Enrique Rojas, catedrático de Psiquiatría: «Las parejas que son estables y sólidas discuten muy poco»

SALUD MENTAL

El reconocido profesional acaba de lanzar una edición ampliada y actualizada de su libro «Remedios para el desamor», un éxito de ventas con más de 500.000 ejemplares publicados
17 abr 2025 . Actualizado a las 18:17 h.Las crisis de pareja son un elemento casi inevitable en los vínculos a largo plazo. Pero esto no significa que tengan que ser algo dramático o representar el fin de la relación. Conocer las pautas necesarias para superar estas dificultades permite a las parejas afrontarlas sabiendo que saldrán fortalecidas. Esto es lo que propone el reconocido catedrático de Psiquiatría Enrique Rojas. Su libro Remedios para el desamor, que ya cuenta con más de 500.000 ejemplares vendidos, se acaba de relanzar en una nueva edición publicada por Espasa. Hemos hablado con él y nos ha revelado sus diez «leyes del amor», una serie de claves para mantener una relación satisfactoria a lo largo del tiempo.
—¿Qué es el amor?
—El amor es un sentimiento de atracción fuerte que uno tiene hacia algo o alguien, es lo que crea la solidez de una familia. Es un sentimiento positivo que empuja a conocer a alguien de la manera más profunda y a querer construir un proyecto de vida con esa persona. Los dos grandes argumentos de la felicidad son amor y trabajo. Por eso, los dos grandes aciertos que podemos tener en la vida están en elegir a la persona adecuada y trabajar el amor elegido.
—Cuando habla de elegir a la persona adecuada, en el libro menciona la importancia de la complementariedad en la pareja, de elegir a alguien que no sea demasiado parecido a uno, pero que igualmente sea afín. ¿Cómo podemos encontrar ese punto de equilibrio cuando estamos conociendo a alguien?
—Hay dos leyes del amor que son la base de esta elección. La primera ley del amor humano es que para estar bien con alguien, hace falta primero estar bien con uno mismo. De hecho, muchas crisis de pareja no son tales, sino que son crisis de personas que no estaban bien psicológicamente. Y la segunda ley es que la atracción se suele producir entre personas que son muy distintas entre sí, en su forma de ser. Los opuestos se atraen. Una persona abierta, comunicativa, expansiva, extrovertida, va bien con una persona más bien reservada, introvertida, retrotraída. Una persona muy cerebral, muy lógica, muy mental, va bien con una persona muy afectiva y que tiene un gran componente emocional.
—Sin embargo, esas diferencias pueden provocar irritaciones o conflictos a lo largo del tiempo...
—Yo insisto mucho en que antes o después, cualquier relación afectiva necesita una revisión, por las exigencias del tiempo.
—¿En qué consiste esa revisión?
—Daría tres sugerencias para una pareja que tiene dificultades. La primera es evitar las discusiones innecesarias. Las parejas que son estables y sólidas discuten muy poco, porque es un terreno resbaladizo que produce una gran erosión. Y muchas veces, las discusiones en la pareja son cosas menudas, de poca importancia, y uno se queda enganchado. Entonces, hay que desarrollar la capacidad para separar lo que es importante de lo que es una anécdota. En segundo lugar, cuando se habla de algún tema importante, no hay que sacar la lista de agravios del pasado. La colección de reproches debe estar bajo llave. Y tercero, no debemos convertir un problema real en un drama. Es importante aprender a darle a las cosas que pasan en la pareja la importancia que realmente tienen.
—¿El amor es lo mismo que el enamoramiento?
—Enamorarse es uno de los hechos más importantes que existen en la vida. Enamorarse es decirle a alguien: No entiendo la vida sin ti, eres parte fundamental de mi proyecto. Pero hay una observación que yo hago en mi libro y es que debemos evitar la idealización excesiva de la otra persona. En personas poco maduras ocurre mucho que se ponen más cosas positivas en la otra persona de las que realmente tiene. Y luego la convivencia lleva a la realidad. Por eso insisto en elegir bien a la persona con la que vamos a construir ese proyecto, para que cuando pasan los primeros efluvios del enamoramiento, haya un componente de solidez, un territorio de ideas y de creencias comunes.
