerados? Estamos llevando la vida a un nivel muy alto, por encima de lo que necesitamos para estar bien.Nos están dando hábitos cómodos de entretenimiento absurdo que para nada valen, pero mantienen a la población entretenida y distraída con cuestiones muy banales y que poco aportan al ser humano a nivel de conocimiento y de mejora personal. 

 Entonces, hábitos como había antes de lectura, o de dedicarle tiempo a la naturaleza, o al cuidado personal, se han modificado por tener la mejor foto en la red social X, el viajar mucho para que los demás sepan que viajo o actitudes tan proclives como cuidar mucho la estética o cuidar poco la parte interna, aunque está habiendo un cambio de tendencia y un regreso a lo clásico y básico. Esa es una de las grandes cosas que podemos valorar de nuestra revolución cerebral y de que vamos demasiado rápido:  nos queremos involucrar en demasiadas cosas que no son necesarias. El resultado de todo eso es que vamos muy rápido.

 Desiree: «Muy ansiosa, insomnio, pensamientos negativos»

Diego Antelo: Cuando uno piensa muy rápido o va muy acelerado o está muy nervioso, no es precisamente un formato que invite a la reflexión ni a la paz ni a la calma. Cuando estamos muy nerviosos, hay que reducir ese nivel de actividad, reducir la velocidad a la que uno piensa, acciona. Intentar ir un poquito más despacio. Si uno piensa más despacio, más tranquilamente, ya está sumando más papeletas para que el día sea más tranquilo y que, por lo tanto, el descanso sea mejor.

Los pensamientos negativos son una forma en que aprendemos a negociar con el día a día. Es una forma de pensar que tiene una visión siempre catastrofista o pesimista. Esta visión negativa del mundo no te permite crear lazos emocionales fuertes ni esa sensación de seguridad ni decisión que tenemos que tener para llevar una vida más o menos sana. Corregirlos no debe surgir desde una intención de control de los pensamientos, de marcarles límites, sino que debe buscarse un cambio de actitudes, de pensamientos, de modo de ver las cosas desde la realidad y desde el ser propio de cada uno, intentando tener una visión más realista de cómo son las cosas. 

Ni el mundo es una catástrofe general, ni las cosas son tan malas, ni todo nos va a salir tan mal, sino que más bien van a salir como nosotros queramos que salgan. La actitud es un pilar fundamental para superar los pensamientos negativos, el darte la posibilidad de pensar de otra manera. No llevarlo al polo opuesto de pensar positivamente, porque a veces es difícil llegar a eso, pero al menos mantener una posición más neutral y ver en los problemas realidades, no sobredimensionar situaciones.

Landruco: «Tengo problemas para iniciar el sueño y despierto cada hora. ¿Qué puedo hacer?»

Pilar Iglesias: Debe acudir a un profesional, que realice un estudio en profundidad de los elementos que concurren y que pueden explicar su problema, yo no tengo datos suficientes para realizar una evaluación eficaz.

«Me preocupa cómo saber controlar la ansiedad y las depresiones»

Pilar Iglesias: Somos poco concretos cuando hablamos en estos términos, sin ser conscientes que tanto la ansiedad como la depresión son enfermedades nerviosas por sí solas o, a veces, como síntomas de otras enfermedades mentales o nerviosas de diferente entidad y que no afectan a toda la población.

Tenemos que distinguir entre estados depresivos, tristeza, nerviosismo, de otras entidades psiquiátricas más graves, con lo que no debe ser una preocupación general pensar que todos los vamos a sufrir, o que son consecuencia de una circunstancia ocasional leve.

 «La situación actual (estar tanto en casa, relacionarse mucho menos, miedo al covid). ¿Cómo se puede pasar un trastorno obsesivo compulsivo sin ansiedad?»

Pilar Iglesias: Es casi imposible. Los trastornos obsesivo-compulsivos forman parte de la esfera de las neurosis de ansiedad, de hecho, la mayor parte de la sintomatología obsesivo-compulsiva es un medio o una estrategia para combatir dicha ansiedad

Hana: «La mayoría de las veces me entran ganas de llorar o hay veces que no tengo ganas de salir, ¿a qué se debe?» 

Diego Antelo: Llorar es una reacción fisiológica relacionada con nuestras emociones , el llanto es un recurso de descarga que permite resetear el estado psicológico. Algunas personas  lloran, otras no tanto, las primeras lo han interiorizado como un recurso de supervivencia personal y las segunda no tanto, por lo tanto, de inicio es natural y normal. Seguramente alguna vez la vida, le ha jugado malas pasadas, ante esto decirle que hay que intentar razonar más cuáles son los pensamientos que llevan a ese estado y, ante cada uno de ellos, buscar alternativas y soluciones de positividad y no tanto de catastrofismo. Las personas sensibles reaccionan más intensamente a su entorno, pero en principio no es tan malo. Puede ser malo a nivel social, por los miedos que uno tenga de mostrarse así delante de los demás. La respiración profunda y controlada puede ser un buen recurso y aliado para aprender a relajarse en la exposición social, cada vez que aparece una situación que sabemos que nos llevará al llanto. Hay que trabajar el entrenamiento en relajación respiratoria y muscular. 