—¿Qué debemos tener en cuenta en ese paso del enamoramiento a la convivencia?
—Lo importante es conocer las claves de la convivencia, aprender a ceder y saber llevar a la otra persona. Para esto es fundamental que haya comunicación, que haya diálogo. Saber pedir perdón. La felicidad de la pareja consiste en buena salud y mala memoria. En otras palabras, olvidar las cosas malas y los errores que no son importantes.
Decálogo del doctor Rojas para la convivencia en pareja:
- Estar siempre dispuesto a dar y recibir amor. Sea con gratificaciones verbales, conductas positivas o muestras físicas de afecto.
- En la vida conyugal, lo importante es lo pequeño, lo menudo. Hay que cuidar los detalles.
- Una persona muy susceptible puede convertir la convivencia en algo insoportable. No hay que dejar que el ego lleve a la pareja por derroteros negativos.
- Evitar discusiones innecesarias. Suelen servir más bien como desahogo y reprimenda, pero no ayudan a la pareja.
- Las palabras son tan importantes como los gestos y la conducta. La comunicación no es solo lenguaje verbal, sino también lo no verbal y los comportamientos.
- Procurar que no salga a la luz la lista de agravios. Los reproches en una discusión abren una brecha que puede ser el principio del fin.
- Plantear las cuestiones conflictivas y las decisiones importantes de manera oportuna. Comunicarse en el mejor momento y lugar, no cuando uno llega a casa muy cansado.
- El amor no es algo vago y difuso, aunque cueste definirlo. Es un intercambio de recompensas actuales y prospectivas. No lo hagamos complicado.
- Para la estabilidad en la pareja es necesario adquirir habilidades de comunicación. Esta es una tarea diaria.
—¿Cuáles son las crisis de pareja más frecuentes?
—La más común es la crisis fisiológica, que es la crisis por desgaste de la convivencia. Una pareja que lleva tiempo viviendo juntos va a tener los mismos problemas que tienen los coches. Un coche, cuando lleva muchos años circulando en la ciudad y en carretera, tiene desgastes, ha habido roces, hay una ventanilla que no funciona, ese tipo de cosas. Luego, puede haber una crisis por cansancio de uno de los dos, por dificultades económicas, por falta de comunicación y de diálogo, porque ha habido un problema con la familia política de uno de ellos o de los dos.
—¿Qué debe hacer una pareja para superar esas crisis?
—Es necesario pensar en las principales áreas de conflicto entre ambos y clasificarlas de la más a la menos importante. En segundo lugar, mirarse a uno mismo: ¿qué le quitaría yo a mi forma de ser y qué le añadiría para mejorar mi relación con mi marido o con mi mujer? Y tercero, lo mismo para la otra persona. Con ese tríptico de información, se puede pasara de la teoría a la práctica. En este sentido, una terapia de pareja puede ayudar con ejercicios y tareas. La mayoría de las parejas que vienen con dificultades se arreglan.
—¿Podemos prevenir o evitar las crisis de pareja?
—Lo que es importante es saber que el amor es un trabajo. Yo no creo en el amor eterno. El amor es un trabajo, es una tarea de artesanía psicológica a la que hay que dedicarle tiempo y esfuerzo cada día.
—¿Qué consejo le daría a una pareja recién casada con muchos años juntos por delante?
—Que tengan presente que la felicidad de la pareja consiste en intentar hacer feliz al otro. Estar pendiente de esa persona, cuidar los detalles pequeños, aprender a dialogar, cuidar lo cotidiano, lo diario, que haya siempre comunicación, cercanía y pasar las páginas de los momentos nocivos porque no hay nada más complejo que la convivencia.