 «Medicación contra los problemas de salud mental, ¿sí o no?»

Diego Antelo: La medicación es una cuestión fundamental para muchas de las patologías que tenemos en el catálogo de enfermedades mentales. La dedicación a la medicación es un capítulo que le corresponde a la medicina, y por tanto, a la psiquiatría y a nivel de atención primaria desde la consulta de los médicos de familia. Siempre es un tratamiento paliativo que se puede enfocar de dos maneras. La primera opción farmacológica va a ser en aquellas patologías en las que es la única manera de tratamiento porque hay un funcionamiento químico, irregular o desordenado, que supone siempre un problema orgánico, físico y estructural que tiene la persona y que hay que corregir con una compensación farmacológica. Y en el segundo de los casos, hay tratamientos combinados, que además de la psicoterapia, necesita la ayuda de un medicamento que palíe los síntomas que supone el problema concreto de salud mental que tenga el paciente. Lo más común es el uso de ansiolíticos o sedantes, así como el uso de antidepresivos.  

 Podríamos decir que el uso de medicamentos no es «la panacea universal» porque, por desgracia, en los tratamientos de salud mental no es el santo remedio, pero muchas de las enfermedades que padecen los pacientes requieren de ese tratamiento y les va muy bien con él. 

Por tanto, la medicación siempre y cuando sea con la supervisión y criterio de un médico facultativo siempre es recomendable. Y más aún, si es terapia combinada cuando hay problemas que requieren de la atención psicológica. Ambas son más efectivas que una sola.

 «¿Cómo lidiar mejor con la tristeza?»

Diego Antelo: La tristeza es una emoción como otra cualquiera. Aquí siempre hablo de la interpretación libre de cada uno. La tristeza es una interpretación que surge cuando la persona se encuentra, en principio, baja de estado de ánimo, cuando se siente defraudada o cuando entra en un proceso de insatisfacción personal. Pero tampoco podemos olvidar que la tristeza es un regulador de las emociones, estamos tristes en reacción a una situación: una mala noticia, una pérdida, un disgusto, el cambio repentino de las condiciones de vida… Nuestro cerebro utiliza ese recurso para estar bien. La tristeza preocupante es el resultado de un cerebro enfermo o patológico de una persona que vive en ansiedad, amargura. Personas que no son capaces de percibir ni experimentar el resto de todas las emociones que tenemos. Vaya por delante el respeto por todas esas personas que viven y ven así la vida, seguramente es el resultado de episodios de desgaste. Tenemos que decir que es tratable, que se puede vivir en otros estados emocionales. Podemos probar otros géneros de interpretación de la vida porque, al final, la vida es como uno la ve, la interpreta. Un principio de felicidad es darse la oportunidad de ver las cosas de otra manera.

Los expertos seguirán respondiendo a nuestros lectores en el siguiente artículo que publicaremos en los próximos días. Si has enviado tu pregunta, tendrá su respuesta.

Pilar Iglesias Souto. Psicóloga Hospital Quirónsalud A Coruña

Licenciada en  Psicología por la Universidad Pontificia de Salamanca. Especializada en Clínica, y en Psicología Social y de las Organizaciones.  Doctorado en la Universidad de Santiago de Compostela,  centrado en Personalidad y Psicopatología.  La mayor parte de su desarrollo profesional ha sido en la Psicología Sanitaria de Adultos. Su especialidad terapéutica es Racional Cognitiva y Psicoterapia breve centrada en soluciones. Es también especialista en terapia sexual y sexología. Actualmente ha incorporado a su consulta la psicoterapia virtual, como instrumento muy eficaz para los trastornos de la ansiedad.

Diego Antelo. Psicólogo sanitario.

Licenciado en Psicología por la Universidad de Santiago de Compostela. Formación específica y habilitación en el ámbito sanitario para la práctica clínica con registro sanitario propio. Interviniente en el grupo de catástrofes y emerxencias Gipce del Colegio Oficial de Psicoloxía de Galicia. La mayor parte de su desarrollo profesional se ha focalizado en la atención personalizada en adultos desde un enfoque cognitivo conductual, y en la actualidad está muy implicado en temas relacionados con alta sensibilidad emocional y la Intervención en Amaxofobia.